Por Dr. José R. Alfonso
Desde La Habana.14 de enero 2013. La ciudad despertó con decenas de cubanos haciendo cola frente al servicio de inmigración en la calle 17 esquina a K, en el céntrico municipio del Vedado. A partir de ahora la Dirección de Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior entra en un volcán burocrático que parece exceder su capacidad de atención a la población, no obstante haberse anunciado la apertura de 200 oficinas para expedir Pasaportes en todo el país. Las causas: a partir de esta fecha el gobierno cubano autoriza la salida de la Isla a toda persona que posea un pasaporte válido, obtenga una visa del país a visitar, saque directamente el Pase de Abordo (Boleto), se presente en el Aeropuerto, aborde su vuelo y a viajar, como normalmente ocurre en cualquier país del mundo.
Aunque sin cuestionamientos, existe un frenesí por salir al exterior donde prima la percepción de que los que solicitan su Pasaporte lo hacen más para abandonar la Isla que para salir a conocer otros lugares o a visitar a sus familiares en el exterior.
Los naturales de la isla constituyen el grupo más privilegiado, dentro de los hispanos, por la política migratoria de los Estados Unidos de Norteamérica producto del enfrentamiento entre los dos polos de poder (URSS vs EE.UU. en el marco de la Guerra Fría) y la posición ideológica marxista asumida por el gobierno revolucionario de La Habana. Según el “Pew Hispanic Center” en los EE.UU. hay más de 1.9 millones de cubanos o que se identifican así mismo como de origen cubano (superados solamente por mexicanos y puertorriqueños). El 59% de los hispanos de origen cubano nacieron en Cuba y el 52% y llegaron después de 1990; su edad media es de 40 años; entre el resto de los hispanos los cubanos son el grupo de mayor nivel educacional con el 24% esta graduado de alguna licenciatura contra un 18% del resto de los hispanos; los ingresos promedios de los cubanos eran de $25,000 dólares por año en comparación con $20,000 de los demás hispanos; un 25% carece de seguro medico, pero la cifra esta por debajo del 31% del resto de los hispanos; el 57% de los cubanos son propietarios de sus viviendas y son la población más concentrada en su lugar de residencia para un 67% residiendo en el Sur de la Florida.
La reformulación de la política migratoria, aunque no complace a todos, pasa la bola migratoria a aquellos países que mantienen, sostienen y defienden mediáticamente o ante organismos internacionales, con toda razón, el derecho de viajar de los cubanos fuera de la Isla y regresar a ella.
Países como EEUU, Canadá, la República Checa, Polaca, España, entre otros, tendrán que mostrar que sus campañas por la libertad de entrar y salir de los cubanos de su país no formaban parte de una guerra de Cuarta Generación y Mediática contra Cuba, por lo que se supone que faciliten Visas a los naturales de la Isla, no sólo a los disidentes y opositores –los que a partir de esta fecha podrán salir a cobrar decenas de miles de dólares ganados a través de los premios otorgados por la UE, el Congreso de los EE.UU., universidades estadounidenses,
USAID u otras instituciones de derechos humanos y depositar esos fondos en PayPal – como solicitó Yohanis Sánchez a una Cónsul de la Sección de Intereses de los EE.UU. en La Habana, para desde la comodidad de sus hogares en Cuba, comprar lo que desean.
La sorpresa mayor referente a la reformulación de la política migratoria lo constituyó el incluir a los trabajadores de la salud, admitiendo a los médicos dentro de los que pueden abandonar la Isla.
Más vale tarde que nunca y aunque bastante tarde, sin dudas, las medidas migratorias calibradas y aprobadas forman parte de una muy bien elaborada estrategia de supervivencia, que sin dudas fortalece internacionalmente la imagen del régimen de La Habana, bajo la administración de Raúl Castro –del que siempre hemos dicho y no nos cansamos de repetir, no solo es pragmático y reformista, sino un excelente administrador- quien a pesar de su corto tiempo en el poder está mostrando una mayor flexibilidad en materia migratoria al no exigir a sus ciudadanos solicitar un permiso de salida del país sino que lo puedan hacer cuando lo deseen, tratando así de lograr la transición entre otros aspectos como los necesarios cambios estructurales económicos, con el firme propósito de dejar fuera de peligro a sus sucesores la continuidad del proceso iniciado en 1959.
Actualmente en Cuba existe un consenso generalizado dentro de su población acerca de la necesidad de renovar, o reinventar, el modelo socio-económico-jurídico que constituye el marco regulador de la vida nacional por lo que es absurdo no considerar que bajo la actual administración no se cuente, o se estén preparando, con una generación de tanques pensantes –“think tanks”- y reformuladores políticos y económicos. La práctica sobre el terreno y el sentido común lo están evidenciando, pero el mayor estimulo, y muestra de ello, es que finalmente los lideres fundacionales (Fidel y Raúl) han comprendido que tienen muy poco tiempo y mucho que perder –el poder– de no pensar y actuar de esa forma.