CONGRESO DEL PCC: La edad no es el verdadero problema.

Por: Roberto G. Peralo –  Cortesía de La Joven Cuba

Soy del criterio que el problema no está en la edad de los que nos dirigen sino en la dualidad de funciones. Los que dirigen el Partido son los mismos que administran, gobiernan y hacen las leyes. Ese es el problema y no la edad.

Soy del criterio que el problema no está en la edad de los que nos dirigen sino en la dualidad de funciones. Los que dirigen el Partido son los mismos que administran, gobiernan y hacen las leyes. Ese es el problema y no la edad.

Desde el anterior congreso del Partido Comunista de Cuba Raúl Castro viene planteando la idea de poner límite de edad para los principales cargos del Partido y del Gobierno. En este último congreso no solo vuelve a mencionar el tema sino que realiza una propuesta concreta. Me imagino que la idea surge cuando se percataron de que el promedio de edad de los principales dirigentes del país estaba desproporcionado. Y muchos investigadores identifican como una de las causas del derrumbe del campo socialista este fenómeno. Resulta evidente la similitud que existe entre ambos modelos.

Con respecto a este tema el debate ha pasado desapercibido. A lo mejor ocurrió en el congreso pero los medios estaban enfocados en otros temas. En mi modesta opinión este asunto es trascendental y estratégico para el futuro del pías. Se impone, por tanto, la necesidad del debate abierto, divergente y lo más social posible antes de que se institucionalice.

Soy del criterio que el problema no está en la edad de los que nos dirigen sino en la dualidad de funciones. Los que dirigen el Partido son los mismos que administran, gobiernan y hacen las leyes. Ese es el problema y no la edad. Me preocupa que no exista un debate social al respecto y en el congreso del Partido nadie se proyectó sobre este asunto. Puede que mi percepción esté incorrecta y que nuestro modelo económico no necesite una separación de funciones pero yo como muchos otros que tienen el mismo criterio necesitamos entender los argumentos de tanta centralización de funciones y poderes en las mismas personas.

Las escasas veces que nuestras estructuras de dirección son noticia y aparece en los medios de comunicación del país siempre veo las mismas caras. En el Congreso del Partido en la reuniones de la Asamblea Nacional, cuando se reúne el Consejo de Ministro e incluso las intervenciones que trasmite, siempre veo las mismas personas.

Como ciudadano cubano me gustaría que Bruno Rodríguez, Marino Murillo, Miguel Díaz-Canel, Ulises Guilarte, Roberto Morales, Leopoldo Cintra, tengan los principales cargos del Gobierno y del Estado pero ninguno de ellos fuera miembro del Buró Político, ni de su Comité Central, y que tampoco fueran diputados de la Asamblea Nacional. En cambio Raúl Castro, Ramiro Valdés, Machado Ventura, Esteban Lazo, Salvador Valdés, Mercedes López fueran los miembros del Buró Político y completaría con militantes con una trayectoria ejemplar en las filas del Partido y que todos hayan tenido la experiencia de haber dirigido impecablemente en el Gobierno.

Comparto el criterio de Raúl Castro del límite de tiempo en cada uno de los cargos. En cada caso pondría como límite dos mandato entre congreso y elecciones parlamentarias. Es decir un límite de 10 años en cada uno de los órganos de dirección.

Insisto que donde hay que poner límites es en la dualidad de responsabilidades y no en las edades de los que nos dirigen. No tengo ningún problema que una persona de 80 año me dirija. A veces lo prefiero antes que a ciertos jóvenes. Si en un proceso genuinamente democrático el pueblo, nomina y elige a una persona de 80 años, sus razones tendrán. Que sea el pueblo el que elija quiénes son sus dignos representantes y no las leyes lo que limiten.

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