Por José R. Alfonso

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 En política, nada sucede por accidente. Si sucede, usted puede apostar que fue planeado de esa manera… Franklin D. Roosevelt (1882-1945), 32.º Presidente de los Estados Unidos.

 Introducción

En el 2009, Barack H. Obama fue encargado por Henry Kissinger, operador clave de la Triada de la Criptocracia (Gobierno en la sombra o Gobierno invisible compuesto por los Cabilderos o Lobbista, los Grandes intereses económicos, financieros: Bancarios, Wall Street, etc. etc…) y  los Medios Corporativos de crear un “Nuevo Orden Mundial”

los grandes intereses económicos y financieros: Bancarios, Wall Street, etc. etc…). de crear un “Nuevo Orden Mundial”

La respuesta afirmativa de Barack H. Obama, Senador (D-I) 205-08, fue lo que le disparó en el 2008 a la Presidencia de los EE.UU.  Más tarde mostraría su lealtad a las “elites” de la Criptocracia entregando la Casa Blanca al agente-presidente del Banco Central de Wall Street Timothy Geithner y a sus amigos, de tal forma que estos se convirtieron en los hacedores de la política estadounidense, en tanto Obama se hacía cargo de mostrar su imagen y pronunciar los discursos.

 Ello valida la frase expresada por Woodrow Wilson (1856-1924), 28.º Presidente de los Estados Unidos: “algunos de los hombres más importantes en los Estados Unidos tienen miedo de algo. Saben que hay un poder en algún sitio, tan organizado, tan sutil, tan observador, tan entrelazado, tan completo, tan penetrante que es mejor no hablar por encima de su respiración cuando hablan en condenación de ello”…

El Proyecto del Nuevo Orden Mundial (un gobierno único, colectivista y controlado por sectores elitistas y plutocráticos que hiciera su incursión en la política estadounidense a principios del Siglo XX) fue encargado a Obama por Kissinger como una continuación de lo que el Presidente George H. Bush comenzó en 1990, a los dos años de ser juramentado: seguir los cambios en la desestabilización del Medio Oriente iniciados a principios de enero de 1991 (Crisis del Golfo Pérsico) y públicamente expresado en el discurso del Estado de la Unión ante el Congreso, 29 de enero 1991, del propio Presidente Bush, padre: “La crisis del Golfo Pérsico es una rara oportunidad para forjar nuevos lazos con viejos enemigos (la Unión Soviética) … Fuera de estos tiempos difíciles un Nuevo Orden Mundial puede surgir en virtud de unas Naciones Unidas que se desempeñe según lo previsto por sus fundadores. Los Servicios Especiales de la Comunidad de Inteligencia Mundial y los hacedores del discurso del Estado de la Unión para el Presidente Bush, con toda seguridad ignoraban totalmente que la URSS implosionaría once meses después de que este fuera pronunciado, el 25 de diciembre de 1991.

Radiografía Política

El triunfo de Donald Trump es el producto, entre otros sub factores, de una brillante Operación Encubierta Psicológica Política Mediática de altos quilates (Covert Operation Psychological Media Politics), planeada, ejecutada y financiada por la Criptocracia que finalmente lo condujo a la Presidencia de los Estados Unidos, contra todo pronóstico lógico y de los más exigentes análisis de Sociología Electoral, incluyendo el nuestro propio hasta la inexplicable intervención del Buró Federal de Investigaciones(FBI).

 Pero el factor principal de la victoria recae en las “elites de la Triada de la Criptocracia compuesta por los Grupos de Poder (grandes intereses económicos —Financieros, Bancarios, Wall Street, etc. etc…—), los Grupos de Influencia (Cabilderos), y los Grupos de Presión  (Prensa Corporativa) a través de su influjo sobre los jefes de Partidos (Demócrata y Republicanos), de su control Mediático y sus ilimitados financiamientos para las Campañas por la Gerencia Política, expusieron una vez más el rol que juega “Poderoso Caballero Don Dinero” en la designación del Presidente de los EE.UU., como ha venido ocurriendo desde la fundación de la nación estadounidense y haciéndose valederas las palabras de Mayer Amschel Rothschid (1744-1812), fundador de la Casa de los Rothschid: “Déjenme emitir y controlar el dinero de una nación y no me importará quién escriba las leyes“.

No admite cuestionamiento alguno que los fracasos de la versión globalista del neoliberalismo son el resultado del paso del control de la economía de Estados Unidos de las manos de los industriales a las de los banqueros y que estos son las causantes de la regresión de la productividad y del progreso técnico. Todo ello comenzó a partir de los primeros años sesenta, con la ralentización del nivel de productividad seguido de una descomposición industrial, agravados por el sistema de libre cambio global que puso a la industria de los Estados Unidos frente a titanes de la producción cuantitativa y cualitativa como Japón y Alemania, quienes, desde los años setenta, habían incrementado su producción – debido al régimen de libre cambio- con la consiguiente destrucción de la industria americana.

Toda esa suma de factores unidos a la implosión inesperada de la URSS, en 1991 —un régimen autocrático basado en valores colectivistas— rompería el equilibro geopolítico-estratégico mundial convirtiendo a los EE, UU, —un régimen Pax Americana llamado eufemísticamente “el Mundo Libre”— en la única e indiscutible superpotencia de referencia en la arena político-militar-económico internacional: sin restricciones, rica, poderosa e influyente lo que le permitió dominar al mundo a partir de esa fecha, bajo el antiguo concepto de la “superioridad de civilizaciones”, por medio de la combinación de dos principios básicos: el “softy y el hard power”.

 Soft Power

 Utilización del lobby (Grupos de Influencia), las relaciones de poder (Grupos de Presión), las instituciones y los medios de comunicación internacionales, así como las redes de influencia de carácter supraoculto que financian las campañas.

Hard Power

 Amenazas militares, invasiones directas (Irak), creación, financiación  y entrenamiento de fuerzas paramilitares como el Estado Islámico para Irak y el Levante (ISIS) para intervenir en países del Medio Oriente, Sector Derecho y Batallón Azov en Ucrania, Operaciones Encubiertas (Black Ops.) y Psicológicas (OPSIS) de subversión, guerras civiles (Libia y en la República Árabe Siria), Revoluciones de Colores, Primaveras Árabes (de Túnez a Egipto), Técnicas de Golpes Blandos o Suaves, Estrategias y Tácticas de Guerra de Cuarta Generación, los sucesos de la Plaza de Maidan en Ucrania, todo esto planeado y ejecutado por sus Servicios Especiales (CIA), etc. etc…

 Fracasos, acompañados de muchos otros, que llevaron a la Criptocracia y sus altos centros de “thing tank o laboratorios de ideas”, a la búsqueda de un Proyecto Político Estratégico-Táctico que, sin alterar sus poderes, fuera aceptable para el pueblo norteamericano: la respuesta fue volver al retorno del Estado Nacional (Etat Nation), aunque ello significara un retroceso – mutatis mutandis– a los principios del siglo XX. Y a encontrar diversas formas de nacionalismo, no bajo ese nombre tan desmitificado, como una alternativa simplista a la hegemonía liberal que se estaba desmoronando.

El Gerente Político escogido esta vez por esa Criptocracia para administrar la Presidencia de Estado Nacional (Etat Nation) fue Donald Trump, un empresario billonario y showmen televisivo, escogiendo una Plataforma Política basada en el Lema de la Campaña “Make America Great Again”(“América primero”). Mensaje: La recuperación del Sueño Americano. Mensaje Subliminal: El candidato que responderá a las expectativas del pueblo estadounidense y se encargará de resolver sus preocupaciones. Temas Centrales: en contra del libre comercio, la financiación de la economía y el retorno a la era del paternalismo benévolo de tipo fordista (Henry Ford) que ofrecía a la par beneficios para los dueños del capital como también a los trabajadores, gran parte de lo cual Donald Trump fue capaz de formular en lenguaje sencillo y comprensible para la masa.

Pronostico

Ahora le toca “pagar” a Trump a las “elites de la Criptocracia”, tal como los han hecho todos los presidentes estadounidenses que lo han precedido,   entregar la Casa Blanca a las mismas élites que decía combatir y las programaron su victoria desde el principio

 Entre otras razones objetivas: porque el éxito de Donald Trump significa el fracaso de la globalización, del libre comercio, de la financiación de la economía y de la oligarquía, todas asociadas al imperialismo estadounidense y el regreso del concepto de Nación y del Sueño Americano. Pero ello no implica el desmantelamiento del sistema imperial de Estados Unidos y de las instituciones de la globalización y de la oligarquía, estas enormes maquinarias no están bajo el control de la Casa Blanca, sino que son las encargadas de hacer la política en tanto el Presidente lo es para pronunciar los discursos.

“La política es el arte de lo posible” y gracias a ese viejo axioma, la República Rusa y en especial su líder Vladimir Putin, serán los mayores beneficiados con el ascenso de Donald Trump a la Presidencia de los EE.UU., conjuntamente con la República Popular China (ambos actores del nuevo polo de poder internacional). Cambio ideológico-político, y también filosófico, que estamos presenciando, y que impactará de una manera u otra en la realidad objetiva, debido a que las estructuras y la ideología que las subyace están estrechamente relacionadas entre sí y es lo que favorece un nuevo avance hacia un reordenamiento geopolítico-estratégico mundial —esta vez no multipolar sino hacia un mundo que será repartido, al parecer, en tres áreas de referencia e influencia: EE.UU, la República Rusa y la República Popular de China.

 Continuará Geopolítica y Geoestratégia de Donald Trump vs Vladimir Putin para el año 2017-2020: La “Derecha-Alternativa” (EE.UU) vs  La Cuarta Teoría Política (Rusia)…Segunda Parte

 

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