Presidente Juan Manuel Santos confirma acercamientos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP)

Por: Redacción Política-Cortesía de El Espectador.

QPM.ORG. ¿La Paz podrá romper, al fin, el Equilibrio de Contrarios existente entre las fuerzas armadas de gobierno y los grupos insurgentes en la República de Colombia? Inmersos dentro de una guerra asimétrica donde ninguno de los factores involucrados en el conflicto puede, por sí solo, alcanzar la victoria... La aprobación del presidente colombiano de sostener conversaciones exploratorias para la paz de Colombia ha venido “cocinándose en secreto y con todas las precauciones desde el mes de mayo, con el acompañamiento cercano de Cuba, Venezuela y Noruega”, donde actuarían como facilitadores Dag Nylander, Jan Egeland y Jennifer Shirmerse. Esto medida política de “altos quilates” sobre un Diálogo de Paz con las FARC-EP elevó a un 74%, el nivel de popularidad, según estudios revelados por del Centro Nacional de Consultoría (CNC). Proceso de Paz que sin duda han provocado una notable mejoría y reconocimiento de la imagen del presidente Juan Manuel Santos a la par de validez como factor beligerante a las Fuerzas Armadas Revolucionarias-Ejercito Popular (FARC-EP), nacional e internacionalmente.

Se acabaron las especulaciones. En una breve declaración desde la Casa de Nariño, el presidente Juan Manuel Santos confirmó que su gobierno ha desarrollado “conversaciones exploratorias” con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP), buscando acuerdos para sentarse a dialogar sobre el fin del conflicto.

Según dijo, dichos acercamientos y los que eventualmente se hagan en el futuro, se enmarcan en tres principios rectores: aprender de los errores del pasado para no repetirlos; que cualquier proceso tiene que llevar al fin del conflicto, no a su prolongación, y que se mantendrán las operaciones y la presencia militar en todo el territorio nacional.

Asimismo, el primer mandatario invitó al Ejercito de Liberación Nacional (ELN) a que —bajo dichos principios— se sume a los esfuerzos para ponerle fin a la guerra, haciendo alusión a las declaraciones entregadas por Nicolás Rodríguez, alias Gabino, máximo comandante de ese grupo subversivo, a la agencia Reuters, en las que habló de la opción de negociar la paz junto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP), sin condiciones y discutiendo los grandes problemas del país.

“Si hay ese diálogo, habrá acuerdos y habrá nuevos rumbos para la explotación de las riquezas en el país. Si no hay ese diálogo, y por el contrario se insiste en las imposiciones del lado capitalista, inevitablemente la lucha va a continuar”, había dicho alias Gabino.

“En los próximos días se darán a conocer los resultados de los acercamientos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP).  Los colombianos pueden confiar plenamente en que este gobierno está obrando con prudencia, seriedad y firmeza, anteponiendo siempre el bienestar y la tranquilidad de todos los habitantes de nuestro país”, concluyó el presidente Santos, sin confirmar ni negar la versión difundida previamente por la cadena Telesur, en el sentido de que ya hay un acuerdo suscrito para sentarse a dialogar en Oslo (Noruega).

Tal y como lo ha venido informando El Espectador desde hace varias semanas, los encargados de establecer contactos de lado y lado serían Frank Pearl, ministro de Medio Ambiente, y Sergio Jaramillo, asesor de seguridad, por el Gobierno, y Rodrigo Granda y Jaime Alberto Parra, alias Mauricio Jaramillo o El Médico, por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP). También se ha mencionado a Pablo Catatumbo y Marcos Calarcá como voceros de la guerrilla.

En entrevista para Caracol Radio, Jorge Enrique Botero, director de Telesur, señaló que el acuerdo ha venido “cocinándose en secreto y con todas las precauciones desde el mes de mayo, con el acompañamiento cercano de Cuba, Venezuela y Noruega”. Asimismo, reveló que hasta el momento se ha podido establecer que el anuncio oficial se haría el 5 de octubre en Oslo y que el papel del presidente Chávez como acompañante ha sido totalmente “proactivo, persuasivo, poniendo a disposición de las partes todas las cosas que pueda requerir la arquitectura de estos diálogos”.

Este diario conoció que el gobierno de Chile también podría actuar como garante y que por parte de Noruega estarían obrando como facilitadores Dag Nylander, consejero de paz de ese país; Jennifer Shirmer, académica y quien ha instruido a altos oficiales colombianos, y Jan Egeland, exsubsecretario de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de la ONU. Sobre Nylander se conoce de reuniones en 2009 con Frank Pearl, cuando oficiaba como alto consejero para la reintegración del gobierno Uribe, en las que se trataron los resultados y retos del proceso de reintegración en Colombia y el índice de participación del sector privado en él.

Sobre la versión de Jorge Enrique Botero, el exvicepresidente y director de noticias de la mañana de RCN Radio, Francisco Santos, aseguró que los acercamientos empezaron en agosto de 2010, tan pronto comenzó el gobierno Santos, cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, rotas en el último tramo del mandato de Álvaro Uribe. Según dijo, la agenda de negociación tendría seis temas básicos y, por primera vez, se hablaría de desmovilización, cese de hostilidades y entrega de armas.

Ayer, a puerta cerrada, el jefe de Estado se reunió inicialmente con el expresidente César Gaviria y luego con su ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón. Y aunque no hubo pronunciamientos, se supo de conversaciones pasadas con otros exmandatarios (Ernesto Samper y Andrés Pastrana), buscando un supuesto respaldo a la empresa de la paz.

Mientras tanto, la opinión pública colombiana comenzó a alinearse entre quienes respaldan la opción de buscarle una salida negociada al conflicto y quienes creen que esa puerta no se puede abrir mientras la guerrilla siga con sus actos de terrorismo. Y, como era de esperarse, el expresidente Uribe fue uno de los primeros en reaccionar, dando a entender que todo obedece a un plan del presidente venezolano, Hugo Chávez, para favorecer sus posibilidades de reelección.

“Todo estaba cantado. La legitimación que el gobierno Santos ha hecho de la complicidad de Chávez con la guerrilla la paga Chávez sentándolos en la mesa para que eso le sirva a la reelección”, declaró en un foro con estudiantes en Barranquilla. Para Uribe, la actitud de Santos de querer propiciar un acercamiento con la guerrilla tiene “un costo muy grande: dos años de descuidos de la política de seguridad democrática y del recrudecimiento del terrorismo. Y este Gobierno piensa que a la paz se llega negociando con un terrorismo que el Gobierno permitió”.

Posición que respalda el sector de los ganaderos, pues según José Félix Lafaurie, presidente de Fedegán, la apuesta que está haciendo el Gobierno es muy arriesgada. “El único camino que tienen las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP)

es el sometimiento a la justicia. No hay mucho que negociar, porque lo único que cabe es la entrega de armas y secuestrados y acogerse a penas que permitan reparar el daño”.

En la orilla de quienes consideran que llegó el momento de intentar la búsqueda de la paz se ubicaron personajes como el expresidente Ernesto Samper, quien cree que “nunca han estado tan alineados los astros como ahora en la búsqueda de una política, no sólo de paz, sino de reconciliación nacional”. Incluso, el fiscal general, Eduardo Montealegre, defendió la postura del Gobierno y enfatizó que la salida al conflicto colombiano no está por la vía de las armas, sino a través de un proceso de paz.

Otros, como el excomisionado Daniel García-Peña, resaltaron que el hecho de haber mantenido hasta ahora en reserva los contactos pone en evidencia una buena señal, al tiempo que dijo que la participación de países como Cuba, Venezuela y Noruega es muy importante para facilitar asuntos políticos y abre la posibilidad de tener escenarios de negociación, pero también experiencias. “Noruega tiene una larga historia en ese sentido”, agregó.

María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz, consideró a su vez que el diálogo es la única salida al conflicto, pero insistió en que “el éxito de un eventual proceso depende de que los diálogos sean cortos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP) den muestras claras de querer avanzar hacia la paz”.

El senador Carlos Alberto Baena, del movimiento MIRA e integrante de la Comisión de Paz del Senado, expresó que “de acá en adelante todos tenemos el derecho a enterarnos de las posibles negociaciones que, desde un principio, deben tener como único fin conseguir la paz”, dijo.

Lo claro es que la feria de rumores en que se había convertido el tema de los acercamientos de paz obligó al presidente Santos a salirle al paso al tema, sin dejar de lado la postura de mantener al máximo la discreción. Mauricio Romero, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana y experto en conflicto y paz, cree que, en efecto, hacer una negociación tan compleja por los micrófonos es imposible y que, sin duda, lo que el jefe de Estado quiere es ganar confianza en todo el pueblo colombiano.

Pero además, otro gran reto que tiene ahora el jefe de Estado es lograr que ese mismo pueblo separe el tema de la negociación del fin del conflicto de lo electoral, léase su reelección. Como lo advierte el exasesor de paz Lázaro Viveros: “De lo que suceda dependerá si podremos acercarnos a tener la posibilidad de sentir la tan anhelada paz, pero sabemos que ésta también requerirá otras acciones oficiales a nivel de manejo de lo público. No sólo será voluntad, sino acciones, propuestas, retos e inteligencia para superar impasses, ya que como se vuelve tema electoral, serán muchos los que quieran jugar sus cartas a favor o en contra”.

Reacciones al anuncio de diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP):

Iván Cepeda Castro, representante a la Cámara: “Es una noticia positiva para el país. Es legítimo que el Gobierno haga uso de la confidencialidad para buscar que la posibilidad de un diálogo se materialice, y se debe recibir con optimismo que, tanto el presidente Juan Manuel Santos, como las Farc, den ese paso”.

Juan Carlos Vélez, senador del Partido de la U: “El proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP), como siempre va a estar lleno de obstáculos, más cuando sus jefes estarían tranquilos en Venezuela”.

Daniel García-Peña, excomisionado de Paz: “La agenda que aparentemente se va a pactar incluye la dejación de armas por parte de la guerrilla. Si uno mira años atrás, con el Caguán, nunca se incluyó el tema”.

Efraín Cepeda, presidente del Partido Conservador: “La llave de la paz no se puede tirar al mar, por eso el partido apoya este propósito, pero tampoco se puede ceder un centímetro del territorio a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejercito Popular (FARC-EP). Me gustó mucho que el presidente les pidiera a las Fuerzas Militares continuar en ese sentido. A ellos hay que entregarles el fuero militar”.

Lázaro Viveros, exasesor de paz: “No sólo será voluntad, sino acciones, propuestas e inteligencia para superar ‘impasses’. Se volverá tema electoral y muchos querrán jugar sus cartas a favor o en contra”.

Alfredo Rangel, analista: “Al parecer esos diálogos se van a dar en medio del conflicto. Se están repitiendo los errores del pasado. Si se limita a acordar la desmovilización y la reinserción de la guerrilla tendría el apoyo de la opinión pública, pero si se trata de poner sobre la mesa los problemas del país, es posible que haya un rechazo de la ciudadanía”.

Cronología: Los intentos por la paz

En más de 50 años de guerra no han sido pocos los procesos que han intentado abrir los distintos gobiernos con las guerrillas colombianas y demás actores armados ilegales.

1981

El gobierno de Julio César Turbay creó una comisión de paz, bajo la batuta del expresidente Carlos Lleras Restrepo, para iniciar unas primeras exploraciones. Lleras terminó renunciando argumentando que no lo dejaron establecer contactos con la guerrilla.

1982

El entonces presidente Belisario Betancur empezó una negociación con la guerrilla teniendo como consejero de Paz a Otto Morales Benítez, quien en mayo de 1983 renunció y advirtió: “Hay enemigos agazapados de la paz”. Lo reemplazó John Agudelo Ríos, quien impulsó la firma del cese al fuego en 1984 con las FARC-EP, el EPL, el M-19, el Quintín Lame, entre otros.

1988

El presidente Virgilio Barco comenzó otro proceso de paz con las guerrillas, pero el exterminio de los integrantes de la Unión Patriótica acabó con el proceso. En 1988 se adelantaron los diálogos con el M-19 y un año después se expidió la Ley de Amnistía. En marzo de 1990 se desmovilizaron.

1991

En el gobierno de César Gaviria se desmovilizaron el EPL y el Quintín Lame. A partir de ahí se abrió una ronda de diálogos con las FARC-EP en Arauca y luego en Caracas, pero el intento golpista de Hugo Chávez hizo que las partes se trasladaran a Tlaxcala (México), donde continuaron las negociaciones que finalmente fracasaron.

1993

El presidente Gaviria logró negociar con la disidencia del ELN llamada Corriente de Renovación Socialista y el frente Francisco Garnica, cuyos miembros se entregaron a la justicia entre 1993 y 1994.

1994

El gobierno de Ernesto Samper arrancó haciendo contactos con las FARC-EP a través de su alto consejero para la Paz, Carlos Holmes Trujillo, quien exploró la posibilidad de despejar el municipio de La Uribe (Meta). Al estallar el escándalo del Proceso 8.000, el presidente se dedicó a su defensa y el camino hacia la paz se cerró de nuevo.

1996

Las FARC-EP atacaron la base militar de Las Delicias y secuestraron a 60 militares. Desde entonces la subversión plantea la posibilidad de adelantar conversaciones siempre y cuando haya despeje militar. En junio de 1997 el Gobierno autorizó despejar el municipio de Cartagena del Chairá (Caquetá) para la entrega de los uniformados plagiados.

1998-2002

El entonces presidente Andrés Pastrana Arango autorizó el despeje del Caguán y se comenzó el último gran proceso de paz con las FARC-EP. Al mismo tiempo, el Gobierno estableció una mesa de diálogo con el ELN, que buscaba un despeje en el sur de Bolívar, pero finalmente no se dio.

2004

En la era de Álvaro Uribe se realizó el proceso de paz con las autodefensas, que empezaron a desmovilizarse desde 2003. Sin embargo, en materia de diálogos con las guerrillas el panorama fue nulo: con las FARC-EP ni siquiera se entablaron contactos y con el ELN se llegó hasta una cuarta ronda de negociación en La Habana, Cuba. Sin embargo, sí se adelantaron acuerdos humanitarios con las FARC-EP que lograron la liberación de secuestrados políticos como Clara Rojas.

2012

Cuando se acerca la conmemoración de los 50 años de fundación de las FARC-EP, el presidente Juan Manuel Santos parece estar buscando caminos de paz en busca de superar este largo capítulo de la guerra en Colombia.

 

 

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