Fuerte caída en la actividad económica de Latinoamérica proyecta el Banco Mundial

Fuerte caída en la actividad económica de Latinoamérica proyecta el Banco Mundial (Archivo)

Por Juan Felipe Vélez*   — Fuente: Panama Post

De Venezuela no hay cifras en el informe, “debido a la falta de datos confiables, el Banco Mundial actualmente no publica información de producción económica, ingresos o crecimiento para Venezuela”

El Banco Mundial en su informe de Perspectivas Globales prevé un turbio futuro para las economías latinoamericanas, proyectando una contracción del 7,2 % para la región, lo que constituirá una recesión mucho más profunda que las causadas por la crisis financiera mundial de 2008-09 y la crisis de la deuda latinoamericana de la década de 1980. La contracción del PIB mundial se estima en alrededor del 5,2 %.

Los países más afectados de la región —según el informe— han sido las economías productoras de gas y petróleo. El sistema financiero se ha deteriorado, pues la contracción de las economías desarrolladas ha causado una importante salida de capitales en la región. Reflejo de ello, lo muestra el incremento universal de todas las primas de riesgo en los mercados de fondos soberanos para los países latinoamericanos.

Fuertes caídas en las economías de Brasil, México y Argentina

La desaceleración de las economías estadounidense y china ha afectado —considerablemente— la cadena de suministros proveniente de México y Brasil, las dos economías más grandes de Latinoamérica, causando una fuerte caída en sus exportaciones.

Se proyecta que la economía brasilera se contraerá alrededor de un 8 % por el confinamiento, la caída de las inversiones y de los precios mundiales de los productos básicos agropecuarios.

La economía mexicana, fuertemente golpeada por condiciones financieras adversas —la caída del precio del petróleo, la parálisis del turismo, y la restricción de movilidad— espera una contracción del 7,5 %.

La actividad económica en Argentina se prevé que caerá un 7,3 %, producto de las estrictas medidas de mitigación de la pandemia, una menor demanda externa y el efecto de la incertidumbre con respecto a las negociaciones de su deuda en curso.

Chile y Colombia, los menos afectados en Suramérica

Chile y Colombia salen más librados que el resto de la región con una caída del PIB —aproximadamente— del 4,1 % y el 4.9 %, respectivamente.

El confinamiento por el coronavirus, la caída de la demanda internacional de cobre, la disminución de las exportaciones industriales, y la fuga de capitales han sido las principales razones de la disminución de la actividad en Chile.

En Colombia, la contracción se debe principalmente al extenso confinamiento, y la caída de los precios del petróleo tipo Brent, y la abrupta reducción de la demanda interna producto de la cuarentena.

Tanto en Chile como en Colombia, producto de la cuarentena, sus bancos centrales redujeron drásticamente sus tasas de interés, y han complementado esta relajación con políticas monetarias no convencionales, como programas de compra de activos, y garantías por cuenta de la Nación a las nuevas solicitudes de crédito.

El duro caso peruano y la situación en Centro América y el Caribe

El caso peruano es uno de los más desconcertantes, pues las estimaciones del Banco Mundial proyectan una caída del 12 % de su producto. La caída de las exportaciones de bienes agrícolas, mariscos y pescadería, la demanda de commodities, y la severidad de las restricciones de la movilidad —por la propagación de la pandemia— han causado estragos en la economía del país andino.

Para América Central se proyecta una contracción en la actividad del 3,6 %, debido a las restricciones en la circulación, la merma de las remesas y del turismo, y la caída de los precios agrícolas. En  el caso del Caribe, la caída será aproximadamente del  1,8 % en 2020, y un 3,1 % si se excluye a Guyana, donde la industria petrolera de altamar está experimentando un rápido desarrollo. La subregión se verá perjudicada por la caída del turismo y del ingreso de remesas.

La tragedia venezolana

De Venezuela no hay cifras, “debido a la falta de datos confiables, el Banco Mundial actualmente no publica información de producción económica, ingresos o crecimiento para Venezuela”, cita el informe en la presentación de agregados macroeconómicos. Lo que sí se sabe es que el país el año pasado experimentó una contracción de su Producto Interno Bruto del 35 %, según las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). En enero de este año, el FMI esperaba una caída del 10 %, y una del 5 % para el 2021. En los últimos cuatro años Venezuela había perdido el 75 % del aporte al PIB en lo que respecta a comercio, el 95 % del aporte de la construcción y el 65 % de aporte de la industria. La capacidad productiva del país está tan deteriorada que la otrora gran economía petrolera enfrenta escasez de gasolina.

Bajo el panorama actual la situación se vuelve más negra para Venezuela, especialmente afectada por la caída del precio del barril de petróleo WTI y sin ninguna capacidad de endeudamiento para atender la pandemia. La firma de Analítica de Datos Statista espera que para el 2021 la economía venezolana haya experimentado una contracción del 83 % con relación a su producto del 2013. Para dar un contexto de la gravedad de la situación, se prevé un incremento generalizado del hambre —en un país donde el 64 % de sus habitantes han perdido 10 kilogramos en promedio— producto de la crisis causada por un régimen de narcotraficantes.

El futuro de Latinoamérica

La caída del comercio internacional, el turismo y los precios del petróleo y gas, junto con el confinamiento por la COVID-19, y la salida de capitales —también producto de la pandemia— deja en mal estado las economías latinoamericanas para este año.

La velocidad de la recuperación de las economías latinoamericanas dependerá de la capacidad de sus gobiernos para establecer reformas laborales que flexibilicen el mercado de trabajo, su capacidad para atraer la inversión perdida, y la recuperación de la demanda de las economías desarrolladas. Para el 2021 el Banco Mundial espera un crecimiento moderado en la región del 2,8 %. Para Venezuela, solo Dios sabe que le depara.

*Juan Felipe Vélez, Economista, Mc, escritor y liberal

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