Por Mikel Soria – Fuente DebekaFile
La flota de Estados Unidos en el Mediterráneo se está moviendo hacia su posición lista para recibir la orden de lanzar misiles de crucero Tomahawk en un asalto aplastante contra la fortaleza montañosa del Estado Islámico en el centro del Sinaí,
La flota de Estados Unidos en el Mediterráneo se está moviendo hacia su posición lista para recibir la orden de lanzar misiles de crucero Tomahawk en un asalto aplastante contra la fortaleza montañosa del Estado Islámico en el centro del Sinaí, informan fuentes militares y antiterroristas de Debkafile.
Este sería el segundo ataque de Estados Unidos contra un objetivo en Oriente Medio en solo un mes, después de que 59 misiles de crucero destruyeran una quinta parte de la fuerza aérea siria en la base aérea de Shayrat el 7 de abril, en respuesta a los ataques químicos de Assad contra civiles sirios.
El próximo ataque con misiles estadounidense en el Sinaí elevaría la guerra contra ISIS en Oriente Medio a un nuevo plano. Habría sido discutido durante la visita del presidente egipcio El-Sisi a la Casa Blanca el 3 de abril. Allí explicó a su anfitrión, el presidente Donald Trump, la inmensa dificultad de superar a la filial del Estado Islámico cuando su sede se encuentra en medio de una red interconectada de túneles y cuevas en el centro de la península, en Jabal Halal.
Conocida como la “Tora Bora del Sinaí,” los caminos de acceso a esta fortaleza montañosa son pocos y distantes entre sí, al igual que la red de cuevas de Afganistán cerca de la frontera con Pakistán destruida el 13 de abril por la bomba no nuclear más grande del arsenal estadounidense, la GBU-43/B.
El último asalto egipcio a la imponente fortaleza de la montaña de ISIS tuvo lugar el 2 de abril, poco antes del viaje de El-Sisi a Washington. El ejército egipcio anunció que 31 terroristas murieron y una serie de cuevas que contenían armas y municiones fueron destruidas.
Pero el daño no fue lo suficientemente devastador como para interrumpir las operaciones de los terroristas islamistas, según informaron fuentes militares. La mayor parte de los terroristas escaparon con la ayuda de las tribus beduinas aliadas que, familiarizados con todos los rincones de la península desértica, los guiaron hacia lugares seguros en nuevas cuevas en Halal Jabal que eran aún más inaccesibles para las tropas egipcias.
Su nueva sede sólo puede ser destruida por misiles de crucero capaces de hacer explosión bajo tierra.
Los egipcios y estadounidenses creen que si el sistema de cuevas de Halal Jabal que alberga el centro de mando central de ISIS en el Sinai se destruye, se verá reducida su larga campaña de terror. El flujo de terroristas, armas y explosivos de la montaña a las redes que aterrorizan a la población y a las fuerzas egipcias del norte del Sinaí se acabará secando.
