Por José R. Alfonso*
Primera Parte
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“Ningún individuo tuvo más influencia sobre las políticas de Estados Unidos hacia Cuba durante las últimas dos décadas republicanas que Jorge Mas Canosa…” The New York Times. Sobre todo a partir de la administración de Ronald Reagan quien a sugerencia de Richard V. Allen, primer asesor de seguridad nacional le “regalaría”: a) la Fundación Nacional Cubanoamericana (FNCA) — estructurado a imagen y semejanza del «lobby israelí” c/p AIPAC American Israel Public Affairs Committee (Comité de Asuntos Públicos Israel-Estados unidos que presiona directamente al poder legislativo de los EE.UU); b) la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo; c) la creación y dirección Radio Martí — siguiendo el modelo de Radio Europa Libre— nombrando a Jorge Mas Canosa, para presidir la junta de supervisión de la radio —encargada transmitir propaganda gris y negra contra Cuba. Todo ello ocurrió hasta que los demócratas conquistaron nuevamente la presidencia: » Me gusta», dijo Clinton, quien ya se aproximaba a la Casa Blanca en 1992, refiriéndose a Mas Canosa, al obtener de este una sustancial cantidad de fondos de campaña, respaldo político —el mismo que por más de una década había entregado al Partido Republicano y sus líderes— y la promesa de instar a los exiliados cubanoamericanos pertenecientes a la Fundación Nacional Cubano Americana a votar por los demócratas.
El 24 de febrero de 1996 se produjo el derribo de las Avionetas Cessnas 1 y 2, pertenecientes a la organización anticastrista “Hermanos al Rescate” al traspasar el paralelo 24.
Ello fue acompañado del sacrificio o daño colateral de cuatro seres humanos —los que según esta organización proclama fueron «asesinados en el aire”— tres de ellos estadounidense a razón de una decisión ejecutiva político-militar de Seguridad Nacional tomada por el Gobierno cubano, quien desde 1994 había advertido en varias ocasiones a las autoridades estadounidenses sobre la peligrosidad de los vuelos de estas avionetas sobre territorio cubano y el lanzamiento de numerosas proclamas contra el gobierno de la isla.
El presente trabajo es un Análisis Investigativo y de Contenido de Campo (AICC) —producto de una compilación de información obtenida a través de fuentes humanas, algunas de ellas estrechamente vinculadas con los hechos, cuyos nombres omitimos ex profeso para proteger su identidad y de otras diferentes fuentes de Código Abierto (mediáticas y digitales públicas) trata de lo que fue una Operación de Falsa Bandera, montada a través de un profesional Juego Operativo de Desinformación, llevada a cabo contra Bill Clinton y Fidel Castro dentro del marco de realpolitik.
Su planeación y mando táctico-estratégico fuer desarrollado por el brazo armado de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), integrado por veteranos de misiones encubiertas , todos ellos reclutados y entrenados por los Servicios Especiales de los Estados Unidos.
El derribo de las dos aeronaves por muy valederas o no las razones de realpolitik o de las causales por lo que se produjera—ha sido un tema sobre el cual durante varios años, de forma profesional, unipersonal, objetiva, fría, concisa y sin tomar partido hemos investigado, trabajado, publicado, conferenciado y dado testimonio legal —pro bono— por razones profesionales y de justicia, en calidad de Master en Contrainteligencia y Experto en Antiterrorismo.
AICC que difiere totalmente de las versiones presentadas por diferentes actores y activos mediáticos creadores de matrices de opinión y movilización social —radiales, televisivos, prensa plana y de la blogesfera— en su mayoría cubanoamericanos radicados en el Sur de la Florida, los que indiscutiblemente, cuentan con un altísimo potencial como “vendedores del anticastrismo” formadores y orientadores de conducta social a escala masiva mediante el control intensivo de las empresas mediáticas —los que no admiten ni permiten medios alternativos ni actores mediáticos imparciales y objetivos.
Los medios a los que hacemos referencia, hasta la fecha, han sido exitosos en el dominio político-social-económico y de control de la «opinión pública” en el Sur de la Florida —y por demás regentes de la política exterior de los EE.UU. referente a Cuba— llevando a cabo sistemáticas campañas de manipulación, desinformación, desmitificación, satanización y saturación negativa anticastrista —”la mercancía o producto”— para generar constantes necesidades masivas de consumo —“el mercado”— dentro de a una audiencia —“individuo-masa”— constituida fundamentalmente por un grupo de pertenencia de origen cubano, mayoritariamente en la tercera edad, que mantienen y sostienen un profundo sentimiento de odio, sed de venganza y total rechazo contra los líderes de la Revolución cubana y su proceso —con razón o sin ella, justificados o no, con motivos valederos o sin ellos, por empatía colectiva o voluntad propia— que responden hacia donde les lleve el corazón y no a razones objetivas de información, análisis y reflexión, sobre lo que “quieren oír, ver y emocionalmente sentir” convirtiéndolo en una “terapia mediática anticastrista” paliativa e inseparable de sus vidas.
La descripción anterior obedece a un esfuerzo por tratar de llevar a nuestros lectores una mejor comprensión acerca del papel que juegan las empresas mediáticas de Miami, controladas en su casi totalidad por cubanoamericanos anticastristas de línea dura e intransigente. Desde allí promueven, estimulan y orientan mediática y públicamente la desestabilización social dentro de la isla y algunos incitan a la comisión de actos terroristas, los que en su casi totalidad responden políticamente al Partido Republicano.
Los actores y activos comunicacionales a los que hacemos referencia jugaron un rol destacado como escalón de apoyo mediático y activos “vendedores del anticastrismo” en el éxito parcial de esta Operación de Falsa Bandera (Black Ops.) conocida popularmente como “El Derribo de las Avionetas de Hermanos al Rescate”.
Las dos caras de una misma moneda
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José Basulto, presidente de HAR, junto a Rene González “Agente Castor” —de cuclillas— y Juan Pablo Roque “Agente Castor” —a la izquierda de Basulto— ambos integrantes de una Red de la Inteligencia asentada en EE.UU. que fuera conocida por el FBI desde 1993 gracias a la denuncia del profesor Edgerton I. Levy “el Agente Ariel “ —otro ex agente cubano que desde su arribo a Cayo Hueso junto a su esposa e hijo— los que informaron y coolaboraron con las autoridades federales. Conocimientos que permitieron a la FNCA establecer una exitosa Operacion Negra (Black Ops.) a traves de un Juego Operativo de Desinformación en contra del gobierno cubano que culminara con el derribo de las avionetas de HAR cuyo objetivo central era «forzar» a la administración Clinton a intervenir militarmente en la isla.
Toda moneda tiene dos caras, el principal rol de los actores y activos mediáticos enemigos de Castro, consistió en “vender la cara humana, loable y sin duda mediáticamente digerible —hasta la aplicación de la política ejecutiva de «Pie Seco, Pie Mojado» en 1994— ” de su moneda acompañada, en esta ocasión, de un fuerte “dosis” emotiva y de sensibilidad” a la par de exigir y reclamar severas y ejemplares acciones militares contra Castro por parte de la administración norteamericana de Bill Clinton.
Campaña cuya eje de dirección de matriz mediático era “ejercer presión sobre la opinión pública doméstica, nacional e internacional” mediante la manipulación y control de la información con el fin de que su eco llegara hasta el despacho de Bill Clinton, presidente de los EE.UU. quién podía ordenar ejecutivamente drásticas medidas y sanciones contra el gobierno de Cuba —ante el evidente “asesinato en el aire” de tres estadounidense— y quien por demás tenía y debía “compromisos y favores políticos” al Chairman de la FNCA —por el fuerte financiamiento recibido durante su primera campaña presidencial y el respaldo político público personal y organizativo dado en aquel entonces.
Compromisos y favores políticos que el Chairman de la FNCA sin pérdida de tiempo trato de “cobrar” y por lo cual al otro día del derribo —aprovechando su acceso directo a la Casa Blanca— emprendió vuelo hacia Washington, en su avión privado —acompañado de la vocera de la organización— a exigir la aplicación de tres medidas ejecutivas:
1. Bloqueo naval a la isla.
2. Golpe quirúrgico a la base desde donde despegó el MiG-29UB de la Fuerza Aérea Cubana.
3.Reparación económica para los familiares de los tres estadounidenses que —como “bajas colaterales” resultaron muertos — de los fondos congelados a la República de Cuba en los EE.UU.
Aquí no estará toda la verdad, pero lo que esta forma parte de la verdad.
Continuara Segunda Parte: La verdad oculta
* Dr. José R Alfonso. Dr. Ciencias Políticas. Master en Inteligencia Política Estratégica. Master en Contrainteligencia y Experto en Antiterrorismo. Dr. En Medicina y Especialista de 1er Grado en Cirugía General. Autor del libro “El Lenguaje del Terror El Informe que el Presidente no quiso escuchar” sobre el 9/11. Corresponsal en Miami de la Revista “Réplica. Publisher de www.codigoabierto360.com.
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