ANALISIS: ¿Promueve “Clandestinos” una Operación Negra de Desmitificación en contra de José Martí, el Apóstol de todos los cubanos? Primera Parte.

Imagen: Estatua de José Martí ultrajada por órdenes de la organización opositora al gobierno de La Habana llamada “Clandestinos”:  A la derecha de la foto un supuesto miembro de la mencionada organización miamense con la cara cubierta por una máscara de las utilizadas en el serial español “La Casa de Papel”, frente a este personaje los actores cubanos Luis Alberto García e Isabel Santos protagonistas centrales del film cubano cuyo nombre adoptara la antes mencionada organización.

Por José R Alfonso

La Habana. Recientemente, cubanos residentes en la capital, y posteriormente otros en la región oriental de la isla (“copycats” o auténticos opositores), pertenecientes a una organización a la que llaman “Clandestinos” —nombre adoptado de una película del director cubano Fernando Pérez en la que se aborda la lucha clandestina violenta contra el régimen de Fulgencio Batista entre 1952 y 1959—  supuestamente financiados y arropados por este grupo anónimo de cubanos residentes de Miami, vertieron sangre de cerdo sobre varios bustos de José Martí ubicados en esta capital y sobre otros situados en dicha región oriental.

 Con posterioridad a esta acción las autoridades aseguraron haber detenidos a dos de los autores capitalinos de los hechos, “de este chacalismo“, como lo denomina “Clandestinos” en su página de Facebook[2], asegurando que ambos no forman parte de este grupo.

Sin entrar en calificativos peyorativos, no admite dudas que esta acción acaecida en La Habana en contra de uno de los símbolos patrios del país, sacaron de la inmovilidad a cubanos de ambos lados del Estrecho de la Florida.

Sus planificadores, financiadores y actores, sin embargo, no tuvieron en cuenta ni valoraron los costos políticos a pagar por esta improvisada e iniciada Black Ops. Tal vez por cuestión generacional, pues seguramente, por su perfil relacionado con su modus operandi, son jóvenes exiliados económicos y no políticos; o por inmadurez y desconocimiento en proyección y reversión política. Ya que el hecho  evidencian un total desconocimiento de la antropología política e idiosincrasia de las viejas generaciones de cubanos radicados en el exilio y dentro de la isla. Aunque tal vez una parte de ellos, inconscientemente, hayan heredado algunos de los principios nacionalistas.

Son factores antropológico y sociológico heredados a través de una fuerte corriente de pensamiento nacionalista, el que une tanto a los cubanos radicados en el extranjero como los que residen en Cuba, con independencia de credos e ideologías. Imagen: símbolos patrios cubanos.

Este importante factor común antropológico en el que coinciden tanto los cubanos radicados en el extranjero como los que residen en Cuba, con independencia de credos e ideologías, es el que ambos tienen en común la corriente de pensamiento nacionalista, pues aprendieron desde niños el amor a su nación (país) Cuba; a profesarle un profundo respeto a su Apóstol, José Martí; y sobre todo a venerar y proteger a su familia. El fenómeno del nacionalismo cubano se transmitió a lo largos de los años, generación tras generación a través del concepto de Patria (nación). Una línea de pensamiento que ha reivindicado y reafirmado nuestro derecho de nacionalidad y nuestra personalidad de forma influyente y duradera estemos donde estemos.

De acuerdo o no con Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana, y dejando a un lado las emociones, es justo reconocer que es sin duda un excelente exponente de nuestra historia, de la vida y trascendencia histórica de José Martí, quien reconoce personalmente “que Cuba cuenta con muchos héroes, pero con un solo Apóstol”. A Leal Spengler por demás tenemos que agradecerle su destacado empeño en el trabajo de rescate del centro histórico de La Habana. Personalmente considero a Eusebio Leal Spengler un Apóstol de nuestra Historia la que ha expuesto en los más importantes centros universitarios, foros científicos y ha recibido importantes reconocimientos a nivel internacional.

De acuerdo o no con Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana, y dejando a un lado las emociones, es justo reconocer que es sin duda un excelente exponente de nuestra historia, de la vida y trascendencia histórica de José Martí, quien reconoce personalmente “que Cuba cuenta con muchos héroes, pero con un solo Apóstol”. A Leal Spengler por demás tenemos que agradecerle su destacado empeño en el trabajo de rescate del centro histórico de La Habana. Personalmente considero a Eusebio Leal Spengler un Apóstol de nuestra Historia la que ha expuesto en los más importantes centros universitarios, foros científicos y ha recibido importantes reconocimientos a nivel internacional.

Incluso la isla  está poblada, en tiempo real, por millones de personas con diferentes puntos de vista políticos —aunque el discurso oficial y las actitudes del gobierno cubano no lo demuestran— a quienes el nacionalismo une en ciertos momentos cuando tanto los que residen dentro de la nación  como a los que viven en otros lugares, pero se consideran parte de la nación cubana, se ofenden al tratar de convencerlos de que aumentar la dureza de una crisis o contribuir a las dificultades y la escasez contra nuestra familia —la piedra angular de la Nación (Patria)— es una forma de velar y cuidar nuestro bienestar.

Por lo que, para ese tipo de cubano, nacionalista, el hecho de haber agredido al más alto pensador de la isla, José Martí, provoca rechazo.

La rápida difusión —viralización— en las redes sociales de los actos en contra de los bustos martianos en la capital de la isla y en la región oriental —lo que sucede en el ciberespacio rápidamente se globaliza— bien se pudo tornar en objeto de apoyo, críticas o polémicas.

Sin embargo, a pesar del eco y respaldo táctico mediático brindado a través de un show transmitido en vivo desde Miami por medio de YouTube y Facebook Live, conducido por un “cubano despierto” y narcisista en búsqueda de protagonismo, “fama y fortuna”, este no recibió señales de respaldo del “exilio histórico”, ni entre las diferentes organizaciones anticastristas que utilizan el nombre Martí como bandera, centros educacionales que evocan su nombre (“Escuelas Lincoln-Martí”); líderes de “La Rosa Blanca”; ni siquiera de “Radio/Tv Martí”.

Cubanos somos todos, los de aquí y los de allá, y no se debe continuar con esa separación determinada por una frontera ideología excluyente.  Martí es de todos, Martí es la nacionalidad cubana, quien ofende a Martí ofende a todos los cubanos.

Antes de haber ordenado los “diseñadores” de esta Operación de desmitificación y ultraje en contra de los símbolos patrios, a sus actores de campo en Cuba su puesta en marcha, les hubiera sido muy útil  haber consultado a cubanos radicados en el Sur de la Florida. Ellos son portadores de una vasta y larga experiencia en todo tipo de lucha, desde la clandestina violenta y armada, hasta las de un transitar por todos los caminos del mundo a través de cualquier método de lucha válido, y que ha sido mantenida y sostenida por largos años de enfrentamiento en contra de la instauración del sistema político-ideológico de Socialismo de Estado  (Stalinista) imperante en la isla.

Han sido largos y dolorosos años de lucha cuya secuela ha provocado en muchos un Síndrome Post Traumático de por vida, como resultado de su enfrentamiento conspirativo o abierto a este sistema marxista, de una u otra forma.

Han sido largos y dolorosos años de lucha cuya secuela ha provocado en muchos un Síndrome Post Traumático de por vida, como resultado de su enfrentamiento conspirativo o abierto a este sistema marxista, de una u otra forma, teniendo que pagar por su derrota largas e infrahumanas condenas de prisión, fusilamiento, pérdida de seres queridos y cuantiosos daños económicos a la clase media y alta a causa de la confiscación de sus propiedades.

Muchos otros fueron compulsionados a migrar al haber sido excluidos de la sociedad por su pensar diferente, o al resultar sus pequeños negocios intervenidos en 1968. Más tarde, al optarse por métodos pacíficos de lucha activa en pro de los derechos humanos, otros irían a prisión y tendrían que partir al exilio; etc., etc.,

Banderas de la estrella solitaria están presentes en toda marcha convocada por el exilio cubano. Imagen: manifestantes cubanos desfilan en calle de Miami en contra del régimen marxista de la isla. Imagen cortesía de EFE.

Sin embargo, estos abnegados luchadores patriotas nacionalistas y, por ende, portadores de la memoria histórica cubana en el exilio, de seguro hubieran aconsejado a este supuesto grupo opositor no utilizar como método de lucha activa el ultraje a los símbolos patrios. 

“Clandestino”, tal vez por desconocimiento, ignora que fue gracias al profundo sentimiento de orgullo nacional —el llamado NACIONALISMO— con  la polarización de  toda su carga antropológica, es decir los aspectos físicos e  idiosincráticos, costumbres, manifestaciones sociales y culturales, hábitos alimenticios, incluso hasta los nombres comerciales de los restaurantes y comercios que habían dejado atrás que Miami se convirtiera de  un lugar de recreo para el disfrute vacacional, sus playas, con sus respectivas zonas campestres  aledañas,  en una ciudad estadounidense de primera línea.

Cubanos que, a pesar de la distancia, y el no retorno, continuaron su amor por Cuba y un profundo respeto por los símbolos patrios evidenciándolo, en tiempo real, en que, en todo acto de las diferentes organizaciones en el exilio, sean de carácter social, anti o pro castristas, de recordatorio colectivo de las fechas patria, etc. etc. siempre se escucha antes de comenzar el Himno de Bayamo. Banderas de la estrella solitaria están presentes en toda marcha convocada por el exilio cubano, aparecen además en diferentes áreas comerciales frecuentadas por cubanos y en importantes centros educacionales de Miami. El busto de José Martí se puede observar en múltiples instituciones patrióticas y cívicas cubanas.

Un destacado y reconocido líder del exilio histórico, de larga e indiscutible trayectoria de lucha, ayer violenta hoy por otros caminos en contra de la filosofía e ideología marxista imperante en la isla —reconocido profesional de la historia y la politología— dirige desde hace algunos años una exitosa “Peña Martiana” semanal en Miami desde hace varios años.

Incluso un estacado y reconocido líder del exilio histórico, de larga e indiscutible trayectoria de lucha, ayer violenta hoy por otros caminos en contra de la filosofía e ideología marxista imperante en la isla —reconocido profesional de la historia y la politología— dirige desde hace algunos años una exitosa “Peña Martiana” semanal, en la que exponen desde reconocidos politólogos, sociólogos, antropólogos, periodistas hasta disidentes y opositores exiliados. A ese encuentro asisten un gran número de oyentes entre los que se encuentran destacados y reconocidos miembros del exilio histórico y de la FNCA.

El Condado Miami-Dade, identificado popularmente como Miami —porque la Ciudad de Miami radica dentro de su territorio— cuenta con una demografía mayoritaria de cubanos. Por ello el poder político-administrativo del mismo descansa fundamentalmente en el voto cubano y estos están en función de qué en que la plataforma política de candidatos esté vigente la promesa de mantener la lucha anticastrista, aunque este político no tenga ningún poder o influencia en las decisiones de política exterior de los EE.UU..

Miami es la viva estampa, antropológica, de la Cuba Republicana de antes de 1959, con ligeros cambios, producidos a partir de las migraciones de nuevas generaciones de cubanos nacidos en la isla sobre todo del 1980 y 1994 algunos de los cuales también arrastraron los daños antropológicos provocados por sus tiempos.

Pero sin importar fecha de arribo a suelo estadounidense las manifestaciones emocionales o sentimientos que prima en los cubanos allí radicados y en gran parte de sus descendientes, es por encima de todo el Nacionalismo Cubano.

Imagen: Opositores activos en contra del proceso revolucionario alzados en armas en las montañas del Escambray durante la II Guerra Civil desarrollada en Cuba entre 1959-1965.

Por lo cual este nuevo modus operandi puesto en escena”, con propósitos no muy bien definidos, por parte de un grupo de nuevos opositores al gobierno cubano y en contra de la imagen de nuestro Apóstol de la Independencia y de los símbolos patrios debe ser rechazado con firmeza por todos, desde el exilio histórico hasta por los  cubanos de “a pie” que migraron en búsqueda de un mejor futuro, pero todos unidos por los deseos de una Cuba incluyente para todos y por el bien de todos.

Ni en los más álgidos momentos de la lucha asimétrica, dentro de la II Guerra Civil desarrollada por cubanos en contra del proceso político- ideológico marxistas, estuvo contemplado dentro de su arsenal táctico-estratégico atentar en contra de las figuras históricas de nuestra independencia ni de los símbolos patrios. Por ello deben llamarse a la reflexión quien(es) organizaron, planificaron, y financiaron por esta absurda “proeza”.

Imagen: estatua del más alto general de los Estados Confederados de América: Robert E. Lee, situada en un parque de la ciudad de Charlottesville. 

Esta provocación por parte de “Clandestino” en contra de los símbolos patrios me hizo recordar cuando entre los meses de julio-agosto del año 2017, gran parte del exilio apoyó mediáticamente, en los espacios de opinión y de “micrófonos abiertos” el respeto y  la permanencia de los símbolos confederados en Charlottesville, Virginia, sobre todo en lo referente a la remoción de la estatua del más alto general de los Estados Confederados de América: Robert E. Lee, situada en un parque de esa ciudad.  

Todo ello en medio de una fuerte campaña movilizativa y mediática por parte de destacados líderes religiosos y sociales afroamericanos en contra de los símbolos y monumentos confederados como banderas y estatuas. En algunas ocasiones estos símbolos fueron además profanados y fuertemente criticados sus autores por todas las partes en conflicto. En esa ocasión todos argumentamos, evocamos, invocamos “que debía existir respeto hacia estos símbolos porque ellos eran parte de una historia coherente y de destino colectivo que habían hecho grande a los EE.UU. como nación.” 

Si esa fue la forma de proceder por parte del exilio histórico cubanos, de sus líderes, de verdaderos opositores al Socialismo de Estado de la isla, en pro defensa de la preservación de una parte importante de la historia estadounidense y de que no se eliminara la herencia blanca y sureña, como entonces no vamos a rechazar lo que está ocurriendo con nuestro Apóstol, el que no solo es de todos los cubanos, sino que es el símbolo de nuestra nacionalidad.

Por ende “quien ofenda a Martí, sea quien sea, ofende a todos los cubanos”.

Continuara … Parte II

REFERENCIAS
[1] Apóstol es aquel que lleva una palabra, el que va a transmitir un mensaje, así le llamaron originalmente los trabajadores negros a quien Martí le impartió clases nocturnas. Así le comenzaron a llamar los cubanos cuando reconocieron su mérito, y valía, claves cuando unió a los cubanos para llevar a cabo la Guerra Necesaria por la independencia de Cuba. De igual forma su pensamiento político-filosófico continúa inspirando generación tras generación a los cubanos.


[2] https://www.facebook.com/clandestinoscdp/?epa=SEARCH_BOX

 

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