Partido único y democracia en Cuba

Por Ivette García González. La práctica ha demostrado la profunda contradicción y conflicto entre la democracia y la concentración del poder, sea en una persona, un grupo o un partido político. Que se haya refrendado así en la Constitución vigente hace más necesario y legítimo reclamar al poder la democracia que merecemos los cubanos. (Foto: Ariel Ley Royero/AFP)

Por Ivette García González 

El VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) no incluyó en su agenda a la democracia. Sin embargo, la relación de esta con los partidos políticos y su prioridad para la izquierda son temas recurrentes. Realidad nacional, medios alternativos y redes sociales en Cuba confirman su importancia para la sociedad civil.

Tal contradicción me hizo recordar el título del texto de José Llamos Camejo publicado en Granma el 7 de abril: «¿Un Partido único ha limitado la democracia en Cuba?». Este es un claro ejemplo de la tendencia continuista que: sustituye argumentos por citas de dirigentes y consignas, equipara al PCC con el Partido Revolucionario Cubano (PRC) de José Martí, exalta el modelo cubano de democracia y ubica a todo el que disiente como enemigo al servicio de la agenda gubernamental de los EEUU. 

Respuesta necesaria a una ¿aparente? contradicción

Si bien el pluripartidismo no garantiza per se el desarrollo democrático, el unipartidismo es tan cuestionable o más que su contrario. El PC ha limitado la democracia en su vida interna y en el conjunto de la sociedad dada su posición suprema en el sistema político.  

Me limito a señalar tres ejemplos: 1) ¿cómo justificar que esté por encima de la sociedad y del Estado un partido político conformado por el 6% de la población y cuyos órganos no son electos por el pueblo?; 2) ¿cómo es posible que desde abril de 2018 Raúl Castro anunciara —diciendo: «se ha planificado así»— quién lo relevaría en el cargo de Primer Secretario del PC tres años después?; y 3) ¿salieron los delegados al VIII Congreso de los precandidatos elegidos por los núcleos de base, como afirmó el NTV?

Recientemente el destacado intelectual Rafael Hernández señaló que la organización partidista «(…) padece de poca creatividad y vínculos con la ciudadanía, métodos burocráticos de dirección, y pérdida de autoridad y ejemplaridad, provocadas por actitudes negativas e incluso corruptas». Mientras, el hermetismo, el secretismo y la falta de transparencia parecen componentes naturales de su funcionamiento.

Al órgano superior del PC, el Buró Político, compuesto por diecisiete personas, se subordinan todos los poderes del Estado. Decide sobre 11.33 millones de cubanos. Se fue ampliando de ocho miembros en 1965 hasta veinticinco en los noventa, para volver a contraerse en los 2000.

Dicha instancia es electa por el Comité Central, cuyos miembros se eligen en el Congreso por los delegados, que ahora representan apenas el 2.6% de la población del país.  

Partido único y democracia: ¿qué dicen algunos medios?

Convoco la atención sobre los medios y la pregunta de Llamos Camejo.  

1. Pocos días antes del Congreso, las columnas «Opinión» y «Cuba», del Granma digital, mostraban veintisiete y veintinueve textos respectivamente. En la primera casi todos eran de temas históricos, culturales, anecdóticos, sin crítica ni opinión política. En la segunda solo ocho generaron entre uno y cuatro comentarios. La excepción fue el referido artículo. Cuando menos indica que el tema de la democracia fue el de mayor interés para los lectores.

2. Entre el 7 de octubre de 2020 y el 11 de marzo pasado, el mismo medio publicó nueve reportes noticiosos. Es sintomático lo siguiente:

– La mayoría no recibió ningún comentario. En los treinta y seis registrados predominan consignas e ideas cortas, respaldo elogioso a reuniones y decisiones basadas en documentos que no se conocen y también intolerancia. El único comentario que pareció crítico: «confío en que el atinado y necesario “Estudio del clima sociopolítico» no ignore y valore con máximo rigor y urgencia los niveles de incertidumbre y descontento entre los más amplios sectores de la sociedad cubana», recibió una categórica riposta. Por cierto, fue de un destacado intelectual cubano, a pocos días de los sucesos de San Isidro y el Mincult.

– Aun con frases laudatorias, algunos comentaristas solicitaron: más contenidos que titulares, necesidad de cambios en las estructuras de poder, necesidad de conocer los documentos a discutir en el Congreso, información sobre los delegados, reconocimiento a los trabajadores por cuenta propia en el Poder Popular, que se aprobaran cambios urgentes y que llegaran a la cúpula y se atendieran los criterios de la población.

3. Por último, quien contraste lo que publicó el Granma sobre el PC y lo que difundieron medios alternativos cubanos respecto al tema, verá que no parecen hablar del mismo país y partido y que la receptividad también difiere. Dos ejemplos:

a) El día que el órgano oficial del PC publicó el elogioso texto de LLamos Camejo; On Cuba News difundió un artículo del Dr.C. Julio Antonio Fernández Estrada. En este, que tuvo una importante repercusión en las redes sociales, su autor apuntaba: «El Partido (…) tiene el reto de llevar a Cuba por el camino de la democracia y la inclusión política. (…)».

b) Tanto Granma como La Joven Cuba publicaron textos a propósito de la fundación del Partido Revolucionario Cubano (PRC) de José Martí. El primero lo hizo el 12 de abril, con un artículo de Pedro Rioseco que no tuvo ningún comentario. LJC lo hizo el 10, fecha de la efeméride, con un texto del historiador Mario J. Valdés Navia que se replicó en las redes y recibió once comentarios.

La práctica ha demostrado la profunda contradicción y conflicto entre la democracia y la concentración del poder, sea en una persona, un grupo o un partido político. Que se haya refrendado así en la Constitución vigente hace más necesario y legítimo reclamar al poder la democracia que merecemos los cubanos.

AUTORA

Ivette García González*Ivette García González, La Habana, 1965. Doctora en Ciencias Históricas por la Universidad de La Habana (2006), Profesora Titular por el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) “Raúl Roa García” e Investigadora Titular del Instituto de Historia de Cuba. Actualmente docente e investigadora de la Casa de Altos Estudios Fernando Ortiz de la Universidad de La Habana. Autora de varios libros. Fungió como diplomática en la Embajada de Cuba en Lisboa (2007-2011). Preside la Sección de Literatura Histórica y Social de la Asociación de Escritores de la UNEAC y es miembro de la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU), de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC), la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y Caribeños (ADHILAC) y la Sociedad Económica de Amigos del País (SEAP).

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