Servicios Especiales de diferentes agencias estadounidense comparten armas e inteligencia con Hezbollah

Por José Fitsanakis    –    Cortesía de intelNews.org

El líder de Hezbolá, Seyyed Hassan Nasrallah, reconoció que miembros del partido continuan luchando contra los rebeldes sirios. En su esfuerzo por reunir el apoyo regional para su guerra contra el Estado Islámico (EI), los Estados Unidos está llegando a los chiítas militantes en Líbano, incluyendo a Hezbolá, según afirman algunas fuentes.

El líder de Hezbolá, Seyyed Hassan Nasrallah, reconoció que miembros del brazo armado de su partido continuan luchando contra los rebeldes sirios del Estado Islámico (EI) …

En su esfuerzo por reunir el apoyo regional para su guerra contra el Estado Islámico (EI), los Estados Unidos está llegando a los chiítas militantes en Líbano, incluyendo a Hezbolá, según afirman algunas fuentes.

En un informe para la revista neoyorquina Newsweek, el corresponsal de inteligencia veterano Jeff Stein expuso que el meteórico ascenso del radicalismo sunita, en la forma del Estado Islámico, podría haber llevado a la creación de un entendimiento “de facto” entre Estados Unidos y Arabia-libanesa –Hezbollah iraní ” dentro de sus alianzas en el Medio Oriente.

Aunque ningún socio en esta coalición informal está dispuesto a admitir su papel en el esfuerzo de colaboración, el objetivo común de erradicar el extremismo sunita ha provocado un “no escrito cese del fuego no reconocido” entre estos antiguos adversarios, dice Stein, citando a “fuentes autorizadas”. Washington y Hezbollah, el grupo militante chiíta que controla grandes extensiones de territorio libanés, tienen un interés común en la lucha contra el Estado islámico y la prevención de su imperio que se extienda más allá de Siria.

Así que los americanos comenzaron a trabajar con Hezbollah en el 2012, dice Stein, y han ayudado a lograr un “consenso regional […] para contener el conflicto fuera de Líbano y en Siria”. Sorprendentemente, continuó diciendo enconados adversarios, como Arabia Saudita e Irán se han suscrito activamente al consenso encabezada por Washington contra el Estado Islámico.

La decisión de Washington de llegar a Hezbolá parece haber sido motivada por la constatación de que el grupo chiíta militante, junto con las Fuerzas Armadas del Líbano (LAF), eran los únicos actores en el terreno capaces de luchar y derrotar al Estado islámico. En agosto pasado, dice Stein, los EE.UU. a través del Pentágono descargaron 20 millones de dólares de armas en el Líbano para el uso de la LAF. Las armas fueron enviadas, según los informes, a través del aeropuerto internacional de Beirut, bajo control de Hezbollah. El grupo transfirió rápidamente las armas a las Fuerzas Armadas Libanesas, que está dominada tradicionalmente por los cristianos, pero recientemente ha desarrollado una “alianza con el brazo armado de Hezbollah”, debido a su interés mutuo por evitar el ascenso del Estado Islámico.

El secretario General de Hezbollah, Seyyed Hassan Nasrallah

FOTO/ El secretario General de Hezbollah, Seyyed Hassan Nasrallah

Stein sugiere que la relación entre Estados Unidos y Hezbollah puede ahora incluir también el intercambio de inteligencia. Él cita varias fuentes que afirman que algunos militantes sunitas han sido detenidos gracias a intercambio de inteligencia entre Estados Unidos, Irán y Arabia Saudita. Algunos afirman que Irán actúa como mediador entre Washington y Hezbolá, y que los diplomáticos británicos también median entre las dos partes. Otros, sin embargo, cuestionan fuertemente la existencia de una alianza entre Estados Unidos y Hezbollah, incluyendo a Martin Reardon, ex Oficial Federal de Investigaciones y un funcionario con conocimiento directo de la política de Oriente Medio. Él le dijo a Stein que los informes de una colaboración entre Washington y Hezbollah se “basan más en rumor que un hecho”, y que él simplemente “no podían imaginar los EE.UU. frente a Hezbolá de cualquier manera o forma, directa o indirectamente”.

El ex oficial de operaciones de la Agencia Central de Inteligencia Charles Faddis dijo a Stein que, cualquier colaboración entre Washington y Hezbolá sería “un horrible, inconcebiblemente mala idea”.

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