Trump como candidato por tercera vez: lo viejo, lo nuevo y lo feo

La campaña presidencial norteamericana hacia el año próximo ha comenzado y ya, un poco menos de 18 meses antes, se puede avizorar quiénes muy probablemente serán los candidatos de sus respectivos partidos. A pesar de que año y medio es una eternidad en los procesos políticos de ese país, y cualquier cosa pudiera suceder desde ahora hasta el martes 5 de noviembre de 2024, tal y como están las cosas en este momento, es muy probable que tengamos una repetición del 2020, Joe Biden vs. Donald Trump. (Este texto forma parte de la columna «Más allá del Malecón», que abordará temas de política y relaciones internacionales)

escrito por Carlos Alzugaray Treto 

La campaña presidencial norteamericana hacia el año próximo ha comenzado y ya, un poco menos de 18 meses antes, se puede avizorar quiénes muy probablemente serán los candidatos de sus respectivos partidos. A pesar de que año y medio es una eternidad en los procesos políticos de ese país, y cualquier cosa pudiera suceder desde ahora hasta el martes 5 de noviembre de 2024, tal y como están las cosas en este momento, es muy probable que tengamos una repetición del 2020, Joe Biden vs. Donald Trump.

Claro, para confirmarse ambos, tendrán que pasar por el prolongado proceso de primarias y Convención Nacional (la republicana en Milwaukee, Wisconsin, del 15 al 18 de julio, y la demócrata en Chicago, Illinois, del 19 al 22 de agosto). Quizás sea un signo de los tiempos que los dos partidos hayan elegido dos ciudades del Medio Oeste para sus respectivos cónclaves cuatrienales. Es posible que prevean que en esos estados se va a decidir la elección.

Donald Trump fue el primero en lanzarse al ruedo el 16 de noviembre del 2022. Las encuestas lo favorecen por amplio margen para ganar la nominación de su partido, incluso frente a una figura que la mayoría de los analistas consideran como su contrincante más fuerte, el gobernador de la Florida, Ron DeSantis.

Lenguaje

Donald Trump fue el primero en lanzarse al ruedo el 16 de noviembre del 2022. Las encuestas lo favorecen por amplio margen para ganar la nominación de su partido, incluso frente a una figura que la mayoría de los analistas consideran como su contrincante más fuerte, el gobernador de la Florida, Ron DeSantis. (Foto: Redradiove)

Pero Joe Biden no se ha quedado muy atrás y lo anunció el 25 de abril, acallando así a los que pensaban que su avanzada edad y estado de salud podría ser una impedimenta para aspirar seriamente a la reelección.

Lo viejo. La contienda del 2020 entre Biden y Trump casi seguro se repetirá

Una apreciación importante puede sacarse ya de estos dos hechos: ambas aspiraciones se ceban mutuamente. Para los demócratas, imbuidos del espíritu de «Never Again Trump» (Más nunca Trump) puede ser irrebatible el argumento de que Biden ya derrotó al ex mandatario en una elección general, por lo que habría que ir al seguro. Por otro lado, para una significativa mayoría de la base social del republicano, Biden es un presidente incompetente, que se pliega a las demandas de sus correligionarios progresistas. Además, su presencia en la Casa Blanca es resultado de un fraude que resulta necesario revertir.

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En la situación política actual, Biden parece no tener ningún adversario que ponga seriamente en peligro su nominación. Sólo dos contendientes han anunciado: Marianne Williamson, una activista de justicia social, que ya se presentó en el 2020 pero tuvo que abandonar después del segundo debate entre los candidatos demócratas; y Robert F. Kennedy Jr., hijo del difunto Senador y Secretario de Justicia asesinado en 1968 cuando buscaba la nominación de su partido, cuyas radicales posturas ambientalistas y antivacunas han sido sumamente cuestionadas por los grandes medios norteamericanos.( Foto: Sky News UK)

En la situación política actual, Biden parece no tener ningún adversario que ponga seriamente en peligro su nominación. Sólo dos contendientes han anunciado: Marianne Williamson, una activista de justicia social, que ya se presentó en el 2020 pero tuvo que abandonar después del segundo debate entre los candidatos demócratas; y Robert F. Kennedy Jr., hijo del difunto Senador y Secretario de Justicia asesinado en 1968 cuando buscaba la nominación de su partido, cuyas radicales posturas ambientalistas y antivacunas han sido sumamente cuestionadas por los grandes medios norteamericanos.

Las posiciones de ambos se apartan demasiado de lo convencionalmente aceptado por lo que se puede concluir que sus candidaturas son prácticamente imposibles frente a un presidente en funciones. Si no sucede algo importante antes, Joe Biden debe navegar sin problemas hacia la nominación en la convención de Chicago en agosto del 2024.

Aunque un nuevo enfrentamiento Trump vs. Biden casi seguro se repita en el 2024, va a haber una diferencia importante. Se revierten los roles. El primero será el retador; y el segundo el incumbente. En estos casos, el candidato que ocupa la Casa Blanca se ve por lo general favorecido.

Lo nuevo I. Posibles candidatos republicanos: Trump, De Santis y los demás

La probable nominación de Trump tiene dos obstáculos a superar. En primer lugar, un número sustancial de candidatos. Ya han anunciado o están a punto de anunciar: la ex embajadora en la ONU y ex gobernadora de Carolina del Norte, Nikki Haley; el gobernador floridano Ron DeSantis; el ex presidente Mike Pence; el emprendedor indo-americano Vivek Ramaswamy; el ex gobernador de Alabama, ex representante y ex miembro del gabinete de George Bush, Asa Hutchinson, quien ganó notoriedad en la década de 1990 por ser uno de los fiscales designados por la Cámara para incriminar a Bill Clinton cuando el Monicagate; el emprendedor Perry Johnson; y Tim Scott, único Senador negro republicano y el candidato, de quien se dice que cuenta con el fondo de campaña más sustancial.

Pero a esos candidatos seguros o casi seguros se podría unir la ex representante Liz Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney y muy respetada en el partido hasta que rompió con Trump a raíz de sus enjuiciamientos siendo presidente; el gobernador de Virginia Glenn Youngkin; el emprendedor Larry Elder; y cuatro gobernadores o ex gobernadores: Greg Abbott de Texas; Kristi Noem de Dakota del Sur; Chris Christie de New Jersey; y Chris Sununu de New Hampshire.

De Santis

Algunos asesores del ex mandatario consideran que, mientras más amplio sea el cuadro de candidatos, mejor para para Trump que, al final, es el que lleva mayor ventaja en las encuestas, y ello hace de forma inevitable áspero el enfrentamiento entre los retadores. Esto es particularmente perjudicial para DeSantis cuyo status de contrincante principal lo pone en la mirilla de los demás. Ron DeSantis (Foto: RTVE)

Sea el caso que sea, simple y sencillamente es un roster muy amplio de posibles rivales hacia los cuales se pueden mover los republicanos que se cuestionan la conveniencia de seguir con Trump. Pero, por supuesto, tendrían que probar que pueden emular el atractivo que tiene la figura del ex presidente para los simpatizantes de base del GOP (Great Old Party), algo que hasta ahora nadie en el partido ha logrado.

Algunos asesores del ex mandatario consideran que, mientras más amplio sea el cuadro de candidatos, mejor para para Trump que, al final, es el que lleva mayor ventaja en las encuestas, y ello hace de forma inevitable áspero el enfrentamiento entre los retadores. Esto es particularmente perjudicial para DeSantis cuyo status de contrincante principal lo pone en la mirilla de los demás.

Recuérdese que en el 2016, Trump enfrentó un desafío similar y logró imponerse al final para asombro de muchos. Sin duda lo ayudó que su candidatura “sorprendió” a todo el funcionariado del partido, quienes subestimaron su popularidad y resiliencia. Eso no sucederá esta vez. Ya todos conocen las fortalezas y debilidades de Trump. Pero nuevamente, el control que ha adquirido Trump sobre el partido republicano hace muy difícil que cualquier candidato lo pueda derrotar.

Lo nuevo II: Los problemas legales de Donald Trump de ahora al 2024

Esta es la tercera vez que Donald Trump aspira a la presidencia de Estados Unidos. De las dos veces anteriores ganó en una ocasión (2016) y perdió en la otra (2020). A pesar de toda su indiscutible aceptación por parte del sector conservador republicano del electorado estadounidense, debe recordarse que en ninguna de las dos ocasiones anteriores ganó el voto popular. Si bien este hombre de negocios y «celebridad» televisiva ha logrado manipular muy hábilmente a un sector importante de la ciudadanía norteamericana —apelando sobre todo a sus aprensiones y recelos—, su trayectoria está plagada de escándalos que hubieran arruinado cualquier aspiración presidenciable.

Es repudiado no sólo por los votantes demócratas sino también por buena parte del electorado independiente y es en este terreno donde el segundo gran obstáculo puede perjudicarlo, no en la obtención de la nominación republicana, que algunos observadores dan como un hecho consumado, sino en el enfrentamiento con Biden en noviembre del 2024.

Contexto

Ya desde antes de su anuncio, se sabía que Donald Trump estaba enfrentando varios problemas legales. Enfrenta investigaciones federales y estaduales por actos aparentemente delictivos y hasta criminales y al menos una demanda civil por algo que se le acusa a menudo: abuso de género. (Foto: Kevin Lamarque / Reuters)

Ya desde antes de su anuncio, se sabía que Donald Trump estaba enfrentando varios problemas legales. Enfrenta investigaciones federales y estaduales por actos aparentemente delictivos y hasta criminales y al menos una demanda civil por algo que se le acusa a menudo: abuso de género. Debe reconocerse que esto no es nuevo, el expresidente ha sido objeto de múltiples acusaciones e incluso de dos juicios políticos siendo primer mandatario.

En resumen, cuáles son esos problemas legales y en qué situación se encuentran:

La fiscalía general del estado de Nueva York ha venido investigando las actividades financieras de Donald Trump, sus familiares y sus empresas. Hasta ahora hay un caso que ya se materializó en un encausamiento delictivo por manipulación de declaraciones financieras relacionadas con el ocultamiento del soborno de la actriz porno Stormy Daniels, a quién el abogado Michael Cohen, hombre de confianza del exmandatario, pagó US$ 130,000 dólares durante la campaña electoral del 2016, supuestamente para que mantuviera silencio sobre una relación sexual que ambos (Daniels y Trump) mantuvieron en el 2006. Una corte del estado de Nueva York ha proyectado celebrar el juicio público en febrero o marzo del 2024, en plena campaña electoral.

También la fiscalía del estado de Nueva York viene investigando las actividades de Donald Trump y sus hijos en relación con la compañía de la que son accionistas: la Organización Trump. Estas investigaciones se encaminan en dos direcciones: una acusación por delitos cometidos por la familia en el manejo de las finanzas de la corporación y un juicio civil por fraude. Ya el Chief Financial Officer de la empresa, Allen Weisselberg, ha sido condenado a un año de prisión por fraude. Ambas investigaciones pueden conducir a un enjuiciamiento que podría tener lugar en octubre del presente año.

Asimismo, en el estado de Nueva York tuvo ya lugar el juicio civil en el cual la escritora E. Jeanne Carroll logró un veredicto a su favor en contra de Donald Trump por la acusación de acoso sexual y violación. Aunque el jurado no encontró evidencias de esto último, sí consideró que el expresidente había abusado de la escritora y lo sancionó a pagarle US$ 5 millones por daños y perjuicios. Aunque está apelando, es la primera vez que Trump pierde públicamente un juicio y algunos observadores llaman la atención que puede sentar un precedente para otros jurados. En cualquier circunstancia, el caso seguirá resonando en los medios de comunicación durante todo este año.

En Georgia se espera que este verano la Fiscal Fani Willis, del condado de Fulton, anuncie el resultado de su investigación sobre alegatos de que Donald Trump instó al secretario de Estado, el republicano Brad Raffensperger, a cometer un fraude electoral en una llamada telefónica en que le pidió que consiguiera los votos necesarios para superar a Biden en ese estado. Hay también evidencias de su intento por que falsos compromisarios votaran por él en el Colegio Electoral, a pesar de que el conteo había arrojado el triunfo de Biden. Muchos expertos consideran que este proceso es el que tiene más posibilidades de prosperar.

El Departamento de Justicia está investigando la actuación del ex presidente durante el asalto de sus seguidores al Capitolio el 6 de enero del 2021, a instancias de un comité de la Cámara de Representantes que ya examinó el asunto. Este es un tema muy politizado, pero hay razones para sospechar que el ex presidente instigó ese asalto.

trumpismo

Para Trump nunca ha sido un problema estar en las noticias, aunque se trate de informaciones en su detrimento. Hasta ahora ninguno de estos casos parece haber afectado el nivel de simpatías que ya posee con su base social. (Foto: AP Photo/Evan Vucci)

El Departamento de Justicia está también investigando el caso de los documentos altamente clasificados que aparecieron en la casa de Donald Trump en Mar-a-Lago.

Para Trump nunca ha sido un problema estar en las noticias, aunque se trate de informaciones en su detrimento. Hasta ahora ninguno de estos casos parece haber afectado el nivel de simpatías que ya posee con su base social. Por el contrario, pudieran favorecerlo entre una parte importante de los republicanos, para quienes existe la sospecha que las elites liberales están tratando de encausar injustamente al expresidente. Sin embargo, otras pueden ser las consecuencias entre los votantes independientes, quienes decidirán las elecciones del 24.

Lo feo: Y para los cubanos, ¿qué significa esto?

El pronóstico que se puede hacer a partir de estos elementos, aunque está lejos de ser definitivo, es que nuevamente se enfrentarán Biden y Trump y que la elección será cerrada una vez más.

Donald Trump fue uno de los presidentes que más utilizó las medidas coercitivas unilaterales contra Cuba y los cubanos. No lo hizo a partir de una posición ideológica específica, sino de su concepción patrimonial del gobierno de Estados Unidos. Entre 2017 y 2021 fue «su» gobierno e hizo todo lo que lo beneficiaba personalmente. A partir de esto, percibió que sería muy favorable para sus aspiraciones políticas aplicar medidas como el cierre de los servicios consulares de la Embajada en La Habana; la suspensión de las remesas; el restablecimiento de Cuba en la lista de Estados colaboradores con el terrorismo —a pesar de no haber evidencias—; o la aplicación del título III de la Ley Helms-Burton. Revertió todas las licencias emitidas por el expresidente Barack Obama que tanto favorecieron al sector privado cubano.

Obama (2)

En cuanto a Donald Trump no tiene mucho sentido adoptar hacia Cuba una posición electoral distinta a la que ya adoptó cuando fue presidente. Probablemente, la Florida no esté en juego. Ya no es el estado pendular que una vez fue. (Foto: Lynne Sladky / AP)

Por su parte Joe Biden, lejos de repudiar las medidas de su antecesor y ser fiel a la política de Obama —como prometió durante la campaña electoral del 2020— continuó con varias de ellas. Es difícil que, en este complejo panorama, el presidente tome ninguna medida nueva con Cuba desde ahora hasta el 2024, y mucho menos que revierta la designación de Cuba como estado promotor del terrorismo.

En cuanto a Donald Trump no tiene mucho sentido adoptar hacia Cuba una posición electoral distinta a la que ya adoptó cuando fue presidente. Probablemente, la Florida no esté en juego. Ya no es el estado pendular que una vez fue.

Nadie recuerda ya que Barack Obama ganó la Florida en dos ocasiones, en el 2008 y el 2012, a pesar de haber sido siempre partidario de abandonar una política hacia Cuba que había fracasado. Pero ni Biden, ni el liderazgo establecido del partido demócrata hasta el momento parecen interesados en proyectarse como una vez lo hizo este presidente que alegó querer poner fin a la Guerra Fría con Cuba e impulsó un proceso de normalización de las relaciones.

AUTOR

CARLOS ALZUGARAY TRETO, estudió en la División Internacional de la Universidad Sophia en Tokio , Japón , de 1959 a 1961 y en la Universidad de La Habana de 1961 a 1965. Licenciado en Diplomacia (1965) e Historia de Cuba (1989); una maestría en Historia contemporánea (1999) y un Ph.D. en Ciencias Históricas, todos de la Universidad de La Habana. Su doctorado La disertación fue sobre la política de la Administración Eisenhower hacia la Revolución Cubana 1958-1961. Desde 1980 forma parte del cuerpo docente del Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa García (Instituto Raúl Roa García de Estudios Internacionales Avanzados) (ISRI).  Fue profesor adjunto en la Universidad de La Habana. Ha sido funcionario del Servicio Exterior cubano, estando destinado de 1961 a 1962 como agregado adjunto en la Embajada de Cuba en Tokio, Japón; de 1962 a 1965 como Oficial Analista de País, Dirección de Asuntos Interamericanos, Ministerio de Relaciones Exteriores en La Habana; de 1965 a 1970 como segundo secretario en la Embajada de Cuba en Sofía , Bulgaria , de 1971 a 1973 como jefe de departamento, Países Socialistas Balcánicos, Dirección de Países Socialistas en el Ministerio de Relaciones Exteriores en La Habana; en 1971 como secretario de la delegación cubana. subdirector a cargo del Departamento de Análisis, Dirección de Asuntos de América del Norte en el Ministerio de Relaciones Exteriores en La Habana; de 1983 a 1987 como ministro-consejero de la Embajada de Cuba en Addis Abeba , Etiopía ; de 1983 a 1987 como representante alterno de Cuba ante la Comisión Económica para África de las Naciones Unidas (UNECA) en Addis-Ababa, Etiopía; en 1985 asesora de la Delegación de Cuba a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer en Nairobi Embajador de Cuba en Bélgica y Luxemburgo y jefe de la Misión de Cuba ante la Unión y Comunidades Europeas en Bruselas , Bélgica. en Bélgica y Luxemburgo y jefe de la Misión de Cuba ante la Unión y Comunidades Europeas en Bruselas, Bélgica. 

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