Potencialidades de la participación de la emigración en el crecimiento económico de la Isla

Como apunta Morales (2017), las remesas se han convertido en la principal fuente de capital empleado por los “nuevos empresarios cubanos” para crear pequeñas y medianas empresas en diversos sectores de la economía a lo largo y ancho de la Isla. Imagen: Grua de construcción, al fondo el Capitolio Nacional de la República de Cuba

Por Mario A. González-Corzo* — Fuente> Cuba Posible

Las reformas económicas puestas en marcha a comienzos del “Período Especial” (a principios de la década de los años 90 del siglo pasado), como respuesta al derrumbe del Bloque Socialista y a la desintegración de la Unión Soviética, junto al éxodo masivo de miles de cubanos principalmente hacia Estados Unidos, España, otras partes de Europa y América Latina, facilitaron la participación directa e indirecta de la comunidad cubana residente en el exterior en la economía de la Isla. Las transformaciones económicas puestas en marcha en Cuba a partir de 2007, particularmente las medidas que regulan el trabajo por cuenta propia (2010) y los viajes de cubanos al exterior (2013), combinadas con la flexibilización de las políticas estadounidenses con relación a las remesas (2009) y los viajes a Cuba por parte de ciudadanos norteamericanos (2014), han contribuido a la aceleración de este proceso.

En el caso de la economía cubana, al igual que en otros países con altos niveles de emigración y dependencia en el sector externo, las remesas son el mecanismo principal empleado por emigrantes (con fuertes vínculos con sus países de origen) para destinar recursos y bienes (personales o familiares) hacia el consumo y la inversión. En años recientes, sobre todo después de la flexibilización de las políticas de Estados Unidos con relación al envío de remesas a Cuba en 2009, el monto anual de las remesas enviadas a la Isla ha crecido notablemente.

Como se puede apreciar en el Cuadro 1, entre 2009 y 2016, el monto total de las remesas enviadas a Cuba registró un crecimiento del 108,4 por ciento y el país recibió un monto total de 21,2 billones de dólares durante este período (Morales, 2017). Las remesas ocupan un lugar importante en la economía cubana. En 2016, el monto total de las remesas representó el 148,7 por ciento del valor de las exportaciones de mercancías, el 112,3 por ciento de los ingresos asociados al turismo internacional y el 6,3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) (medido a precios constantes desde 1997). La evolución creciente de las remesas en relación con estos indicadores económicos, entre 2009 y 2016, recalca su importancia en la economía cubana.

Las remesas, generalmente, contribuyen al desarrollo económico mediante mejoras palpables en los niveles de vida (y consumo) de los hogares receptores, la reducción de la pobreza y la expansión de las inversiones –sobre todo en pequeñas y medianas empresas, las cuales también inciden de forma positiva sobre el empleo (CEPAL, 1998; UNCTAD, 2010). Aunque en Cuba, al igual que en la mayoría de los países receptores de remesas, la gran parte de estas se destinan al consumo de los hogares, existe evidencia de que las remesas desempeñan un papel importante como fuente de financiamiento para los pequeños negocios privados que operan en la Isla. Según Mesa-Lago (2016), los trabajadores por cuenta propia (TCP) que reciben remesas con regularidad invierten gran parte del monto para obtener insumos y equipamiento para sus pequeños negocios. En el caso de Cuba, la inversión de las remesas en pequeñas y medianas empresas (operadas por los TCP) ha contribuido al aumento de la actividad productiva y al crecimiento del empleo en el sector no-estatal (González-Corzo y Justo, 2017; Morales, 2017).

El Cuadro 2 presenta la evolución del empleo por cuenta propia en Cuba entre 2010 y 2016.

Como demuestra el Cuadro 2, en 2010 existía en Cuba un total de 157,371 trabajadores por cuenta propia (TCP); entre 2010 y 2016, el número de TCP registró un aumento de 377,629, representando una tasa de crecimiento del 240 por ciento. Al cierre de 2016, más de medio millón de cubanos ejercían legalmente como “cuentapropistas”, representando cerca del 9 por ciento de la fuerza laboral del país.

El crecimiento del empleo por cuenta propia en Cuba, a partir de 2010, fue alentado por dos factores fundamentales: a) la expansión de las actividades para ejercer el trabajo por cuenta propia a 201, la autorización de la contratación de personal por parte de los TCP, y la expansión de la capacidad de los restaurantes (o paladares), al igual que medidas que permitieron la inserción del trabajo por cuenta propia en una amplia gama de actividades económicas (como la construcción, transporte, etc.), lo cual ha permitido que un número creciente de cubanos y cubanas optaran por el empleo por cuenta propia, y b) la flexibilización de las políticas estadounidenses con respecto al envío de remesas y viajes a Cuba desde 2009, lo cual, sin duda, ha contribuido al aumento del monto de estos envíos a la Isla.

Como apunta Morales (2017), las remesas se han convertido en la principal fuente de capital empleado por los “nuevos empresarios cubanos” para crear pequeñas y medianas empresas en diversos sectores de la economía a lo largo y ancho de la Isla. Por su naturaleza y carácter transnacional, estas transferencias voluntarias de bienes y capital privado han funcionado y continúan funcionando como el mecanismo principal mediante el cual la comunidad cubana residente en el exterior ha contribuido, y continúa contribuyendo, al crecimiento y desarrollo económico de la Isla.

Más allá de las remesas, existe otro mecanismo importante mediante el cual los emigrados cubanos (o cubanos residentes en el exterior) podemos (potencialmente) contribuir al desarrollo y crecimiento económico de nuestro país. Se trata de su posible participación directa en la reconstitución de la economía cubana dentro de un escenario de profundas transformaciones y la transición hacia una economía de mercado.

La comunidad cubana residente en el exterior, sobre todo en Estados Unidos, está bien posicionada para contribuir de forma significativa al desarrollo y crecimiento de la economía cubana durante y después de la transición hacia una economía de mercado.

Esto se debe a varios factores:

Un sector empresarial dinámico y exitoso. De acuerdo a la encuesta más reciente efectuada por el Buró del Censo de los Estados Unidos (“U.S. Census Bureau”), en 2012, el sector empresarial cubanoamericano contaba con un total de 281,982 empresas, las cuales facturaron cerca de 27,7 billones de dólares en ventas y emplearon un total de 307,900 personas. Como demuestran Díaz-Briquets y Pérez-López (2003), la comunidad cubana residente en Estados Unidos cuenta con un sector empresarial con la capacidad, experiencia y capital necesarios para crear e integrarse a redes comerciales transnacionales que servirían para facilitar la integración global y fortalecer la competitividad de la economía cubana –particularmente del sector privado. El sector empresarial cubanoamericano también pudiera jugar un papel importante en el desarrollo y crecimiento de la economía cubana mediante la formación de nuevas empresas, inversiones directas y la transferencia de conocimientos gerenciales y administrativos, al igual que tecnología de punta al sector privado en la Isla durante y después de la transición hacia una economía de mercado.

La capacidad de influir sobre la política de Estados Unidos hacia la Isla. La comunidad cubana en Estados Unidos cuenta con una amplia gama de organizaciones cívicas y políticas con una larga experiencia en el cabildeo (o “lobbying”), las cuales han demostrado a través del tiempo su capacidad de influir en las políticas hacia la Isla (Díaz-Briquets y Pérez-López, 2003).  Durante y después de la transición hacia una economía de mercado, y la normalización de las relaciones entre ambos países, estas organizaciones podrían emplear sus recursos para influir sobre las políticas estadounidenses hacia Cuba en áreas como intercambio comercial, aranceles, etc.

Vínculos directos con Cuba mediante el Internet y los viajes a la Isla y de cubanos al exterior. Otro mecanismo importante mediante el cual los cubanos residentes en el exterior tenemos el potencial de contribuir de forma significativa al desarrollo y crecimiento de la economía cubana es la ampliación de vínculos con nuestro país –particularmente mediante el uso de plataformas digitales para comunicarnos con nuestros familiares, amigos y socios de negocios en la Isla, enviar remesas (tanto en efectivo como en especie), etc.

Como hemos notado anteriormente, el creciente monto de las remesas enviadas a la Isla, particularmente a partir de la flexibilización de la política estadounidense en 2009, y su uso para la formación y expansión de pequeñas y medianas empresas en el sector no-estatal emergente, ha desempeñado un papel protagónico en este proceso. Sin embargo, a las remesas tenemos que añadirles el impacto de Internet y de los viajes, tanto de cubanos residentes en el exterior a Cuba, como de cubanos residentes en la Isla al exterior.

Aún bajo las condiciones actuales, la proliferación de sitios web para enviar remesas en especie y en efectivo, al igual que la presencia de AirBnBFacebookRevolico, “El Paquete,” y otras plataformas digitales diseñadas para facilitar las comunicaciones, transferencias, envíos y otras transacciones, han fortalecido los vínculos entre los cubanos en el exterior y nuestros familiares, amigos y socios de negocios. Aunque aún falta mucho por avanzar en esta esfera, ya que Cuba tiene uno de los niveles de acceso a Internet más bajos del planeta, no cabe duda de que el surgimiento y crecimiento de estas plataformas digitales dentro y fuera de Cuba, al igual que el aumento en el acceso a WiFi en ciudades y pueblos de la Isla, han tenido impactos tangibles en la economía y sociedad cubanas.

En el ámbito económico, a pesar de las trabas y limitaciones existentes, la expansión de estas plataformas digitales ha facilitado el flujo de remesas e inversiones por parte de cubanos residentes en el exterior, en pequeños y medianos negocios privados en el sector no-estatal emergente. Debido a que en Cuba no existen en realidad mercados de insumos donde los trabajadores por cuenta propia puedan acceder para operar sus pequeños negocios con regularidad, los envíos de remesas en especie y por supuesto los envíos de remesas en efectivo –a través de una amplia gama de plataformas digitales que proveen estos servicios– desempeñan una función importante en la economía cubana en la actualidad. Como es bien sabido, no son pocos los pequeños negocios privados y trabajadores por cuenta propia que dependen con regularidad de estos envíos como fuente de insumos y capital de trabajo (Mesa-Lago, 2016).

Dadas las características estructurales de la economía cubana en la actualidad, y los grandes retos y desafíos que enfrenta el país, es muy probable que durante y después de la transición hacia una economía de mercado esta situación perdure por largo tiempo. Esto implica que, aún después de transitar hacia una economía de mercado, es muy probable que el uso de plataformas digitales para enviar remesas (tanto en efectivo como en especie) continúe siendo una de las formas principales mediante la cual los cubanos residentes en el exterior seguiremos contribuyendo al crecimiento y desarrollo económico de nuestro país.

Referencias:

Anuarios Estadísticos de Cuba (AEC), 2014, 2016. Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). (2018). http://www.one.cu/

Cepal (1998).  The contribution of remittances to social and economic development in the Caribbean.

Diaz-Briquets, S. y Perez-Lopez, J. (2003). The role of the Cuban-American commmunity in the Cuban transition.  Cuba Transition Project (CTP). Institute for Cuban and Cuban-American Studies, University of Miami, FL.

http://www.cubastudygroup.org/index.cfm/files/serve?File_id=e51b6df4-b0fd-4b5a-bbd9-684336edf136

González-Corzo, Mario A.; Justo, Orlando (2017). “Private Self-Employment under Reform Socialism in Cuba.” The Journal of Private Enterprise, 32(2): 45-82.

Mesa-Lago, C. (2016). Voces de Cambio en el Sector No Estatal Cubano: Cuentapropistas, Usufructuarios, Socios de Cooperativas y Compraventa de Viviendas.” Madrid: Iberoamericana.2016

Morales, E. (2017). Thaw and reform create a new middle class and balance of power in the Cuban economy. Cuba in Transition, 27, 271-281.  https://ascecuba.org//c/wp-content/uploads/2018/01/v27-morales.pdf

UNCTAD (2010). Como maximizar las contribuciones de las remesas al desarrollo: Nota de la secretaria de la UNCTAD.  http://unctad.org/es/Docs/ciem4d2_sp.pdf

U.S. Census Bureau. (2012). Survey of Business Owners, 2012.

https://factfinder.census.gov/faces/tableservices/jsf/pages/productview.xhtml?pid=SBO_2012_00CSA01&prodType=table

*Mario A. Gonzalez-Corzo , es Doctor en Economía y profesor de la Facultad de Economía, Lehman College, en The City University of New York (CUNY)

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