Como la política informativa afecta a la economía

Fernando Ravsberg,

El Cha cha cha es uno de los restaurantes cerrados, nada se sabe oficialmente sobre las razones de la clausura pero los rumores hablan de venta de drogas en otro de los negocios propiedad del mismo dueño.

Cha cha cha es uno de los restaurantes cerrados, nada se sabe oficialmente sobre las razones de la clausura pero los rumores hablan de venta de drogas en otro de los negocios propiedad del mismo dueño.

Durante el año que concluye el sector privado de la economía ha sufrido bastantes golpes, con el cierre de cooperativas, restaurantes y bares nocturnos, además de congelar la entrega de nuevas licencias, entre ellas las más rentables y populares.

Muy poco se ha informado sobre las causas de estas acciones, generalidades de parte del gobierno y muchos rumores entre la gente. Es difícil saber cuántos “cocotazos” merecía realmente el cuentapropismo y cuantos recibió por prejuicios ideológicos.

Dieron orden de cierre contra varios restaurantes y bares sin brindar ninguna información, a pesar de que se trata de un tema de interés público dado que el trabajo autónomo es una de las pocas variantes legales que existen para llenar la canasta básica.

A un mismo dueño le cerraron 2 exitosos restaurantes y le pararon un tercero en construcción. Los rumores hablan de delitos anteriores contra el Estado y de una red de lavado de dinero en Cuba, Panamá y Cancún. Pero nadie lo confirma ni lo desmiente.

El mismísimo jefe Antidrogas del Ministerio del Interior, coronel Juan Carlos Poey, alertó que se han detectado cubanos residentes en EEUU invirtiendo en Cuba dinero del narcotráfico. Los que fueron identificados, han sido juzgados y sancionados.

Lo último fue el cierre de 2 conocidos bares de La Habana y un restaurante. Los rumores mencionan la muerte de una joven por sobredosis y del contrabando de contenedores repletos de insumos traídos por una muy conocida importadora estatal.

Solo Escambray, el periódico de Sancti Spíritus, fue capaz de informar con todo detalle las razones por las que se cerraron algunos negocios privados, inversiones realizadas en su provincia para lavar dinero estafado al sistema de salud estadounidense.

La congelación de las licencias es otra de las historias a medio contar, se menciona que se detectaron ilegalidades en algunos negocios pero no se detalla ni el tipo de problemas que encontraron ni cuán extendidos están entre los trabajadores autónomos.

Papo’s Paladar fue una inversión de estafadores del servicio de salud de EEUU. El periódico provincial Escambray es el único que se ha atrevido a investigar el lavado de dinero en la economía cubana.

Tampoco se informa sobre cuando finalizará el proceso de “perfeccionamiento” ni quiénes participan en él. Ni siquiera se sabe si algún trabajador autónomo fue convocado para opinar sobre las reglas del juego que regularán su actividad económica.

Estos silencios son aprovechados por los adversarios del gobierno para generar más incertidumbre y malestar. Los mismos que ayer denunciaban al dueño de uno de esos locales por ser un privilegiado “hijo de papá”, hoy lloran por el cierre de su bar.

La política informativa genera más traumas que beneficios porque no hay nada más inútil que intentar mantener en secreto lo que todos conocen. ¿Creerán que la ciudadanía solo se entera de lo que sucede cuando aparece en Granma?.

Son estos secretos inútiles los que generan especulaciones, de estas nacen los rumores y ellos son el caldo de cultivo para la propaganda de sus adversarios. Realmente se lo ponen muy fácil a quienes se dedican a elaborar campañas contra el gobierno cubano.

¿Para que el secreto cuando la absoluta mayoría de los cubanos aplaudiría el cierre de un negocio que trafique drogas o lave dinero? ¿Por qué hay tanto miedo a informar? ¿Alguien cree que la campaña de rumores es menos dañina que la verdad?

La estrategia de la avestruz puede funcionar a veces pero cuando se trata de la economía es nefasta porque los factores que influyen en ella buscan transparencia y necesitan optimismo, es decir confianza en que sus esfuerzos llegarán a buen fin.

 

Con una doble moral que hace historia, acusaron al gobierno de beneficiar al dueño de este restaurante porque era hijo de un alto militar, ahora lo acusan de haberle cerrado el negocio. Foto: Raquel Pérez Diaz

Da lo mismo que sea un inversor extranjero, un empresario nacional, un trabajador autónomo o uno estatal. Todos necesitan creer que sus esfuerzos se verán recompensados con un mejor ingreso y que sus derechos serán respetados mientras ellos respeten la ley.

El trabajo autónomo y la pequeña y mediana empresa no son una concesión del gobierno, se trata de una apertura imprescindible para implementar las reformas económicas, esas que pretenden crear una sociedad próspera y sustentable.

Son eslabones de una misma cadena, en la que la unificación monetaria

conducirá al cierre de las empresas estatales deficitarias, estas quiebras provocarán una gran desocupación y esa mano de obra solo puede ser absorbida por el emprendimiento privado.

Pero este no podrá jugar su papel si le siguen aplicando oscuras reglas que prohíben la “acumulación de riquezas” sin explicar cuáles son los límites, carentes de fuentes de abastecimiento legal, con clausuras inexplicadas y congelación de licencias indefinidas.

La sensación de incertidumbre genera inseguridad y desconfianza en el futuro, sentimientos contrapuestos a ese “optimismo” que el exministro de economía griego, Yanis Varoufakis, considera indispensable para salir de una crisis económica.

En la economía cubana se utiliza para invertir capitales que evaden el fisco en sus países, el llamado dinero negro.

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