OSINT: Steve Bannon, la mano derecha de Trump vs Alexander Dugin, Asesor de Putin: Filosofías e ideologías dentro del marco de un Nuevo Orden Mundial.

Por Anastasiya Kazimirko-Kirillova

Steve Bannon es el nuevo consejero principal del presidente hará de Trump el líder mundial de los movimientos de derecha.

Steve Bannon es el nuevo consejero principal que haea del presidente hará de Trump el líder mundial de los movimientos de derecha.

Steve Bannon  es el nuevo consejero principal del presidente que  hará de Trump el líder mundial de los movimientos de derecha.

Steve Bannon se ha convertido en jefe de estrategia y asesor principal del presidente Donald Trump. Es Bannon quien estará a cargo del componente ideológico del nuevo presidente y de su administración, así como del componente de los medios de comunicación. Anteriormente Bannon, de 62 años, gestionó la campaña de Trump, que resultó exitosa. El equipo de Bannon trabajó con el electorado en las redes sociales, utilizando activamente el potencial de los equipos de memes, especialmente los de orientación de derecha-alternativa.

Steve Bannon nació en una familia católica irlandesa. También sirvió en el ejército. Bannon tiene varios títulos universitarios, incluyendo uno de la Universidad de Harvard. Comenzó su carrera como banquero de inversión de Goldman Sachs, y luego se trasladó a la esfera de los medios de comunicación. El proyecto más grande encabezado por Bannon es el sitio web de noticias Breitbart News. Gracias al activismo de Bannon, este recurso ganó reputación como una plataforma para la difusión de las opiniones de la oposición de la derecha-alternativa y de la oposición a la corrección política, malsana en opinión de muchos norteamericanos blancos (y no sólo).

Steve Bannon representa una mezcla bastante compleja de ideologías que difieren fuertemente de las nociones tradicionales de “izquierda” y “derecha”. Por ejemplo, durante una entrevista, Bannon se llamaba simultáneamente “leninista” y “pragmático y capitalista”.

El buen capitalismo y el mal capitalismo

“Aquel capitalismo realmente generó una tremenda riqueza. Y esa riqueza fue realmente distribuida entre una clase media, una clase media en ascenso, gente que provenía de entornos verdaderamente obreros y creó lo que realmente llamamos una Pax Americana”, dijo Steve Bannon. Ciertamente, Bannon predica la idea del mesianismo blanco y de la supremacía americana sobre el resto del mundo. Este punto es definitivamente diferente de los partidos europeos de la “Nueva Derecha”, para los cuales la diversidad de culturas no implica competencia por la grandeza.

Según Bannon, después del colapso de la URSS y en los albores del siglo XXI, el mundo no avanzó, sino que volvió a la crisis y la degradación. Él cree que estamos a las puertas de un nuevo conflicto sangriento en el que la civilización cristiana tendrá que unirse en la lucha por sus creencias y por su propia existencia, o perecer.

Bannon ve dos trayectorias principales a lo largo de las cuales el capitalismo “bueno” se degradó después de dar vida a la ahora menguante prosperidad de la clase media. Por un lado, este es el capitalismo libertario de la doctrina de Ayn Rand, que convierte a las personas en mercancías. Bannon utiliza el término “objetivación”, que es comúnmente utilizado por las feministas para describir la transformación del cuerpo y la sexualidad femenina en una mercancía en el mundo capitalista, y extiende esta definición a toda la sociedad. Enfatiza que, en ausencia de alternativas, los jóvenes perciben este modelo como un cierto tipo de “libertad personal”.

Rusia, China y América Latina se han convertido en los territorios a partir de los cuales se está difundiendo el segundo tipo de capitalismo degradado, que Bannon llama “cleptocracia”. Bannon, en contraste con los partidos europeos de derecha, critica a Rusia y lo hace con dureza. Sin embargo, la validez de sus acusaciones no puede ser negada, al menos en el contexto en el que habla de la naturaleza tribal del capitalismo, que conduce a la concentración de la riqueza, al dominio de un grupo social muy pequeño y a la estratificación de la sociedad, como en el primer caso.

Cuando un establishment nacional está parcialmente subordinado al capital transnacional y a estrategas políticos extranjeros, no tiene ningún sentido para el sistema resuelver problemas en este plano, sino que prefiere comunicarse con “clientes” que, si es necesario, darán contratos a la “élite nacional” como a un rebaño de ganado.

El movimiento de la derecha-alternativa y la Fe

Muchos perciben el movimiento de la derecha-alternativa como ateo, pagano, o en cualquier caso anticristiano. Bannon refuta esta teoría. Según él, la secularización de Occidente es la causa indirecta del hecho de que hoy no pueda resistir al Islam radical y a las organizaciones terroristas prohibidas como el ISIS. El fascismo islámico está en guerra con el mundo cristiano, alejando a los cristianos de sus lugares históricos de residencia en el Medio Oriente, arrojando a decenas de ellos por los acantilados y cortando sus gargantas. Debido a que prácticamente ya no existe, el cristianismo occidental ya no puede plantear una resistencia igualmente feroz a los radicales islámicos.

“Estamos en las etapas muy iniciales de un conflicto muy brutal y sangriento, que, si la gente en esta sala, la gente en la iglesia, no se une entre sí y forma realmente lo que siento es un aspecto de la iglesia militante, para ser capaz realmente no sólo de permanecer con nuestras creencias, sino de luchar por nuestras creencias en contra de esta nueva barbarie que está comenzando, que erradicará completamente todo lo que nos ha sido legado durante los últimos 2.000, 2.500 años”, dijo Steve Bannon durante una conferencia en el Vaticano en el verano de 2014, cuando los terroristas islámicos aún no habían alcanzado su apogeo y eran, a causa de la promoción de los medios occidentales, todavía percibidos como “rebeldes” y “luchadores por la libertad”.

La ausencia de fe hace a los capitalistas modernos demasiado cínicos y codiciosos, obligándolos a negar la naturaleza humana en las personas y a percibirla como un accesorio de esta mercancía. No importa si los capitalistas del “viejo mundo” eran judíos, protestantes, o cualquier otra cosa, sus creencias religiosas habrían influido en el curso de los negocios y servido como un freno natural que ahora ha sido completamente frustrado. Esto está llevando al mundo entero al abismo.

Bannon y la derecha en Europa

No obstante lo anterior, Bannon considera que la “nueva derecha” europea y rusa son aliados en la lucha contra el gobierno mundial. El asesor de Trump y editor en jefe de Breitbart no apoya el ZOG* ni otras teorías conspiratorias, como él mismo admite, pero no ignora que la gente “en Nueva York y Davos se siente más cerca de la gente en Londres y en Berlín que de la gente en Kansas y en Colorado, y tienen más de esa mentalidad de la élite que va a dictar a todos cómo va a funcionar el mundo”.

Esta confrontación con la élite transnacional, de la que las clases trabajadoras y las clases medias de Europa, Asia y Estados Unidos están tan cansadas, es el vínculo central entre los movimientos de centroderecha en todo el mundo. La gente está cansada de alimentar el sistema financiero mundial con su sudor y su sangre. Esta es la esencia del movimiento y de las creencias de la derecha-alternativa de Bannon. Y lo que es más paradójico es que estas personas han llegado hoy a cumplir el papel de la buena vieja izquierda marxista, abogando por una distribución más equitativa de la riqueza en la sociedad. “Así que creo que usted está viendo una reacción global a un gobierno centralizado”, dice Bannon.

Por lo tanto, siendo firmes capitalistas por un lado y partidarios de la justicia social por el otro, la derecha-alternativa defiende el matrimonio tradicional y se opone al aborto, situándose así entre las ideologías de derecha e izquierda. La dimensión “alternativa” en esto es que la “Nueva Derecha” considera que los conservadores republicanos del llamado Tea Party son sus oponentes más que los izquierdistas. No es una coincidencia que el famoso presentador de televisión conservador Glenn Beck, llamara a Steve Bannon, “posiblemente el tipo más peligroso de toda la política estadounidense”, y un “ser humano horrible y despreciable”.

Rusia, en el umbral del cambio

El hecho de que Bannon haya criticado abiertamente la cleptocracia rusa demuestra que Trump difícilmente trabajará con las élites que están dirigiendo el país ahora. Hoy en día, el establishment ruso son exactamente esos “gatos gordos” y transnacionales contra los que la nueva derecha americana se ha propuesto luchar. Hoy en día, estas élites liberales cleptocráticas ya no pueden esconderse bajo la cobertura de la presión externa o de la hegemonía mundial hostil, como han estado haciendo con éxito durante décadas. En los últimos años, Rusia también ha llegado a ser considerada un líder mundial del movimiento conservador derechista en virtud de sus valores tradicionales.

Con la llegada de Trump y Bannon a la Casa Blanca, los médicos políticos rusos de la Sexta Columna ya no serán capaces de bañarse en los rayos de la gloria de Vladimir Putin como líder tradicional informal.

Ahora tienen un competidor fuerte cuyo equipo está trabajando mucho más profesionalmente y está familiarizado con la última tecnología para promover viralmente objetivos políticos. Sin lugar a dudas, este competidor está por encima de las cabezas de los burócratas rusos en materia de imagen y de reputación.

Por lo tanto, si Rusia quiere inspirar a las fuerzas conservadoras dentro de los estados a luchar por la soberanía nacional y a superar la división social, o por lo menos estar a la par con sus nuevos socios y no volver a planes de segunda o tercera, Rusia tendrá que romper todo el sistema predominante. Pero por ahora, simplemente no hay persona en el Kremlin que pueda hablar con el nuevo presidente de Estados Unidos y su consejero.

*Gobierno de Ocupación Sionista (ZOG por sus siglas en inglés: Zionist Occupation Government), o la teoría sobre el control en muchos países e instituciones de las organizaciones sionistas generalmente adscritas al lobby sionista, como por ejemplo la ADL, Liga de Defensa Judía o el Centro Simon Wiesenthal.

Trampas y callejones sin salida del nuevo nacionalismo

Por Alexander Dugin 

El fracaso fundamental de la versión globalista del liberalismo es ahora evidente. El Brexit, la victoria de Trump, y luego será en otra parte. Pero en su lugar aparece la solución más simple: un retorno al Estado nacional (Etat Nation) y a diversas formas de nacionalismo. Eso significa que regresamos - mutatis mutandis - a principios del siglo XX.

El fracaso fundamental de la versión globalista del liberalismo es ahora evidente. El Brexit, la victoria de Trump, y luego será en otra parte. Pero en su lugar aparece la solución más simple: un retorno al Estado nacional (Etat Nation) y a diversas formas de nacionalismo. Eso significa que regresamos – mutatis mutandis – a principios del siglo XX.

El fracaso fundamental de la versión globalista del liberalismo es ahora evidente. El Brexit, la victoria de Trump, y luego será en otra parte. Pero en su lugar aparece la solución más simple: un retorno al Estado nacional (Etat Nation) y a diversas formas de nacionalismo. Eso significa que regresamos – mutatis mutandis – a principios del siglo XX.

El realismo en el OM (+ mercantilismo y proteccionismo en la economía) está casi garantizado y pronto se convertirá en la ideología del centro político (con un cierto retraso necesario para limpiar a los últimos liberales). Bienvenidos a una nueva era de nacionalismo.

La segunda teoría política (el comunismo) está tan desacreditada por la historia del siglo XX que difícilmente podría representar una alternativa, incluso cuando está profundamente impregnada por el virus liberal. Ahora no existe ya ningún comunismo limpio, más bien un liberalismo de extrema izquierda en forma de anarquismo y trotskismo respaldado por ultra-liberales como Soros.

Pero el nacionalismo está relativamente olvidado. Su excesiva demonización por parte de los “antifascistas” lo ha hecho aparecer con cualquier significado. Toda la historia entera de los llamados “nazis” de Putin y luego -y esto es importante- de Trump, finalmente ha desemantizado completamente el término – pronto la palabra “fascista” significará sólo la obscenidad y perderá su sentido completamente. Y la esencia del nacionalismo, no el nombre, volverá y se establecerá en todas partes, como una alternativa simplista a la hegemonía liberal que se está desmoronando ante nuestros propios ojos.

Pero, ¿queremos esto? Si alguien quería esto, ciertamente no éramos nosotros.

Primero, el nacionalismo es un producto de la Modernidad. Exactamente como el resto de la teoría política de la Modernidad, el liberalismo y el comunismo.

Se basa en la negación del espíritu de la Edad Media y en el rechazo de las tradiciones del Imperio y de Cristo. Es burgués en sus raíces y en su esencia. Puede ser un poco mejor que el liberalismo y el comunismo (que explícitamente destruyen la identidad del pueblo y la religión), pero el nacionalismo está infectado con el mismo veneno, el secularismo, el racionalismo, el ateísmo. Es otra versión de Occidentoxicación (Occidentosis) – Gharbzadegi de la persona, como lo llamó el filósofo heideggeriano Ahmad Fardid.
En segundo lugar, el nacionalismo revivirá inevitablemente conflictos latentes entre naciones, pueblos y religiones, los agravará y conducirá a la guerra.

Tal vez los globalistas sólo quieren eso y eso es lo que preparan en secreto (como su plan B). Esperan sobrevivir a otra guerra civil en Europa, y luego volverán con renovado vigor con su demagogia “pacifista”. Y habiendo derramado un océano de sangre, los pueblos los aceptarán de nuevo. Y desde allí es un paso corto hasta el Gobierno Mundial. Tal plan puede haber nacido fácilmente en el cerebro del Anticristo.

Por lo tanto, el colapso de los liberales, tenemos que usarlo para nuestros propios propósitos y no debemos caer en la trampa del nacionalismo. Escuchar la basura comunista no tiene ninguna utilidad. Por lo tanto, es necesario centrarse en la Cuarta Teoría Política.

Esta se basa en la comprensión existencial del pueblo (como un todo; el pueblo como Dasein), pero asciende al Logos, a la élite intelectual de la Cuarta Vía. Y esta élite de la Cuarta Vía no puede ser nacionalista; debe ser imperial, gran continental, tradicionalista, metafísica y sagrada. Y necesita comprender los daseins de todos los pueblos, y tener en cuenta su corazón sutil, entender sus Logos, escuchar la silenciosa voz escondida en las profundidades del Ser de los pueblos.

Esta élite de la Cuarta Vía chocará con los demagogos y los “líderes” histéricos que una ola de nuevo nacionalismo inevitablemente traerá al frente como la espuma en la superficie del mar. Y la batalla comienza ahora. Sería mejor que el monstruo neonacionalista fuera estrangulado en la cuna. Pero está a punto de aparecer.

Por lo tanto, ahora – después del gran éxito de Trump – es relevante como nunca antes el plan general para los fundamentalmente conservadores y tradicionalistas en todo el mundo – al menos de América, Europa, Rusia, Irán, Turquía y el resto de Eurasia (y los demás que se unan a nosotros). Necesitamos un frente común dirigido no sólo al resto de los liberales (terminar de drenar el pantano liberal es la tarea técnica ahora), sino también para prevenir y neutralizar el nuevo nacionalismo.

Necesitamos volver al Ser, al Logos, a la ontología fundamental (de Heidegger), a lo Sagrado, a la Nueva Edad Media, y por tanto al Imperio, a la religión, y a las instituciones de la sociedad tradicional (jerarquía, culto, dominación del espíritu sobre la materia y así sucesivamente).

Todo el contenido de la Modernidad es satanismo y degeneración. Nada vale la pena, todo se ha de limpiar. La Modernidad es absolutamente errónea; ciencia, valores, filosofía, arte, sociedad, modos, patrones, “verdades”, comprensión del Ser, tiempo y espacio. Todo está muerto con la Modernidad. Así que debería terminar. Vamos a terminarla.

Escuchemos las palabras de Apolo a la derrotada serpiente Python (Πύθων,) – “¡Vas a pudrirte!” (Πύθω!) Lo mismo puede decirse a Hillary Clinton y a la burocracia europea. ¡Pudríos ahí! Nuestra batalla no es con vosotros, el escenario principal de la titanomaquia se traslada a otro frente.

La 4TP frente a la 3TP.

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