Ha muerto mi Jaber Bernardo Benes Baikowitz

Por José R Alfonso

Hamakom ienajem etjem betoj sheár avelei Zión virushalayim. “Y rasgó Yaacov sus ropas…y … piedra sobre la sepultura”… Cuando un amigo se va queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo… Así pudiéramos resumir, y sentir, la perdida de nuestro Jaber,  Dr. Bernardo Benes Baikowitz.

Se ha ido mi Jaber Bernardo Benes Baikowitz, quien tuvo entre sus muchos logros reconocidos el haber contribuido a la reunificación de la familia cubana;  la liberación de 3,600 presos políticos; tratar de lograr el establecimiento de las relaciones entre ambas orillas; y al entendimiento entre judíos y cristianos en Miami.

Pero existe un importante episodio con referencia a la normalización de las relaciones Cuba-EE.UU. durante la década de los ochenta, al inicio de la administración republicana de Ronald Reagan, que tiene todos los méritos para ser recogida en su historia y divulgada mediáticamente.

Ante todo debo aclarar, y me consta, que Bernardo nunca, repito nunca, dio un paso referente a los contactos relacionados con sus gestiones entre Cuba y los Estados Unidos que no fueran del conocimiento de la administración estadounidense, cualquiera que fuera el partido político en el poder –Demócrata o Republicano- y de los Servicios Especiales norteamericanos,.

en uno de sus viajes a La Habana fue portador de un mensaje directo del gobernante estadounidense Ronald Reagan al presidente cubano Fidel Castro. En dicho mensaje el primero, Reagan, le comunicaba a Castro que conocía a través de los Estimados de Inteligencia de sus Servicios Especiales sobre el apoyo directo que La Habana estaba ofreciendo al líder angolano Agostino Neto, presidente del MPLA (enemigo de otras fuerzas angolanas en el conflicto africano como la UNITA y el FNLA).

Entre sus múltiples gestiones se puede señalar que en uno de sus viajes a La Habana fue portador de un mensaje directo del gobernante estadounidense Ronald Reagan al presidente cubano Fidel Castro. En dicho mensaje el primero, Reagan, le comunicaba a Castro que conocía a través de los Estimados de Inteligencia de sus Servicios Especiales sobre el apoyo directo que La Habana estaba ofreciendo al líder angolano Agostino Neto, presidente del MPLA (enemigo de otras fuerzas angolanas en el conflicto africano como la UNITA y el FNLA) y que a cambio de que retirara su apoyo directo al MPLA le ofrecía «una Embajada» de USA en La Habana  así como la normalización de los intercambios comerciales. Entre esta petición estadounidense también se incluía que el gobernante Castro pusiera fin a su participación militar (asesoramiento y entrenamiento) en el África Negra; así como la ayuda material a los movimientos de liberación en América Latina. Vale señalar que Benes había llegado al presidente republicano estadounidense a través de un amigo común, el  Congresista Federal (demócrata) Dante Fascell (quien era público que apoyaba los esfuerzos en favor del movimiento angolano UNITA).

El jefe de gobierno cubano rechazo a dicha proposición por cuanto  dentro de los lineamientos políticos de la revolución cubana estaba  «el internacionalismo proletario»  como uno de sus pilares por lo que había que encontrar otra solución negociada para llegar a un entendimiento común.

La contraparte estadounidense respondió entonces con la puesta en el aire de Radio̸Tv Martí y el apoyo irrestricto a la creación de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) en cuya creación tuvo un importante rol, entre otros, el Congresista Dante Fascell –quien por haber sido uno de los inspiradores del poderoso lobby judío estadounidense, contribuyó en su diseño estructural a semejanza de este.

La contraparte estadounidense respondió entonces con la puesta en el aire de Radio̸Tv Martí y el apoyo irrestricto a la creación de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) en cuya creación tuvo un importante rol, entre otros, el Congresista Dante Fascell –quien por haber sido uno de los inspiradores del poderoso lobby judío estadounidense, contribuyó en su diseño estructural a semejanza de este. Por demás Fascell fue el inspirador de la Ley de Ajuste Cubano la que también delineo a  imagen y similitud de la Ley de Ajuste Húngaro de 1958.

Hay que tener en cuenta que la década de los ochenta fue una época en que ya el poder de los grupos de presión cubanoamericanos anticastristas estaban presentes dentro de la Administración Reagan así como económica y políticamente los exiliados anticastristas de Miami se habían convertido en grupos de poder -sólido económicamente y en fuertes donantes para las campañas republicanas- contando con el control de los principales medios de comunicación  hispanos –desarrollando  matrices de opinión anticastrista y favorables al Partido Republicano.

A todos estos factores negativos, por ambas partes, tuvo que enfrentarse Benes. Sin embargo no por ello no dejo de perseverar y tratar de coordinar su accionar en favor de lograr la normalización y el restablecimiento de las relaciones entre ambos países. Recuerdo que a principios de los años noventa a raíz de la implosión de la URSS y en pleno Periodo Especial dentro de la isla juntos fundamos la ONG «Dante Fascell Resolución de Conflictos y Paz», contando para ello con el apoyo irrestricto del presidente James Carter con el propósito de buscar soluciones políticas y humanitarias para ayudar a paliar la situación por la que atravesaba la isla.

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