El mercado cambiario informal en Cuba y los problemas del des-ordenamiento monetario

Tal y como habíamos previsto algunos economistas, el peso cubano continúa en una estampida devaluacionista en el mercado informal de divisas, que se ha agravado a partir del inicio del 2022. Mientras, el tipo oficial se mantiene en el valor ficticio de 24 pesos (CUP) por un dólar.

escrito por Mauricio De Miranda Parrondo

Tal y como habíamos previsto algunos economistas, el peso cubano continúa en una estampida devaluacionista en el mercado informal de divisas, que se ha agravado a partir del inicio del 2022. Mientras, el tipo oficial se mantiene en el valor ficticio de 24 pesos (CUP) por un dólar.

De acuerdo con la tasa representativa del mercado informal que calcula El Toque, el 24 de enero de 2022 el euro ya se vendía a 105 CUP, el dólar en efectivo a 99 y el dólar en depósitos en cuentas (MLC) a 97. (https://eltoque.com/tasas-de-cambio-de-moneda-en-cuba-hoy).

El gráfico muestra una tendencia ascendente en el precio de las principales divisas que se comercializan en el mercado informal cubano. Adicionalmente, se ha borrado la brecha entre el dólar en efectivo (USD) y el dólar en depósitos. También se observa que mientras en el mercado internacional un euro (EUR) se cotiza a 1,13 USD, en el mercado informal cubano se cotiza a 1,06. Estas dos situaciones son ilustrativas de una preferencia del público hacia el dólar en efectivo.

Desde el comienzo de la llamada «Tarea Ordenamiento» se apreciaban distorsiones en el mercado informal de la Isla. De hecho, la principal distorsión es su existencia misma, ante el error de las autoridades económicas del país de establecer una tasa de cambio ficticia entre el USD y el CUP, debido a la incapacidad del Banco Central de ofrecer la divisa extranjera al precio fijado.

Mercado cambiario (1)

Posibles razones de corto plazo

Como es sabido, la «Tarea Ordenamiento» comenzó a funcionar el 1ro de enero de 2021, un tiempo después de establecidas las tiendas en monedas libremente convertibles (MLC), es decir, en condiciones de una re-dolarización parcial del mercado. Ya desde antes había reaparecido el mercado cambiario informal, debido a que no existía oferta oficial de monedas extranjeras. Esta situación, unida a la decisión de abrir las referidas tiendas, dinamizó el mercado informal en el que las divisas comenzaron a incrementar su valor expresadas en CUP.

Al principio, el USD efectivo tenía un valor ligeramente superior al de los depósitos en cuentas, porque la mayor parte de los cubanos con activos en la moneda estadounidense prefería mantenerla en efectivo y solo depositar lo que fuera necesitando paulatinamente.

Cuando el gobierno cerró la posibilidad de depositar USD efectivos en las cuentas MLC, comenzaron a aparecer transacciones que involucraban dólares en depósito y los mismos empezaron a mostrar una cotización superior a la del efectivo, lo que se explica por el uso que podía dársele para adquirir bienes que solo se comercializan en las tiendas establecidas a estos efectos. Las necesidades de bienes llevaron a una preferencia por la liquidez expresada en depósitos y no en efectivo de la moneda estadounidense.

De igual forma, después de ciertas distorsiones entre el precio del euro y del dólar, el mercado informal se estabilizó y comenzó a reflejar aproximadamente la relación entre ambas monedas que existe en los mercados internacionales.

No obstante, desde comienzos de año, cuando se revitalizó en cierta medida el movimiento de pasajeros y nuevas posibilidades de emigración, pareció desatarse una mayor demanda de efectivo de la divisa estadounidense. Si esto es así, significa que el peso cubano podría continuar depreciándose, sobre todo si no se verifica un incremento del turismo o de las remesas que entran al país por canales no institucionales.

Desde que se aplicó el llamado «Ordenamiento» era evidente que, debido a las condiciones en las que se implementó esta medida, la moneda nacional iría perdiendo valor frente a las divisas extranjeras. Ello es necesario explicarlo, no solo a partir de razones coyunturales y de corto plazo como las expresadas, sino por las que atañen a la concepción misma del proceso adoptado junto a una re-dolarización parcial del mercado.https://www.youtube.com/embed/d1Qr-ZQaDIw?version=3&rel=1&showsearch=0&showinfo=1&iv_load_policy=1&fs=1&hl=es-ES&autohide=2&wmode=transparent

Razones relacionadas con la concepción de la medida

Como he expresado en otras oportunidades, la dolarización de la economía en los noventa fue una decisión errada de política económica. Desde esa época opiné que era necesario eliminar la dualidad monetaria, porque además de segmentar mercados y no permitir el establecimiento de canales adecuados para la formación de precios relativos —debido a la existencia de tipos de cambio múltiples y de desconexión de los mercados que funcionaban en monedas distintas—, se generaba una significativa exclusión de la mayor parte de la población para acceder al mercado en el que solo se vendían productos en la divisa estadounidense y después en los llamados pesos convertibles (CUC), que muy rápidamente dejaron de serlo en realidad.

A esto debemos añadir que al existir un mercado al que se accedía únicamente con monedas distintas a la del país, ello repercutía en que se desvalorizaba la moneda nacional, que perdió demanda incluso dentro de las fronteras insulares. Además, la dolarización en la economía cubana, como también he manifestado anteriormente, ha sido una dolarización de los gastos, cada vez mayores por la parálisis de la producción nacional, mientras los ingresos no estaban dolarizados. Ante tal escenario era lógica una erosión sistemática y creciente del poder adquisitivo de la población. Es decir, la dualidad monetaria ha tenido efectos nocivos tanto desde el punto de vista económico como político.

Con el reemplazo del dólar por los CUC en la circulación interna, el Estado cubano captó toda la moneda estadounidense que circulaba y pudo contar con los recursos para influir en el mercado cambiario, en el que la moneda nacional se apreció relativamente en comparación con la situación del mercado informal durante el llamado Período Especial y se logró una relativa estabilidad cambiaria.

Sin embargo, la indisciplina financiera del gobierno cubano, unida al incumplimiento de su compromiso de mantener solo una cantidad de CUC en circulación que representara su relación de paridad con el USD; les llevó a emitir más unidades monetarias que las respaldadas por dólares estadounidenses en las reservas del país, con lo cual se sobrevaloró el peso convertible (formalmente valía más de lo que debía), haciendo que la tasa de cambio de paridad se alejara de la realidad.

A pesar de lo anterior, mientras el Banco Central estuvo en condiciones de asegurar el precio del CUC, y por tanto de la divisa estadounidense, a una tasa de cambio de 24-25 pesos cubanos, el mercado cambiario mantuvo una relativa estabilidad.Mercado cambiario (3)

Tipo de cambio – 24/enero/2022

Cuando se decidió la «Tarea Ordenamiento», el país enfrentaba la más severa crisis económica desde el llamado Período Especial. Dos factores externos han agudizado las condiciones económicas: 1) la drástica reducción de ingresos en divisas provocada por la caída del turismo y 2) el endurecimiento de las sanciones económicas de Estados Unidos adoptadas por la administración Trump. No obstante, la economía cubana ha sido afectada por errores de política económica, entre los que pueden mencionarse:

1) Lentitud en la adopción de las reformas, algunas de las cuales estaban consignadas en los Lineamientos de la Política Económica y Social adoptados en 2011, incumplidos y luego «actualizados» en 2016.

2) Ausencia de reformas estructurales que condujeran al incremento de la producción de bienes y servicios.

3) Restricciones al desarrollo de las fuerzas productivas impuestas por el mantenimiento de un alto nivel de centralización de las decisiones económicas.

4) Medidas contraproducentes de intervención estatal con topes de precios en bienes y servicios provistos por trabajadores por cuenta propia.

5) Vaivenes en la política respecto a este grupo de trabajadores.

6) Incapacidad del país para atraer suficientes recursos de inversión extranjera en actividades de producción.

El verdadero ordenamiento monetario debió significar la unificación de los tipos de cambio en uno económicamente fundamentado a partir de las condiciones del mercado; debió asegurar la unificación del sistema monetario en torno a una moneda nacional soberana en todas las transacciones dentro del territorio nacional, es decir, como ya he afirmado, garantizarle al peso cubano un curso legal forzoso y una fuerza liberatoria ilimitada en el mercado doméstico.

Por el contrario, la llamada «Tarea Ordenamiento» no significó la unificación adecuada del tipo de cambio, sino que estableció uno lejano a las condiciones que ya mostraba el mercado, en el que la escasez de divisas había conducido a la desaparición del mercado cambiario oficial y a la potenciación de uno informal donde la devaluación del peso era mucho mayor a la reconocida oficialmente.

Esto convirtió, de plano, a la tasa oficial en ficticia y sobrevaloró de nuevo a la moneda nacional por su tipo de cambio oficial, al tiempo que la misma se desplomaba en el mercado informal y verdaderamente existente.Mercado cambiario (4)

(Foto: dreamstime)

Tampoco eliminó la dualidad monetaria, porque se ha producido una re-dolarización parcial del mercado debido a la coexistencia de tiendas en MLC, en las que se vende una serie creciente de productos inexistentes en las escasas tiendas que expenden en pesos cubanos. Desde el momento en que esto ocurre la moneda nacional pierde valor real, porque con ella no se pueden adquirir todos los bienes y servicios ofertados en el mercado nacional.

Tal y como ocurrió en los años noventa, poco a poco diversos servicios y una serie importante de bienes, incluso básicos, han comenzado a ofrecerse en el mercado que opera en divisas, por lo que la dolarización avanza a expensas del uso del peso cubano. Esta situación es una razón adicional para que la moneda cubana se deprecie, simplemente porque con ella no es posible satisfacer todas las necesidades de consumo doméstico.

Las autoridades solo han apelado a expedientes ya usados que ahora generan, nuevamente, desproporciones en el mercado e inequidad en la sociedad. Toda esta situación gravita significativamente sobre la inflación que, como varios economistas sostenemos, constituye un duro impuesto a los sectores más vulnerables.

Desafortunadamente, no se ha hecho pública la metodología de cálculo de la canasta básica de bienes y servicios a partir de la cual se mide la inflación. La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) solo ha mencionado en su informe sobre el Índice de Precios del Consumidor (IPC) que cuenta con 298 bienes y servicios, los que representan el 90% del gasto de los hogares. Sin embargo, en los últimos meses se ha hecho cada vez más evidente que en el mercado en pesos únicamente es posible obtener una parte de los bienes precisos para satisfacer las necesidades más elementales de la población.

La ONEI acaba de publicar que la inflación interanual en 2021 ha sido un 77,33% (en comparación con diciembre de 2020). Por su parte, The Economist Intelligence Unit, en su informe sobre la economía en el último trimestre de 2021, estimó la inflación en 740%. Sería interesante conocer cómo refleja la ONEI —y si lo hace—, los cambios de precios en pesos motivados por la devaluación en el mercado informal; porque si consideran el tipo oficial, entonces estarían subvalorando la inflación real.

Un simple ejemplo ilustrativo de cómo influye el comportamiento del mercado informal de divisas en la inflación, se verifica al analizar el precio en pesos de un bien, como el pollo, que se vende en tiendas en MLC. Aunque su precio se mantenga fijo en 6 USD el kilo, si ese pollo se compró el 24 de enero de 2021 (usando la tasa del mercado informal publicada por El Toque, de 45 CUP por USD-MLC) y el comprador debió adquirir esos 6 USD en el mercado informal, tuvo que destinar para ello 270 CUP.

En cambio, ese mismo kilo de pollo, el 24 de enero de 2022, un año después, representa 582 CUP. Es decir, el precio en pesos de un kilo de pollo ha aumentado 2,15 veces en un año por efecto de la devaluación en el mercado informal.

Si consideramos las pensiones mínimas de los jubilados, un kilo de pollo hoy le representa a una de estas personas ¡el 38,1% de sus ingresos! Entonces, las opciones son: destinar una parte mayor de los exiguos ingresos para comprar un alimento básico, o depender de la ayuda familiar desde el exterior. Lo que sí resulta claro es que ese nivel de pensión, así como también los niveles mínimos —e incluso bajos— de salario son insuficientes para vivir.Mercado cambiario (5)

(Imagen: Observatorio cubano)

Lo que podría hacerse desde la Economía para corregir estos problemas

Sin duda hay mucho por hacer en materia económica en Cuba. Para empezar resulta imprescindible una reforma estructural que apunte a:

1) remover, por ineficiente, el modelo de administración centralizada de la economía, permitiendo el despliegue de las relaciones monetarias y mercantiles;

2) liberar las fuerzas productivas eliminando una serie de restricciones que aun subsisten en el desarrollo de la producción de bienes y servicios por parte de los sectores privado y cooperativo;

3) crear un adecuado clima de negocios con un marco jurídico trasparente que genere incentivos estables y suficientes, tanto al emprendimiento a nivel nacional como en forma de inversión directa extranjera; y

4) eliminar monopolios estatales que combinan altos precios con gran ineficiencia. El análisis de estas y otras medidas requiere de un espacio adicional al presente.

Finalmente, con relación al rol del peso cubano en la economía nacional, el desarrollo del mercado informal de divisas y la segmentación persistente asociada a la re-dolarización parcial, considero indispensable lo siguiente:

1) adoptar un tipo de cambio flexible del peso cubano respecto a las principales divisas internacionales que refleje las condiciones del mercado;

2) recuperar, con un tipo de cambio económicamente fundamentado, el mercado cambiario formal, bajo la conducción del Banco Central y con la participación de las demás instituciones del sistema bancario y financiero;

3) eliminar las tiendas en monedas libremente convertibles y todo tipo de oferta de bienes y servicios en estas monedas dentro del territorio nacional, permitiendo la plena soberanía del peso cubano para cualquier transacción.

Estas medidas no solucionan todos los problemas, ni eliminarán la inflación porque este fenómeno es el resultado de una excesiva emisión de dinero circulante sin respaldo en la oferta de bienes y servicios. Sin embargo, si se adoptan cambios radicales en los mecanismos de funcionamiento de la economía de forma tal que aumente la producción de bienes y servicios, la sustitución de importaciones con producción nacional podría contribuir a disminuir el efecto de la devaluación en la formación interna de los precios y, al mismo tiempo, esta podría estimular la competitividad de la producción doméstica.

El llamado «Ordenamiento» no ha sido tal. Debido a una medida adoptada a destiempo y con graves problemas de diseño y secuencia, se han generado otros, entre los cuales están: la incertidumbre cambiaria, la desvalorización del peso cubano por su escasa soberanía y, lo peor, se ha creado una nueva forma de exclusión económica de parte considerable de la población cubana que carece del acceso a divisas para satisfacer necesidades básicas. En consecuencia, los errores de política económica se agravan ante un error político que socava los fundamentos sociales que sustentaron, en su momento, el ideal revolucionario.0 comentario3

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