El Sucre se abre paso

Hedelberto López Blanch

La noticia resulta sumamente halagüeña para los integrantes de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA): Los países que emplean el Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (Sucre), realizaron 431 operaciones en 2011 en esa moneda virtual, 2,03 % más que en 2010 en cuanto al valor transado.

Las transacciones fueron por un monto de 270 328 708 sucres y las perspectivas para 2012 son favorables para que este año sea la consolidación de esa moneda virtual, afirmó Eudomar Tovar, el presidente del Consejo Monetario Regional del Sucre (CMR) y vicepresidente gerente del Banco Central de Venezuela.

Ante la crisis económica mundial y la caída del valor del dólar, los miembros del ALBA comenzaron en noviembre de 2008 a estructurar y analizar los asuntos técnicos, financieros y legales para adoptar el Sucre con la intención de tener una unidad contable que facilitara el intercambio comercial entre sus miembros sin depender del billete verde y que posteriormente se fuera fortalecimiento para formar una unidad de reserva.

Su constitución oficial tuvo lugar el 16 de octubre de 2009 cuando los presidentes de las naciones del ALBA firmaron el documento durante la VII Cumbre del bloque efectuada en Cochabamba, Bolivia.

Resulta importante recordar que en aquella ocasión, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, explicó que cuando el dólar es usado en las transacciones entre países, Estados Unidos “está captando parte de la producción nuestra”, en base a lo que se conoce en términos económicos como “ingreso por señoreaje. “Quien emite la moneda se lleva parte de la producción y encima dependemos de una moneda extraregional”. Correa recordó la frase de un intelectual, cuando dijo, “Denme el poder de emitir moneda en su país, y me reiré de sus leyes”, es decir que “nos tienen a su merced, si dependemos de su moneda”, añadió. A poco más de dos años de su incursión, Tovar destacó el interés estratégico de Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador, en fortalecer el uso del Sucre en sus exportaciones pues resulta una plataforma ágil, confiable y que reduce costos operacionales, en un marco de respeto a la soberanía, complementariedad productiva y la solidaridad.

Para el año 2012 se estima que los intercambios alcancen los 750 millones de sucres lo que representaría una cifra satisfactoria para sus cuatro actuales usuarios y un ejemplo a seguir por los demás miembros del ALBA.

Según los informes del Banco Central de Venezuela la mayoría de las empresas que negocian con esa moneda virtual, son privadas de pequeño y mediano tamaño, cooperativas y unas pocas de mayor fortaleza, representantes del sector productivo.

En Caracas, varios bancos estatales con el de Comercio Exterior, Industrial, de Venezuela, del Tesoro y Bicentenario, así con el privado Banesco, han sido habilitados para actuar como Banco Operativo Autorizado del Sucre

A mediados de 2011, el gobierno ecuatoriano acordó que todas las transacciones que realizaran entidades públicas de su país serían efectuadas a través del sucre.

Su valor se estableció en 1,25 dólar en esta primera fase y esta respaldado por la asignación de cada país en moneda nacional y otra en divisas que son utilizados por los Bancos Centrales.

Como se ha explicado, el sistema tiene tres instancias: el Consejo Monetario Nacional, la Cámara Central de Compensación y Pagos, y el Comité de Fondo de Reservas y Convergencia Comercial.

El Consejo representa el máximo órgano donde los miembros tienen el mismo derecho independientemente del volumen comercial de que dispongan. Su función fundamental es la de distribuir a cada país (o sea, a los Bancos Centrales) un monto determinado de Sucre con el que funcionarán.

Las operaciones en Sucres, aprobadas por el Consejo Monetario, pasarán por la Cámara Central Si en un período de seis meses, algún país ha gastado la asignación, liquidará el déficit en divisas, y si por el contrario resultó acreedor, deberá entregar los sucres y recibirá divisas.

Asimismo, para el Comité de Fondo, queda la decisión de resolver los sobregiros o déficit temporales de cualquier miembro y además canalizar recursos para financiar proyectos de inversión que aumenten la oferta exportable de éstos.

Los cuatro miembros que se han acogido a esta moneda virtual o de cuenta (Nicaragua debe ser el próximo cuando su parlamento lo apruebe), facilita además intercambiar bienes, servicios y productos que deciden sus naciones.

Sumamente importante es que ya se están financiando empresas nacionales, binacionales y hasta grannacionales, las cuales impulsan las actividades comerciales entre sus integrantes.

Un ejemplo fue la creación en 2010 de la Empresa Grannacional de Alimentos, cuya finalidad es debilitar el esquema que las transnacionales montaron en América Latina que solo han producido hambre y miseria a nuestras naciones.

Mediante esta Grannacional ya se producen semillas, fertilizantes, en su primera fase, y se crean las condiciones para fabricar equipamientos y herramientas, desarrollar áreas de producción primaria y agroindustrial y establecer mecanismos de intercambio que permitan atender el déficit alimentario en esos países.

Sin mucho alboroto, poco a poco y con pleno conocimiento de lo que representa contar con una unidad monetaria que libere a sus miembros de las ataduras del dólar y de los organismos financieros internacionales, el Sucre se abre paso en aras de un comercio equitativo, justo y solidario entre sus afiliados.

 

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