El enemigo de izquierda

El aspirante demócrata a la presidencia de Vermont, el senador Bernie Sanders gesticula mientras habla durante una manifestación en Valley High School en Santa Ana, California, el 21 de febrero de 2020. (Foto de RINGO CHIU / AFP) (Foto de RINGO CHIU / AFP a través de Getty Images)

Por Harold Cárdenas Lema   —    La Joven Cuba

El 5 de marzo de 2019, Bernie Sanders se vio obligado a registrarse como miembro del Partido Demócrata de los Estados Unidos, uno de los muchos obstáculos para su candidatura. Ese mismo día, Fox News celebró los ataques lanzados contra él por el equipo de Hillary Clinton. Y a primera hora de la mañana, el medio oficial del Partido Comunista de Cuba lo acusó de ser un peón obediente de las élites del poder de su país, que marcaría el comienzo de una “socialdemocracia imperialista”. Bernie logró algo difícil: unir contra él al republicano, el demócrata y al menos parte del establecimiento cubano.

Si el anticomunismo ha definido la identidad de los exiliados cubanos, la lucha contra los Estados Unidos define la historia de la Revolución. Recurrir a un enemigo común como medio para lograr la unidad nacional es una característica habitual de los regímenes autoritarios, pero en el caso de Cuba también es una realidad. Seis décadas de sanciones y hostigamiento explican la mentalidad defensiva en la isla. Pero reconocer a un adversario es una cosa, y la histeria promovida por los defensores del pensamiento oficial es completamente diferente.

El fantasma de la visita de Obama persigue a los ideólogos cubanos. En marzo de 2016, un presidente negro llegó a la isla caribeña, más joven que los líderes locales, mejor en comunicación, bien asesorado por su equipo, sin temor a referirse a errores pasados, y acompañado por su familia.

El fantasma de la visita de Obama persigue a los ideólogos cubanos. En marzo de 2016, un presidente negro llegó a la isla caribeña, más joven que los líderes locales, mejor en comunicación, bien asesorado por su equipo, sin temor a referirse a errores pasados, y acompañado por su familia. Cuando se fue, hubo fuertes reacciones en la prensa para recordarle a la gente quién era el enemigo. El Ministerio de Relaciones Exteriores incluso destacó el evento en la televisión como un “asalto” a los valores nacionales, al tiempo que describió institucionalmente la visita como un éxito. Si el moderado Obama desafió la imagen estereotipada de él de que el Estado cubano vendió a su gente, la idea de un presidente socialista en los Estados Unidos debe darles muchas noches inquietas.

Los ideólogos radicales consideran que Trump es más conveniente que Bernie Sanders

El texto del año pasado en Granma, una lectura obligada para quien estudie los medios de comunicación del partido, destacó los “signos” que indican que Sanders aspiraba a convertirse en presidente de los Estados Unidos. Quizás la primera pista para el autor fue su candidatura para 2016, o que un mes antes los medios estadounidenses anunciaron su nueva campaña para 2020. No se trataba exactamente de señales de humo. El texto está escrito por Luis Toledo Sande, quien debe ser muy agudo en su análisis para tener acceso a un medio de masas que está fuera del alcance de la mayoría de los cubanos especializados en relaciones internacionales.

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La mayoría de los votantes demócratas aún tienen que declarar por su candidato, y el propio Bernie aún debe luchar contra Trump, pero hace un año Granma lo denunció a él y a la congresista socialista Alexandria Ocasio-Cortez.

Bernie ni siquiera está cerca de la presidencia. La mayoría de los votantes demócratas aún tienen que declarar por su candidato, y el propio Bernie aún debe luchar contra Trump, pero hace un año Granma lo denunció a él y a la congresista socialista Alexandria Ocasio-Cortez. El periódico del partido gobernante en una isla bajo las sanciones estadounidenses decidió desde el comienzo de la carrera presidencial despotricar contra el candidato más progresista de ese país. Esto podría ser difícil de entender, si no hubiera una intención obvia de recordarle al pueblo cubano una vez más que el enemigo es quien decida ‘los que saben’, si es socialista o no.

Si ocurre el milagro progresivo, y Sanders gana la presidencia y mejora las relaciones bilaterales, el gobierno cubano sería puesto a prueba. Deben implementarse las reformas propuestas, las quejas sociales deben escucharse y los administradores del país deben mostrar eficiencia. En la práctica, es más probable que dediquen esa energía a denunciar las llamadas de sirenas, los centristas con piel de oveja y los miembros de la quinta columna que intentan confundir a las personas inocentes. Habrá una nueva campaña, con adjetivos y etiquetas para perseguir a los actores no gubernamentales que apoyan la mejora de las relaciones. Desempolvarán la literatura soviética contra la socialdemocracia europea y proclamarán fe en el pueblo mientras limitan su acceso a textos prohibidos. Es muy predecible

Nada de lo que provenga de los Estados Unidos pasará las pruebas obligatorias de pureza del Partido.

Ya hay poca mención en Cuba del discurso de Fidel Castro donde anunció que la destrucción del socialismo vendría desde adentro. No hay llamadas a la crítica ni a cambios en la mentalidad. Todo eso no terminó con Trump, pero mucho antes, cuando la participación de los ciudadanos nuevamente se interpretó como dar munición al enemigo.

Por supuesto, los editores de Granma no pueden ser engañados por Sanders. Toledo Sande lo llama Bernard porque, para él, acortar el nombre de un judío socialista de 78 años parece peligroso. Como dice su texto publicado por el Partido: ‘Sanders hará lo que las principales figuras del imperio le permitan o le ordenen hacer. Y probablemente se sentirá satisfecho con eso. Quizás por eso, el domingo por la noche, Bernie Sanders elogió el sistema educativo cubano, y justo anoche la campaña de alfabetización, comentarios que pueden costarle la candidatura demócrata. Debe ser una trama ordenada por las principales figuras del imperio. Hasta el momento, Bernard no es el candidato que el establecimiento demócrata, el establecimiento republicano o los ideólogos más radicales de La Habana quieren, pero ya lidera. Sí, probablemente se sienta bastante satisfecho.


*Harold Cárdenas Lemo, Analista político, editor de La Joven Cuba, un blog cubano muy referenciado en las plataformas digitales en el cual escriben algunos “think thank”  que por su objetividad y profundidad analítica de alto contenido sobre temas referente a politología, sociología, antropología constituyen pieza de “real politik” en relación con el diseño político de continuidad seguido en la isla. Cárdenas Lema es uno de esos  excelentes “think thank” especializado en real politik sobre Cuba, latinoamericana  y geopolítica estadounidense

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