Guías de turismo independientes en Cuba. Pertinencia de un antiguo reclamo

escrito por Arturo Mesa

La respuesta de la ministra de Trabajo y Seguridad Social a una solicitud que le dirigiera un grupo de personas interesadas en la aprobación de la actividad de guías de turismo para el trabajo por cuenta propia, pudo sugerir que una competencia al empresariado turístico no era lo más aconsejable en estos momentos, al menos mientras dure la crisis. Tal réplica habría sido elegante, pero no fue la que recibimos.

Esa postura diplomática no se evidenció y, en su defecto, la sentencia dictaminó que las actividades asociadas a productos turísticos son desarrolladas y comercializadas solamente por las entidades del sistema empresarial del turismo en Cuba. Y adiós a las esperanzas. Para esa contestación demoraron casi un año, desde que empezaron a recibir cartas de varios guías oficiales del gremio que, ante la apertura económica, razonaban sobre el beneficio mutuo de ejercer la referida actividad como trabajadores por cuenta propia. Era una forma además de controlar quiénes y cómo lo ejercían, de ofrecer novedosos diseños y extraer dividendos de los nuevos actores potenciales. 

Me cuesta pensar que esa respuesta provenga del ordenador de la ministra. En primer lugar, los reclamantes no pedían autorización para constituir «agencias de viaje» ni ejercer como «operadores turísticos», como asegura la carta. Se trataba del reclamo concreto de eliminar la actividad de guía de turismo del listado de prohibiciones, a partir de ello analizar en conjunto su posible alcance y, solo entonces, comenzar a presentar proyectos concretos.

En segundo lugar, la carta está dirigida a un grupo de «promotores de guías de turismo» —cargo que, imagino, no esté autorizado tampoco— sin embargo, los promoventes de la solicitud somos guías oficiales y registrados de turismo. Súmese a eso que mi nombre viene adscrito a una tal agencia «Mintur», de la que nunca he sido parte. De hecho, no existe una agencia con ese nombre, cosa que la ministra o sus asesores deberían saber.

Por último, me asombra que la ministra cometa una falta léxica como confundir el término «pertinencia» con el de «pertenencia». Eso es inadmisible en una funcionaria de su nivel, que debe usar correctamente el idioma para comunicarse con la ciudadanía y a través de los medios.

Guías de turismo

En un encuentro acaecido en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, sobre el cual publiqué un texto con fecha 7 de octubre en este espacio, se adujo que las actividades relacionadas con el sector en cuestión no estaban permitidas al cuentapropismo. Sin embargo, allí se explicó que ya existía la excepción del alojamiento y el transportista, que en no pocos casos funge como guía de turismo sin serlo. En esa misma reunión se abordó la necesidad de detenerse a analizar los beneficios de esta función para ambas partes, algo que nunca ocurrió. Se aseguró además que se razonaría de conjunto cualquiera fuera la decisión al respecto.

Se nos solicitó en aquel momento la presentación de proyectos teniendo en cuenta que a partir del nuevo diseño para el trabajo por cuenta propia, lo que se aprueban son proyectos. Tal solicitud fue interpretada por algunos colegas como preámbulo a la aceptación. No todos lo vimos de igual manera.

Era inconcebible lanzarse a la presentación de un proyecto cuando un guía lo que hace es guiar, por ende, el plan que se diseñe tendría en su núcleo esa función, y mientras la misma no sea eliminada del grupo de prohibiciones nunca lo podrá hacer. Sin contar con que para poder guiar necesitaría promocionar su actividad, lo que tampoco resulta procedente con la actual normativa. 

En el texto para La Joven Cuba al que aludí al principio, expresaba que ante tal cuestionamiento cualquier profesional de este campo respondería que su proyecto incluiría guiar en alguna de las acepciones del término, sea para una agencia o no.   Igualmente cuestioné cuál podría ser el proyecto «de un intérprete que no sea interpretar o el de un chapista, que no sea chapistear».  

Lo cierto es que debimos esperar varios meses por la respuesta oficial, y ello demuestra que era tiempo lo que se requería para elevar la decisión a las instancias pertinentes. Mientras, los interesados se rompían la cabeza elucubrando proyectos en los que se pudiera legalmente hacer de guía, sin hacer de guía.           

Entonces ¿por qué llega ahora esta negativa tan demorada, escueta y fría?  En el mencionado encuentro, los funcionarios del Ministerio de Turismo explicaron que habían estado de viaje precisamente estudiando todos los posibles esquemas de funcionamiento del sector, que incluía a los actores más importantes ¿No habría sido más lógico retornar a un salón y explicar cómo se arribó a esta negativa, y esclarecer por qué los estudios de caso realizados en la región ratificaron que nuestra solicitud era inconveniente?

Guías de turismo (3)

Marta Elena Feito Cabrera (Foto: Twitter)

Se nos había asegurado además que no éramos vistos como competencia, e incluso, afirmaron que sabían que no todos se iban a arriesgar en un sector tan complejo e inestable abandonando el confort de trabajar para un operador estatal regular. 

De modo que solo resta imaginar que lo que se impuso finalmente aquí fue el dictamen de esferas superiores, de donde suelen bajar órdenes y no análisis, y que todo el tiempo de espera se debió a que el asunto tenía que aguardar por la respuesta de una mega esfera del poder donde no se está al tanto de que la Agencia Mintur no existe y que el cargo de promotor de Guía de Turismo tampoco. Lo que no logro comprender aún es cómo no se aprecia el potencial que tiene un guía conocedor de su historia y patrimonio para generar resultados que no tributen únicamente a su economía personal, sino también a las localidades y al país, e incluso, que puedan atraer nuevos emprendimientos y gestionar proyectos de inversiones a futuro. 

No entiendo que sean mantenidas las mentalidades de ordeno y mando que, lejos de robustecer el compromiso del ciudadano con su país y ponerlo en posición más cómoda para la obtención de ingresos limpios, pretendan mantener a toda costa el control sobre cada peso que entra a la Isla, aunque luego se gasten en salarios para el ejército de policías que hará falta contratar con el fin de evitar lo que de todas formas sucederá cuando retornemos a la normalidad y la gestión del turismo se amplíe. 

Algunos altos dirigentes en Cuba consideran que los reclamos para la ampliación del cuentapropismo profesional son propios de personas «codiciosas» con afán de obtener mayores ingresos y que pretenden un proceso de privatización que «barrería los cimientos y las esencias de la sociedad socialista construida a lo largo de más de seis décadas», como advirtió Raúl Castro en el Informe Central al 8vo Congreso del PCC. Solo que con tal valoración, además de ofender a muchos compatriotas, no se evita el éxodo de profesionales ni se aumenta el compromiso de los que hicimos estudios para ponerlos en función de los nuevos tiempos en suelo patrio.

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