¿Y por qué no renuncian todos?

Staff de PanAm Post, Dentro del Gobierno interino de Juan Guaidó hay muchas voces críticas que piden investigaciones y auditorías internas, pero resulta difícil creer en las buenas intenciones y no suponer que se trata más bien de un doble juego para garantizar la coexistencia con el régimen


Por Staff de PanAm Post

Dentro del Gobierno interino de Juan Guaidó hay muchas voces críticas que piden investigaciones y auditorías internas, pero resulta difícil creer en las buenas intenciones y no suponer que se trata más bien de un doble juego para garantizar la coexistencia con el régimen.

Son más de dos años de promesas incumplidas, casos de corrupción, expectativas frustradas y coexistencia con el régimen. Por todo ello, en nuestro editorial de la semana pasada pedimos que se dejen a un lado los intereses personales, los caprichos y la mezquindad. Pedimos lo que la gran mayoría de Venezuela considera necesario para dar paso a un nuevo liderazgo. Pedimos, sin vacilación y sin adornos ¡Renuncia, Guaidó!

Es un sentimiento que parece compartirlo no solo la ciudadanía que padece la mayor crisis humanitaria, en medio de la indolencia de una dictadura que provocó la tragedia y un Gobierno interino que no supo contenerla. Y es que dentro del mismo interinato hay muchas voces críticas que, sin estar libres de pecado, a diario lanzan piedras a los ya caídos en desgracia, pero paradójicamente siguen formando parte de la gestión que tanto cuestionan y –sin vergüenza alguna– se benefician de la repartición cuando se liberan los recursos. Entonces, nos preguntamos: ¿Y por qué no renuncian todos?

Los llamados de atención de Borges

Así por ejemplo, el diputado y comisionado del Gobierno interino para Relaciones Exteriores, Julio Borges, ha hecho al menos tres llamados de atención a través de las redes sociales, tanto a nombre propio como de su partido Primero Justicia, para que se investiguen las irregularidades cometidas con el manejo de fondos públicos. Entre estos casos destacan la protección de activos en el exterior, la corrupción cometida en la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional y el manejo de la petrolera Citgo, específicamente de la Fundación Simón Bolívar, entre otros.

Uno de estos exhortos ocurrió a finales de enero, cuando Borges exigió a través de su cuenta en Twitter “mostrar los resultados concretos de las investigaciones” que –según destaca– se habrían solicitado desde su organización política y-por-que-no-renuncian-todos

Pero Borges también ha sido señalado directamente de haber avalado bajo cuerda, junto con el diputado Rafael Guzmán, los bonos Pdvsa 2020 con los que el régimen de Maduro hipotecó la petrolera Citgo, el mayor activo de la nación en el extranjero.

Las auditorías que pide Guanipa

También desde Primero Justicia ha levantado la voz el diputado y primer vicepresidente de la Asamblea Nacional opositora, Juan Pablo Guanipa, quien ha propuesto incluso que se realicen auditorías a todo el Gobierno interino. Así lo propuso en la sesión del pasado 21 de enero.

“Abramos la puerta a cualquier investigación que lleven a cabo funcionarios legítimos y organizaciones no gubernamentales especializadas en la materia. Realicemos auditorías de todo el Gobierno interino para demostrar en la práctica que somos distintos al régimen de Maduro. Y que cualquier irregularidad que pueda comprobarse sea sancionada como lo establezca la Constitución y la ley”.

Y siguen recibiendo fondos públicos

En la práctica, el Gobierno interino no ha logrado demostrar ser distinto al régimen. Han pasado tres meses y no se han mostrado los resultados de las investigaciones que pedía Borges, ni se han realizado las auditorías que proponía Guanipa. Mientras tanto, estos funcionarios siguen en sus cargos, recibiendo fondos públicos, sin haberse establecido responsabilidades por las irregularidades que ellos denuncian con desembolsos anteriores.

De acuerdo con un informe presupuestario del parlamento opositor, el Gobierno interino retirará al menos 152 millones de dólares correspondientes a los activos de la nación que permanecen congelados bajo protección de Estados Unidos. La Asamblea Nacional, de cuya directiva forma parte Juan Pablo Guanipa, recibirá 7,5 millones de dólares, mientras que el Departamento de Relaciones Exteriores, que dirige Julio Borges, administrará 5,6 millones.

Hasta el momento solo se puede hablar de buenas intenciones, contradicciones e hipocresías. Nadie podría oponerse a las propuestas que ahora hacen Borges y Guanipa –si es que llegan a concretarse– pero dentro de su partido existe un personaje que a pesar de haber tenido su momento de gloria como líder opositor, hoy goza de muy poca credibilidad por sus coqueteos con el régimen. Se trata del excandidato presidencial Henrique Capriles.

Capriles y el doble juego

La lista de evidencias del colaboracionismo de Capriles con el régimen de Maduro es larga. Negoció con Miraflores la liberación de presos políticos a cambio de participar en las elecciones parlamentarias del año pasado, aunque a última hora se retractó, al no lograr el respaldo de la Unión Europea. Durante 2020 se reunió dos veces con Nicolás Maduro, según reveló el canciller del régimen, Jorge Arreaza. Y para completar pidió en octubre a empresarios venezolanos hacer lobby en Washington para lograr una flexibilización de las sanciones.

Frente a este panorama, resulta difícil creer en las buenas intenciones y no suponer que se trata más bien de un doble juego, en el que por un lado se habla públicamente de investigaciones, auditorías y más sanciones para el régimen y por el otro lado, con el lobby de Capriles, se buscan acercamientos con el chavismo para seguir coexistiendo.

¿Y por qué no renuncian todos?

Por ello, la gran mayoría de la población se siente defraudada por la oposición. No es poca cosa decir que 88 % de los venezolanos cree que Juan Guaidó no está capacitado para gobernar, según una encuesta de Meganálisis divulgada en mayo del año pasado. Y nadie espera que casi un año después, sin haber logrado el prometido ceses de la usurpación, la situación haya cambiado a su favor.

Pero evidentemente no se trata solo de Guaidó. La responsabilidad es de todo un equipo de Gobierno. Hay quienes han preferido dar un paso al costado. Y la lista es larga: Vanessa Neumann, Tamara Sujú, Ricardo Villasmil, José Ignacio Hernández, Humberto Calderón Berti, Ricardo Hausmann, Luis Pacheco, Luisa Paladios, por mencionar algunos. Pero hay otros que a pesar de compartir las razones para la dimisión de estos exfuncionarios no quieren perder los beneficios que estos cargos generan. Es por ello que hoy los emplazamos: ¿Y por qué no renuncian todos?

FUENTE:

Staff de PanAm Post

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