Por Paul Joseph Watson
El presunto autor intelectual del ataque realizado (presuntamente) por Estado Islámico en el aeropuerto de Estambul, que se cobró la vida de 44 personas, era un “refugiado” que fue protegido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, después de que Rusia tratara de extraditarlo.
El checheno Ahmed Chataev estaba en una lista de terroristas de Rusia desde 2003, pero recibió asilo en Austria después de que afirmara que había sido severamente torturado y que estaba bajo la persecución de las autoridades rusas.
Chataev fue detenido más tarde en Suecia después de que descubrieran rifles Kalashnikov, explosivos y municiones en su coche…pero él sólo pasó poco más de un año en prisión.
Según RT: “En 2010, Chataev fue detenido en Ucrania con archivos en su teléfono móvil en los que había instrucciones técnicas para realizar una demolición y fotos de personas muertas en una explosión”.
“Rusia solicitó su extradición por cargos relacionados con el terrorismo, pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ordenó a Ucrania que no lo entregara a Rusia, con la ayuda de Amnistía Internacional, que también instó a las autoridades de Ucrania a detener la extradición de Chataev, afirmando que el terrorista se enfrentaría a un juicio injusto y estaría en riesgo de ser torturado o maltratado por las autoridades rusas”.
Ahmed Chataev
Rusia intentó de nuevo extraditar a Chataev un año más tarde cuando cruzaba la frontera entre Turquía y Bulgaria, pero los grupos de derechos humanos señalaron su condición de refugiado en Austria, para bloquear que Moscú conseguiera la extradición.
Habiendo evadido la captura, Chataev abandonó Georgia y se fue a Siria en febrero del año 2015, donde se unió a otros yihadistas de Estado Islámico y posteriormente tomó un papel de liderazgo en la jerarquía del grupo terrorista.
Hay varios aspectos extraños en este atentado en el aeropuerto de Estambul, presuntamente perpetrado por Estado Islámico.
El primer asunto extraño es que Estado Islámico no ha reivindicado la acción, al menos durante los dos primeros días. De hecho, se ha informado en los medios que Estado Islámico, jamás reivindica los atentados que presuntamente realiza en Turquía.
¿Y por qué razón debería reivindicar atentados en un país aliado que le está prestando apoyo casi explícito desde el inicio de la guerra en Siria?
¿Hay alguna razón que justifique que Estado Islámico atente contra un país que le está ayudando, comprando su petróleo de contrabando y permitiendo que mueva equipamiento y tropas a través de sus fronteras?
Pero si hay un aspecto clave en este atentado es el MOMENTO en que se produce.
Justo cuando Turquía, desesperada por su situación de inestabilidad interna y azotada por las sanciones rusas sobre su industria turística, abandona su retórica de enfrentamiento con Rusia y realiza maniobras para normalizar sus relaciones con los rusos; Justo entonces, cuando Turquía se acerca de nuevo a Rusia, resulta que Estado Islámico golpea brutalmente en el aeropuerto de Estambul.
Hay quien lo justifica afirmando que el giro de 180 grados de Erdogan y su acercamiento a Rusia, representarían una maniobra para acabar con el conflicto en Siria, aceptar la permanencia de Assad y que todo ello habría interpretado por el grupo terrorista como una traición de Erdogan.
Pero también podríamos interpretar, (a la luz de lo que hemos indicado más arriba, es decir, la protección occidental hacia el autor intelectual del ataque durante años), que estamos ante un castigo de la Unión Europea o de EEUU, al giro recientemente realizado por Erdogan y a su nuevo y sorprendente acercamiento a Rusia.
A estas alturas, cada vez queda más claro que nadie sabe exactamente quién está detrás de ninguno de los atentados reivindicados por Estado Islámico a lo largo y ancho de Europa.
Parece más bien que Estado Islámico no es más que una etiqueta, una especie de recurso argumental que diversos poderes y estados (EEUU, Israel, la Unión Europea y quién sabe si incluso Rusia), utilizan para encubrir sus propias acciones de castigo sobre sus rivales.
Cuando fuera necesario “corregir” la actitud de algún rival, (como en este caso sería la de Erdogan), los servicios secretos perpetrarían un atentado, manipulando al pertinente grupo de fanáticos yihadistas de turno a sus órdenes y automáticamente le aplicarían la etiqueta de “atentado de Estado Islámico”.
Y nadie tiraría de la manta, puesto que todos están implicados y todos podrían salir perjudicados.
Un ejemplo lo tendríamos en este último atentado: al gobierno de Erdogan le podría convenir mantener el argumento falso de que el atentado ha sido efectivamente perpetrado por Estado Islámico…de lo contrario “alguien” podría sacar pruebas concluyentes que demostraran que el propio Erdogan ha estado apoyando activamente al grupo terrorista en Siria.
Todos tienen pues, muertos bajo la alfombra. Estamos ante un nuevo tipo de guerra, extremadamente sucia y mentirosa, en la que cada vez es más difícil saber quién tira de los hilos a cada momento.
Y lo que parece claro, es que varios actores parecen estar dispuestos a seguir usando esta magnífica máscara llamada “Estado Islámico” para irse pegando tortazos entre sí en el momento más adecuado o cuando más les convenga.
En estos momentos, si hay un argumento que una tanto a los europeos de la UE, como a Turquía, como a EEUU, a Rusia o a Israel es la “lucha contra el terrorismo de Estado Islámico”.
Todos están implicados de una u otra manera en este gran engaño y todos utilizan este instrumento para sus propios intereses.
Rusia también…¿o acaso ha hecho algo por destapar quién se esconde tras Estado Islámico? ¿Acaso Rusia no se ha apuntado con total entusiasmo a esta “lucha global contra el terrorismo” para poder justificar sus intervenciones foráneas y entrar con todas sus fuerzas en la arena de los conflictos internacionales?
Cada vez está más claro que el terrorismo es el mayor invento político de la segunda mitad del siglo XX, una base sobre la que se puede construir cualquier mentira y justificar cualquier maniobra…y que las víctimas, en todo caso, siempre son personas inocentes que nada tienen que ver con estas maniobras estratégicas.
Pero aún hay gran cantidad de gente que está dispuesta a ser carne de cañón en una guerra de intereses de la que finalmente solo sacará el beneficio de ser una víctima…
Fuentes:
http://sputniknews.com/politics/20160701/1042266658/turkey-russia-daesh-attack.html