Por Gonul Tol y Alex Vatanka
Por qué se está asociando con sus ex rivales
Cuando Turquía dio la bienvenida al jefe del Estado Mayor iraní, Mohammad Bagheri, a Ankara a mediados de agosto, fue la primera vez desde la revolución iraní de 1979 que un funcionario iraní de su posición viajó al extranjero. En un movimiento igualmente sorprendente, Ankara anunció en agosto que se estaba preparando para recibir al jefe militar ruso, Valery Gerasimov, para discutir la seguridad regional. El vigor del alcance de Turquía a Irán y Rusia, dos rivales históricos, debería levantar las cejas en la Casa Blanca del presidente Donald Trump. No solo señala un cambio importante en la política exterior, sino que es un indicador de que Ankara ha renunciado a Washington.
En noviembre de 2016, las esperanzas en Ankara eran altas, y un Estados Unidos bajo Trump sería bueno para Turquía. El presidente Recep Tayyip Erdogan felicitó a Trump por su victoria presidencial, señalando que su elección marcaría una nueva era en las relaciones entre Estados Unidos y Turquía. En ese momento, Erdogan abrazó una fuerte postura anti-Irán en un esfuerzo por cortejar al nuevo presidente de EE. UU. Y demostrar la voluntad de Ankara de ayudar a contener el poder iraní en el Medio Oriente en general, pero específicamente en Siria.
A cambio, Turquía esperaba que Estados Unidos redujera su apoyo a la milicia kurda siria, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG). Para Ankara, el YPG es una amenaza existencial para el futuro de la República de Turquía, ya que se considera una rama del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización militante de kurdos turcos que ha luchado contra Ankara durante décadas.
Sin embargo, las esperanzas de Ankara se desvanecieron cuando la administración Trump decidió duplicar su apoyo militar al YPG. A los ojos de Washington, el YPG es la única fuerza de combate competente entre la abigarrada tripulación de grupos armados de Siria. Todavía se ve como la mejor opción para proporcionar la muy necesaria fuerza de tierra local para aniquilar al Estado Islámico (ISIS) en Siria, la principal prioridad de Trump en Medio Oriente. La división de Ankara y Washington sobre qué grupo constituye el mayor
Comparte esta información:
en Facebook
en LinkedIn