Por José Fitsanakis – Cortesía de INTELNEWS
La semana pasada, tras los resultados de las elecciones parlamentarias de Rusia, los medios rusos ejecutaron una historia que sugiere que el Kremlin tiene previsto ejecutar cambios de gran alcance a su aparato de inteligencia del país.
De acuerdo con el diario moscovita Kommersant, la administración del presidente Vladimir Putin ha teniendo en cuenta la fusión de dos importantes agencias de inteligencia y contraterrorismo de Rusia en una sola. En concreto, el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, o SVR, se fusionarán con el FSB, el Servicio de Seguridad Federal, según Kommersant.
La fusión creará una nueva agencia de inteligencia amalgamada que llevará por nombre «Ministerio de Seguridad del Estado», o MGB, en ruso. La última vez que se utilizó este título fue en 1946-1953, durante los últimos años del reinado de primer ministro soviético Joseph Stalin. Fue uno de los varios organismos que se combinaron para formar finalmente la KGB soviética en 1954.
Si el artículo del Kommersant es exacto , dos principales agencias de inteligencia de Rusia se fusionarán después de una separación institucional que ha durado un cuarto de siglo. Ellos se separaron poco después del fin oficial de la Unión Soviética, en 1991, cuando se reconoció que la KGB no estaba bajo el control completo del Estado. Eso se observo de forma clara y evidente en agosto de ese año, cuando el director de la agencia de espionaje, Vladimir Kriuchkov, ayudó a dirigir un golpe militar dirigido a deponer el primer ministro soviético Mikhail Gorbachov.
A los dos nuevos organismos se les otorgo mandatos distintos: el SVR heredó la misión de la Direcciones de Inteligencia Exterior de la KGB y se centró en la recolección de inteligencia en el extranjero; el FSB, por el contrario, supone contrainteligencia y contraterrorismo dentro de las misiones de la KGB. Una gran cantidad de organismos más pequeños, como la Agencia Federal de Comunicaciones e Información del Gobierno (FAPSI), el Servicio Federal de Protección (FSO) y otros, se llevaron a cabo tareas tales como la interceptación de comunicaciones, control de fronteras, la protección política, etc.
¿Podrían estas agencias fusionar de nuevo después de 25 años de separación? Posiblemente, pero tomará tiempo. Toda una generación de oficiales de inteligencia rusos han madurado bajo techos institucionales separadas en la era post-soviética. Sistemas burocráticos y estructuras distintas surgidas durante esos tiempos han desarrollado mucha duplicación de funciones. Si una fusión iba a ocurrir, las direcciones y unidades enteras tendrían que ser reestructurada o incluso eliminadas sus funciones de dirección las que tendrían que ser purgado o redefinido con una considerable delicadeza, a fin de evitar inflamar las batallas burocráticas.
Las burocracias rusas no son conocidas por su capacidad de organización, y sería interesante ver cómo se enfrentan con la inevitable confusión de una posible fusión.
Se podría argumentar que, si el objetivo de Putin es aumentar el poder de los servicios de inteligencia -que es dudoso, dada su larga historia de desafiar el poder del Kremlin— de que estaría mejor dejarlas como lo son hoy.