La corrupción en Cuba: ¿la verdadera contrarrevolución?

Un modesto reconocimiento al Profesor Esteban Morales Domínguez , recientemente fallecido, quien desde una posición revolucionaria alertara sobre los peligros que corría el Pacto Social establecido entre el pueblo cubano y su gobierno.

Los regímenes no caen porque los de abajo deciden que no pueden tolerarlos más, ni por hambre, sino porque los de arriba y sus fuerzas armadas ya no pueden defender con efectividad su permanencia en el poderCA360

escrito por Esteban Morales Domínguez 

Cuando observamos detenidamente la situación interna de Cuba hoy, no podemos tener duda de que la contrarrevolución, poco a poco, va tomando posiciones en ciertos niveles del Estado y del Gobierno

Sin duda, se va haciendo evidente, de que hay gentes en posiciones de gobierno y estatal, que se están apalancando financieramente, para cuando la Revolución se caiga, y otros, que pueden tener casi todo preparado para producir el traspaso de los bienes estatales a manos privadas, como tuvo lugar en la antigua URSS.

Fidel dijo, que nosotros mismos podíamos acabar con la Revolución, y yo me inclino a pensar, que entre otras preocupaciones, el Comandante en Jefe, se estaba refiriendo a las cuestiones relativas a la corrupción. Porque estando ya presente, este fenómeno, ha continuado apareciendo con fuerza.

Si no, veamos lo ocurrido con la distribución de tierras en usufructo en algunos municipios del país: fraudes, ilegalidades, favoritismos, lentitud burocrática, etc.

En realidad, la corrupción es mucho más peligrosa que la llamada disidencia interna. Esta última aún se encuentra aislada: carece de programa alternativo, no tiene líderes reales, no tiene masa. Pero la corrupción resulta ser la verdadera contrarrevolución, la que mas daño puede hacer, porque resulta estar dentro del gobierno y del aparato estatal, que son los que realmente manejan los recursos del país. Sino veamos algo muy simple:

¿Cuándo hay leche en polvo en el mercado negro, que ha ido subiendo de precios hasta llegar a 70 pesos el kilogramo? Cuando la leche en polvo llega a los almacenes estatales. No hay mejor ejemplo que ése. Y así es con todos los productos que se adquieren en el mercado negro por parte de la mayoría de la población.

Es decir, a cuenta de los recursos estatales, existe un mercado ilegal, del cual todos se benefician, menos el Estado. Y qué me dicen, de los vendedores en los alrededores de las grandes tiendas en divisas, proponiendo de todo. Se trata de una corrupción de las que casi todos participan, generada por la corrupción de funcionarios estatales. Porque, que sepamos, en Cuba hay un solo importador: el Estado. No creo que lo que viene en los paquetes de Miami sirva para generar un mercado tan grande, mucho menos, de productos duraderos.

Obsérvese también el tránsito de la carne de puerco de los estatales a los privados, los precios de la venta de refrescos y aguas según las diferentes cadenas del turismo. Las sospechosas diferencias de precios con que nos tropezamos frecuentemente.

Corrupción
Esteban Morales se atrevió a disparar contra la podredumbre que se esconde en algunos espacios del sistema político cubano: la corrupción. Pero no señaló al burócrata intermedio, al pequeño negociante, al delincuente de cuello blanco o al buscavidas de barrio. En su polémico artículo «La corrupción en Cuba es la verdadera contrarrevolución», apuntó al centro de la diana con análisis como estos:

Es decir, de manera evidente, existe un flujo ilegal de productos entre el comercio mayorista estatal y el comercio en la calle. Toda una economía sumergida que el Estado no logra controlar y que será imposible de ordenar mientras existan los grandes desequilibrios entre oferta y demanda que caracterizan aun hoy a nuestra economía.

Se trata entonces, esta última, de una forma de contrarrevolución que sí cuenta con líderes ocultos, ofrece alternativas a las del Estado y cuenta con una masa que la practica

Pero esa situación esbozada más arriba, no es la parte más peligrosa del asunto que ahora tratamos. Ése es sólo su entorno popular.

Lo que recientemente se descubrió, respecto a las debilidades de un grupo de funcionarios de muy alto nivel, que estaba relacionado con favoritismos, amiguismos, ciertos actos de corrupción y de descuido en el manejo de información sensible, así como también, algunas actitudes de lucha por el poder presentes en esos funcionarios, eran informaciones, que lamentablemente, ya estaban pasando a manos de los servicios de inteligencia españoles, aunque éstos se hayan cuidado mucho de no aceptar su participación. Ésos sí son asuntos extremadamente serios.

Es decir, asuntos tan sensibles como pretensiones y aspiraciones de poder, favoritismos, corrupción y expresiones indebidas sobre la más alta dirección del país, que ya eran de conocimiento de los servicios especiales extranjeros. Una verdadera “mercancía política”, de altísimo valor agregado en manos de los enemigos de la Revolución.

Cuando el Gobierno Cubano le entregó al FBI toda la información de que disponía sobre las actividades de la contrarrevolución en Estados Unidos, cuya actividad implicaba hasta la posibilidad de atentados contra la presidencia norteamericana, ¿qué hizo el FBI entonces?

En lugar de tomar medidas con la contrarrevolución, en lugar de actuar contra la mafia cubano-americana, lo que hicieron fue buscar, como verdaderos perros sabuesos, de donde salía la información que Cuba les había entregado, cuales eran sus fuentes y ahí están nuestros cinco héroes compatriotas abnegados, que ya llevan más de 11 años de injusta prisión en cárceles norteamericanas.

Después de las declaraciones hechas por Fidel, sobre que nosotros mismos podemos destruir a la Revolución, que existen motivos para pensar que nuestra revolución sea reversible, lo que deben estar haciendo los servicios especiales norteamericanos, es buscar la información que corrobore esas preocupaciones de Fidel.

Van buscando la confirmación de las palabras del Comandante en Jefe, siguiendo a pie juntillas lo que va ocurriendo cada día en Cuba, hurgando en todo aquello que les permita constatar donde está la verdadera fuerza contrarrevolucionaria en Cuba, que puede dar al traste con la Revolución; fuerza que parece no está abajo, sino arriba, en los propios niveles del gobierno y del aparato estatal.

Formada por los corruptos, ya no de poca monta, que se van descubriendo, en altísimos cargos y con fuertes conexiones personales, internas y externas, generadas por decenas de años ocupando las mismas posiciones de poder. Obsérvese, ninguno de los “defenestrados” hasta ahora (desde las Causas 1 y 2, al menos) era un simple empleado.

Más recientemente, el General Acevedo, director del IACC (Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba), fue destituído y lo que circula en los medios informativos no oficiales, acerca de cuáles fueron los motivos de esa destitución, son como para quitar el sueño.

Corrupción
Esteban Morales se atrevió a disparar contra la podredumbre que se esconde en algunos espacios del sistema político cubano: la corrupción. Pero no señaló al burócrata intermedio, al pequeño negociante, al delincuente de cuello blanco o al buscavidas de barrio.

Algo de verdad debe haber en esas informaciones, porque este es un país muy pequeño y familiar; aún el asunto no ha tenido una explicación pública exhaustiva, como la gente espera; porque de ser como se está diciendo, es el dinero y los recursos del pueblo, los que se han dilapidado, en medio de una situación económica bastante crítica, para el país. Entonces, ya sea para reivindicar a Acevedo o condenarlo, hay que explicárselo al pueblo. Ese pueblo que la Revolución ha creado, formado técnica y científicamente y dentro del cual hay personas preparadas y con capacidad suficiente.

En realidad, debo decir, a nivel de hipótesis, que lo que ha ocurrido con el IACC, no es único, ya se ha descubierto en otros lugares y puede aún haber empresas en las que esté ocurriendo lo mismo. Es decir, donde los jefes pueden estar recibiendo comisiones y abriéndose cuentas bancarias en otros países. Lo cual es una hipótesis de trabajo válida para abrir otras investigaciones y que tales asuntos no puedan agarrarnos por sorpresa.

En economía existe la “Auditoria Sorpresiva “, que no es para ofender a nadie y con la que nadie puede molestarse. Auditar no es ofender, es un mecanismo de previsión que ayuda a la honradez.

Un elemento, que no podemos dejar de tomar en consideración, es que hace mucho tiempo (1986- 1994) el foco de la política de Estados Unidos hacia Cuba cambió. Ahora se presta una atención fundamental a la realidad interna cubana. No se trata de una orientación absoluta, pero sí fundamental y prioritaria. Todo lo que está ocurriendo internamente en Cuba, está siendo observado, monitoreado por los políticos norteamericanos y en particular por los servicios especiales de Estados Unidos.

Por razones obvias, que no son necesarias de explicar, los norteamericanos deben saber mejor que nosotros quiénes y cuántos cubanos tienen cuentas en el exterior. Quiénes reciben comisiones, y qué negocios hacen.

Porque todas esas empresas, con las que Cuba hace negocios, tienen aparatos de inteligencia y casi todas están coordinadas con los servicios norteamericanos, y si no lo están, hay funcionarios, que en cuanto tienen en la mano una información sensible sobre Cuba, procuran el vínculo con los servicios norteamericanos, que dicho sea de paso, pagan muy bien esas informaciones.

Lo más lamentable, es que los servicios norteamericanos están mejor informados que nosotros sobre todos los posibles movimientos de nuestros empresarios. Y ésa es una información que dejada correr, es decir, acumularse, es una vía excelente para el soborno, el chantaje y el reclutamiento de cualquier funcionario cubano.

No quiere decir que ello siempre funcione, puede que haya quien se corrompa, pero no se deja reclutar, porque se trata de una cuestión muy sutil. Pero quien apela a la corrupción para enriquecerse, es muy difícil que después conserve aún otros valores.

Un funcionario cubano que en sus relaciones con cualquier empresa extranjera se corrompa, debe saber que esa información puede caer en manos de los servicios especiales de cualquier país y de ahí a las manos de los servicios norteamericanos no va nada. Inmediatamente se abre un expediente, que se continúa llenando, hasta que se considere necesario o pertinente, realizar contra ese funcionario una actividad de soborno, chantaje o reclutamiento.

Corrupción
Esteban Morales se atrevió a disparar contra la podredumbre que se esconde en algunos espacios del sistema político cubano: la corrupción. Pero no señaló al burócrata intermedio, al pequeño negociante, al delincuente de cuello blanco o al buscavidas de barrio.

Ello no encierra nada de paranoico; es de tontos no saber, que cualquier información sensible sobre Cuba, sus actividades en el exterior o respecto a algún funcionario cubano, que se considere útil, es muy bien pagada por los servicios especiales de Estados Unidos. Y si a estas alturas no sabemos eso, estamos liquidados.

Tratándose entonces de un área oculta del trabajo de subversión contra Cuba, que a mediano y largo plazo, produce muy buenos dividendos políticos. Se trata de un área de la contrarrevolución, que no tiene nada que ver con la llamada disidencia, los grupúsculos o las mal llamadas “damas de blanco”.

Observen, como las debilidades de algunos funcionarios cubanos, ya estaban siendo trasladadas a los servicios de inteligencia españoles. Cubanos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, involucrados en el narcotráfico. Descubiertos por Cuba en 1989, pero que ya era información privilegiada en manos de la DEA, el FBI y del resto de los servicios especiales norteamericanos.

Acciones de ese tipo afectan seriamente la capacidad del país para seguir adelante y se cumple, como un algoritmo matemático, que la capacidad de cualquier nación para enfrentar la confrontación internacional, se mide, en primer lugar, por su fortaleza interna.

Si al menos Cuba pudiera descubrir a sus corruptos antes, el daño podría ser menor.

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En abril de 2010, exactamente doce años atrás, el doctor Esteban Morales, economista e historiador, un catedrático de destacadísima trayectoria en la Universidad de La Habana y en el campo intelectual cubano, considerado con razón un verdadero experto en las relaciones Cuba-Estados Unidos, con presencia constante en medios televisivos y de prensa, fue defenestrado.

Se le condenó prácticamente al ostracismo en medios oficiales, y tuvo que luchar duro para recuperar su militancia partidista. ¿Cuál fue la magnitud del delito que generó tal reacción?

Esteban Morales se atrevió a disparar contra la podredumbre que se esconde en algunos espacios del sistema político cubano: la corrupción. Pero no señaló al burócrata intermedio, al pequeño negociante, al delincuente de cuello blanco o al buscavidas de barrio. En su polémico artículo «La corrupción en Cuba es la verdadera contrarrevolución», apuntó al centro de la diana con análisis como estos:

«Sin duda, se va haciendo evidente, de que hay gentes en posiciones de gobierno y estatal, que se están apalancando financieramente, para cuando la Revolución se caiga, y otros, que pueden tener casi todo preparado para producir el traspaso de los bienes estatales a manos privadas, como tuvo lugar en la antigua URSS».

El profesor Esteban Morales pudo equivocarse en otros análisis, pero en este punto fue atinadísimo. Precisamente el momento de su fallecimiento coincide con una expansión del fenómeno que él contribuyó a visibilizar dentro de Cuba, antes del boom insular de las redes sociales e Internet.

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AUTOR

lDr.Esteban Morales Domínguez, reconocido economista y académico cubano.

Morales era Doctor en Economía Política, graduado en la Universidad Lomonosov, de Moscú. Fue Director del Centros de Estudios sobre Estados Unidos y Profesor Titular de la Universidad de La Habana. Miembro de la UNEAC y de la Academia de Ciencias de Cuba.Trabajos de investigación y publicaciones suyas han sido premiados por la Universidad de La Habana, la Academia de Ciencias de Cuba, la revista Economía y Desarrollo y también ha recibido premios internacionales.

Doctor en Economía Política, graduado en la Universidad Lomonosov, de Moscú. Fue Director del Centros de Estudios sobre Estados Unidos y Profesor Titular de la Universidad de La Habana. Miembro de la UNEAC y de la Academia de Ciencias de Cuba. Trabajos de investigación y publicaciones suyas han sido premiados por la Universidad de La Habana, la Academia de Ciencias de Cuba, la revista Economía y Desarrollo y también ha recibido premios internacionales.

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Este texto fue tomado de SinPermiso

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