Inserción internacional dependiente y subdesarrollo en Cuba

por Mauricio De Miranda Parrondo. La inserción económica internacional reviste gran importancia para el desarrollo económico de cualquier país, sobre todo de aquellos que, como Cuba, poseen economías abiertas. Tanto en la época colonial como en la república previa a 1959, la inserción internacional de Cuba se caracterizó por la alta concentración geográfica de su comercio exterior y también por la elevada concentración mercantil de sus exportaciones, aunque no de sus importaciones. Foto//Alejandro Ernesto//EFE

escrito por Mauricio De Miranda Parrondo

La inserción económica internacional reviste gran importancia para el desarrollo económico de cualquier país, sobre todo de aquellos que, como Cuba, poseen economías abiertas.

Tanto en la época colonial como en la república previa a 1959, la inserción internacional de Cuba se caracterizó por la alta concentración geográfica de su comercio exterior y también por la elevada concentración mercantil de sus exportaciones, aunque no de sus importaciones.

La Isla exportaba principalmente azúcar y en menor medida tabaco y ciertos productos mineros, e importaba una amplia gama de bienes industriales y materias primas para la incipiente industria no azucarera. Estados Unidos se había convertido en principal socio comercial e inversionista foráneo desde la segunda mitad del siglo XIX, y consolidó esta posición durante el XX hasta la ruptura entre ambos países después del triunfo de la Revolución.

Socialismo «realmente existente» e inserción internacional deficiente y subdesarrollada

El rompimiento con Estados Unidos y la adopción por su parte de sanciones económicas, condicionaron el establecimiento de relaciones económicas y políticas preferenciales con la Unión Soviética y otros países socialistas. Se estatizaron los medios de producción fundamentales y se estableció un sistema de economía administrada centralmente, pero la incapacidad de la misma para asegurar un modelo propio de acumulación generó una nueva inserción, dependiente de la existencia de relaciones políticas y económicas especiales con el campo socialista.

Cuba continuó exportando azúcar, tabaco, productos mineros, ciertos bienes agrícolas y pescado, e importando combustible, maquinarias, bienes industriales y determinadas materias primas. Estados Unidos fue reemplazado por la URSS como principal socio comercial, con niveles similares de concentración comercial. Dicho vínculo tuvo una naturaleza esencialmente política, traducida en la fuerte corriente asistencial desde el país euroasiático.

Entre 1902 y 1958 — excepto en 1907, 1921 y 1958—, Cuba tuvo superávit en el comercio de bienes (las exportaciones superaban a las importaciones). En cambio, desde 1959 y hasta 2020 la balanza de bienes ha sido deficitaria, con la excepción del año 1974.

Inserción internacional (1)

Fuente: JUCEPLAN (1977), CEE (1986 y 1989).

Como puede observarse, a lo largo de los años se produjo una brecha creciente entre importaciones y exportaciones, sobre todo a partir de la década del ochenta. De un déficit de 261,5 millones de pesos en 1970, se pasó a 2.739,9 millones en 1989. El déficit comercial acumulado fue de 18.935,9 millones de pesos, los cuales fueron compensados por créditos comerciales concedidos por los países acreedores, especialmente la URSS.

El déficit con la URSS representó el 62,3% del total, los países con economías de mercado significaron el 23,1% y el resto de las naciones socialistas el 14,5%. De esta forma se consolidó un patrón comercial deficitario que ya se había establecido a partir del triunfo revolucionario. Mientras en 1970 el déficit comercial representaba solo el 3,5% del PIB, en 1980 había ascendido al 5,1%, en 1985 al 10,5% y en 1989 al 14,3%.[1]

La disolución de la Unión Soviética y del sistema socialista mundial, hicieron insostenible para Cuba ese modelo de inserción. Ello se tradujo en la peor crisis económica de su historia, se profundizó el subdesarrollo, se deterioró el nivel de vida de la población y el país debió reconstruir completamente su inserción internacional.

A inicios del siglo XXI, el establecimiento de relaciones económicas y políticas especiales con Venezuela permitió a la economía insular mejorar su crecimiento económico y alcanzar una mejor posición externa. La nación suramericana nunca alcanzó con Cuba los niveles de concentración geográfica en el comercio que habían tenido los Estados Unidos o la Unión Soviética. A pesar de ello, se convirtió en el principal receptor de exportaciones cubanas de servicios profesionales, principalmente los relacionados con la salud, que bajo acuerdos políticos con ese y otros países, llegó a convertirse en la principal fuente de ingresos de divisas de la Isla.

Actualmente la economía venezolana también ha entrado en una profunda crisis y no está en condiciones de evitar el colapso de la cubana.

Cambios estructurales hacia una economía de servicios con inserción internacional deficiente

La crisis de los años noventa produjo el colapso de casi toda la industria y la agricultura en Cuba. La producción de níquel y el desarrollo del turismo, impulsados por inversiones foráneas, cambiaron la estructura productiva y de inserción internacional del país. A esto se suma el desmonte de la mitad de las tierras cañeras y de los centrales azucareros, que significó el derrumbe de la industria líder de la economía nacional desde tiempos coloniales. Las exportaciones de bienes han caído abruptamente, mientras las necesidades de importación se han incrementado, sobre todo debido a la crisis crónica de los sectores industrial y agrícola.

Inserción internacional (5)

El desmonte de la mitad de las tierras cañeras y de los centrales azucareros significó el derrumbe de la industria líder de la economía nacional desde tiempos coloniales. (Foto: Julio Batista)

Pasadas más de tres décadas del derrumbe del sistema socialista mundial, la industria cubana produce menos que en 1989. En 2019 —antes de la pandemia—, el índice general de volumen del sector manufacturero era de 61,6, en tanto para 2020 descendió a 53,8. Es decir, la industria nacional produjo el pasado año poco más de la mitad que en 1989.

El desplome de la industria azucarera es especialmente significativo. En 2019 produjo el 29,9% de lo que alcanzó en 1989, y en 2020 solo el 28,9%. Únicamente la industria tabacalera y la de fabricación de muebles produjeron en el último año algo más que en 1989. Los indicadores por tipos de productos muestran una situación de colapso del sector industrial (ONEI, 2021).

El descalabro de la industria azucarera guarda estrecha relación con la reducción de la superficie cultivada y la caída de los rendimientos agrícolas, además de la reducción de capacidad industrial instalada debido al desmantelamiento de los centrales.

En la zafra 1990/1991, la superficie cosechada fue de 1,4 millones de hectáreas y se logró una producción de 79,7 millones de toneladas de caña; mientras en la campaña 2017/2018, la superficie cultivada era de 392,9 mil hectáreas y la producción apenas alcanzó 17,2 millones de toneladas (ONEI, 2021).

Entre tanto, la producción agropecuaria muestra considerables retrocesos respecto a la etapa previa a la crisis de los noventa. En 2020 se produjo menos papa, arroz, cítricos, cacao, carne vacuna, leche de vaca, huevos y carne de ave, entre otros tipos de productos. Esto ha obligado a incrementar los recursos destinados a las importaciones, al tiempo que empeora la seguridad alimentaria del país.

Se han reducido notablemente las exportaciones de bienes, mientras se incrementan las importaciones, debido a la contracción nacional de una inmensa cantidad de productos. Ello profundiza el desbalance comercial de mercancías.

Inserción internacional (2)

Fuente: Elaboración propia con base a cifra de la ONEI (2021).

Desde los años noventa el gobierno apostó por una inserción internacional altamente dependiente de las exportaciones de servicios, primero procedentes del turismo y después de los servicios profesionales. En este último caso especialmente médicos, contratados por países en su mayor parte africanos y latinoamericanos, de los cuales Venezuela fue el principal receptor.

En los últimos años la reducción del déficit comercial no ha sido resultado de la sustitución de importaciones con producción nacional; más bien se debe a que la contracción de ingresos en divisas obliga al descenso de las importaciones. Estas últimas se compensan con los ingresos que producen las exportaciones de servicios, incluidos los generados por el turismo, que también han descendido.

En la actualidad, con independencia de algunas facilidades recibidas en su comercio con países políticamente afines, Cuba carece de líneas de crédito internacionales, sobre todo a partir del endurecimiento de las sanciones económicas estadounidenses.

Inserción internacional (3)

Fuente: Elaboración propia con base a ONEI (2021).

Como puede observarse en el Gráfico 3, la balanza de bienes y servicios ha sido positiva en la mayor parte de los últimos años gracias a los ingresos del turismo y de los servicios profesionales, pero cuando estos se contraen ello repercute en la capacidad importadora del país y, en consecuencia, tanto en la producción nacional como en el consumo, que dependen de las importaciones.

Vulnerabilidad externa y subdesarrollo

En las tres últimas décadas, lejos de haber logrado avanzar en su proceso de desarrollo, Cuba ha retrocedido. Su nivel de vulnerabilidad externa es considerablemente alto. De un modelo de inserción basado en la producción y exportación de pocos bienes primarios con exiguo valor agregado, se ha pasado a una alta dependencia de las exportaciones de servicios turísticos y profesionales.

En el caso del turismo se basa, esencialmente, en la opción de «sol y playa», con escasos encadenamientos productivos que permitan el desarrollo de la producción nacional. Por su parte, los servicios profesionales, si bien se trata de exportaciones intensivas en conocimiento, tienen una alta dependencia del carácter de las relaciones políticas con los países importadores, así como de la salud de su economía.

Los cambios de gobierno ocurridos en Brasil, tras el ascenso de Bolsonaro, y en Bolivia durante el régimen de facto de Añez, significaron la ruptura de acuerdos por medio de los cuales Cuba mantenía misiones médicas en ambos países; sin embargo, en el segundo de ellos existía un alto componente de cooperación ofrecida por la Isla.

La economía venezolana está enfrentando la peor crisis económica de los últimos tiempos, lo cual dificulta su capacidad de pago por los servicios profesionales ofrecidos por Cuba. De acuerdo con cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI), el PIB de este país ha sufrido una contracción promedio anual de 23,9% entre 2016 y 2020.

La inserción internacional de la mayor de las Antillas, asentada en una especialización productiva caracterizada por la baja intensidad en la utilización de tecnología y conocimiento, ha condicionado una posición relativamente subordinada y retrasada del país en las relaciones económicas internacionales.

Dicha situación restringe las posibilidades de apropiación de cuotas mayores de valor y limita la complejidad de su perfil económico. Esto ocurre a pesar de los avances alcanzados en la biotecnología, que aún no tiene una contribución significativa a los ingresos en divisas.

La profundización del subdesarrollo económico de Cuba es resultado de una combinación de múltiples factores. El endurecimiento de las sanciones económicas ha contribuido notablemente a enrarecer el contexto económico internacional, tanto desde el punto de vista comercial como financiero. Sin embargo, los errores en política económica cometidos por la dirección del gobierno a lo largo de los años, en un país con alto nivel de centralización de las decisiones, han profundizado la debilidad estructural de la economía, acentuando su dependencia y vulnerabilidad.

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Referencias

Comité Estatal de Estadísticas (CEE). Anuario Estadístico de Cuba. La Habana, 1986 y 1989.

Junta Central de Planificación (JUCEPLAN). Reconstrucción y análisis de las series estadísticas de la economía cubana, 1960-75. La Habana, 1977.

Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Anuario Estadístico de Cuba 2020. Edición 2021.

Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Series Estadísticas Sector Externo, 1985-2019.

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[1] Datos calculados con base a estadísticas oficiales cubanas y a la estimación del PIB realizada por CEPAL

AUTOR

MAURICIO DE MIRANDA PARRONDO. Director CECP, Pontificia Universidad Javeriana Cali, 0000-0002-7972-5586Dirección de correo verificada de javerianacali.edu.co – Página principalEconomic Development International Economics History of the World Economy and History of Economic Thought Asian Studies

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