La escasez de combustible provoca mayores cortes de energía en Cuba

Los cubanos deberían esperar que los apagones aumenten y que el suministro de alimentos y leche disminuya en todo el país en los próximos meses, según una Mesa Redonda transmitida por el Ministro de Energía y Minería de Cuba, Vicente de la O Levy, y el Ministro de Economía, Alejandro Gil.

por Centro Para La Democracia En Las Américas

Los cubanos deberían esperar que los apagones aumenten y que el suministro de alimentos y leche disminuya en todo el país en los próximos meses, según una Mesa Redonda transmitida por el Ministro de Energía y Minería de Cuba, Vicente de la O Levy, y el Ministro de Economía, Alejandro Gil. La semana pasada, el Ministro O Levy y el Ministro Gil abordaron las crisis de Cuba en el programa nacional y mencionaron varias causas, incluida la “compleja” situación económica de Cuba, las sanciones de Estados Unidos y el aumento de los precios mundiales de los alimentos y los combustibles. El ministro Alejandro Gil intentó reconocer la gravedad de las condiciones de la isla y dijo a los espectadores: “Sabemos que la vida es dura” antes de sugerir “que la única salida es la revolución y el socialismo”.

El aumento previsto de los apagones se atribuye a las dificultades de Cuba para obtener combustible y a la escasez general de combustible. A pesar del aumento de las importaciones de petróleo de Venezuela en el último año, el Ministro O Levy reveló que aún no es suficiente para sostener el consumo de combustible en el país y que Cuba no “tendrá el nivel de combustible que necesita o que tenía en meses previos.” Culpan al Ministro O Levyla escasez de combustible a las sanciones de Estados Unidos así como a proveedores que incumplieron lo estipulado en sus contratos. En respuesta, los gobiernos locales han impuesto restricciones al uso de energía a empresas estatales e instituciones civiles. El gobierno de Cuba también destinará combustible tradicionalmente utilizado para el transporte público a la producción de electricidad, lo que significa que la escasez de combustible también afectará gravemente al transporte público de la isla. Según El País , los apagones aumentarán este mes y oscilarán entre ocho y diez horas diarias . Durante todo el verano, numerosos municipios de la isla sufrieron cortes de electricidad cada tres días durante las horas punta (de 10 a 14 horas).

A pesar de las continuas promesas, los funcionarios cubanos han dicho repetidamente que no existe una solución a corto plazo para los frecuentes apagones y las fallas de la red eléctrica. Para muchos, las promesas parecen vacías. Un ciudadano cubano, Dani González, habló con El País sobre la comparecencia de los Ministros en la Mesa Redonda y compartió : “Es más de lo mismo. Lo que sí sé es que ningún líder está pasando por lo que estamos pasando nosotros, el pueblo. Me siento decepcionado por todo lo que nos han prometido y no han cumplido”. Como CDA ha informado ampliamente, Cuba ha estado lidiando con una crisis energética en los últimos años marcada por el desmoronamiento de la infraestructura energética, problemas de financiamiento y una fuerte dependencia de los combustibles fósiles, que actualmente representan el 95 por ciento de su producción energética. Para informes anteriores sobre los apagones en Cuba, lea aquí .

La situación de Cuba merece numerosas preguntas: ¿Por qué es tan grave la crisis energética? ¿Qué cambios internos ha aplicado Cuba para afrontar este ciclo? ¿Si alguna? ¿Y cuáles son los factores externos que siguen sometiendo a Cuba a este estado de crisis? ¿Existe alguna salida a esta crisis energética?

Para responder esas preguntas, CDA entrevistó a Jorge Piñon, investigador principal del Instituto de Energía de la Universidad de Texas en Austin, sobre el estado actual de la crisis energética de Cuba. Lea la entrevista a continuación.

La crisis se ha caracterizado por una escasez persistente de combustible, electricidad y otros recursos energéticos, lo que ha provocado perturbaciones generalizadas en varios sectores. 

PREGUNTA 1: Cuba enfrenta una crisis energética grave y continua que ha impactado significativamente la economía, la vida diaria y el desarrollo general del país. La crisis se ha caracterizado por una escasez persistente de combustible, electricidad y otros recursos energéticos, lo que ha provocado perturbaciones generalizadas en varios sectores. ¿Puede ofrecernos un panorama general de la actual crisis energética en Cuba y sus principales causas? ¿Por qué la crisis parece tan grave? ¿O es eso?

JORGE: La red eléctrica de Cuba, el Servicio Eléctrico Nacional (SEN), enfrenta desafíos estructurales de gran alcance que amenazan el desarrollo económico y social de la Isla. La infraestructura de su generación termoeléctrica y distribuida de carga base alimentada con petróleo con alto contenido de azufre está colapsando debido a sus más de cuarenta años de operación y la falta de mantenimiento programado y de capital.

Hoy, según la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), menos del 50 por ciento de la capacidad total de carga termoeléctrica y generación distribuida del sector petrolero está operativa, lo que se traduce en apagones de ocho a 10 horas en todo el país.

Para empeorar las cosas, el 85 por ciento de la generación termoeléctrica de base en Cuba se alimenta con petróleo con alto contenido de azufre, que es altamente corrosivo con vanadio y compuestos ricos en azufre que producen depósitos de cenizas en componentes como intercambiadores de calor, calderas o álabes de turbinas. Esta situación causa más daños a la ya debilitada infraestructura. 

Es un círculo vicioso de mantenimiento sin fin a la vista. Cuba no puede avanzar hacia un SEN confiable, limpio y seguro con soluciones temporales, como las centrales eléctricas flotantes alimentadas con petróleo recientemente arrendadas, a lo que son problemas estructurales. 

Es necesario el acceso a energía eficiente y limpia para garantizar un impacto positivo en las personas y su medio ambiente. La electricidad es esencial para el bienestar de los hogares y las actividades comerciales, así como para la calidad de la mayoría de los servicios públicos, como la salud y la educación, que dependen de ella. 

No existe una solución a corto plazo para los desafíos estructurales de la generación de energía eléctrica de Cuba. La única solución es la recapitalización total de su matriz de carga base, generación distribuida y energía eléctrica renovable. Lamentablemente, esto requeriría tiempo y entre 8 y 10 mil millones de dólares en inversiones. 

Cuba también necesita enfrentar los desafíos del calentamiento global y reducir su huella de carbono alcanzando su objetivo optimista para 2030 de una participación del 37 por ciento de energías renovables; sino también, reduciendo los gases de efecto invernadero y las emisiones contaminantes generadas por la quema de combustibles líquidos derivados del petróleo, altamente contaminantes y con alto contenido de azufre.

PREGUNTA 2: Los funcionarios cubanos han dicho repetidamente que no existe una solución a corto plazo para los frecuentes apagones y las fallas de la red eléctrica. ¿Qué medidas ha implementado el gobierno cubano para enfrentar la crisis energética y mitigar sus efectos? ¿Han tenido éxito? 

JORGE: NINGUNO. NO. No tienen dinero ni el modelo económico que atraería a los inversores extranjeros y también permitiría a sus ciudadanos afrontar el coste real de una electricidad limpia y fiable.

Cuba tiene que aprender del modelo económico de Vietnam. Dejen de luchar contra el “ogro”: el embargo. Acéptelo, es legislación codificada y sólo el Congreso puede cambiarla.

Volviendo a mis aprendizajes en Shell y BP, la gestión de proyectos es clave. De esto habló el Presidente Díaz-Canel a su regreso de China el año pasado, citado en CubaDebate : “…nuestro compromiso tiene que cumplirse bien, cómo hacemos las cosas bien, cómo aprovechamos las oportunidades, cómo somos eficientes, cómo no desperdiciar recursos, y cómo aseguramos que las inversiones tengan un retorno adecuado, y cómo somos cada vez más serios y también más eficaces en los proyectos que proponemos para seguir ampliando la cooperación”.

PREGUNTA 3: Tras la devastación causada por el huracán Ian el otoño pasado, usted dijo que la red eléctrica de Cuba estaba “en soporte vital”. Dada su experiencia en el sector energético y el estudio de Cuba, ¿qué pasos cree que Cuba debería tomar para abordar su crisis energética y garantizar la seguridad energética en Cuba? ¿Podrá Cuba superar la crisis?

JORGE: Como dije antes, la infraestructura de energía eléctrica de carga base alimentada con combustibles líquidos de petróleo con alto contenido de azufre del SEN de Cuba es vieja, cansada y altamente ineficiente. Se necesitarían años y miles de millones de dólares para reconstruir su carga base termoeléctrica y su capacidad de generación distribuida y lograr la meta declarada por el gobierno de 37 por ciento de energías renovables dentro de su matriz energética del sector eléctrico. 

Cuba enfrenta dos obstáculos importantes para recapitalizar su sistema eléctrico: tiempo y dinero. Para superar estos obstáculos, el gobierno debe descentralizar su modelo económico y resolver sus diferencias políticas con Estados Unidos.

Cuba tiene que abandonar su fallido modelo económico de mando centralizado al estilo soviético, basado en la propiedad estatal de todos los medios de producción y transformación industrial. Debería acoger con agrado un sistema económico de mercado en el que las decisiones relativas a las inversiones y la producción estén guiadas por las fuerzas del mercado de oferta y demanda (siguiendo el modelo de Vietnam). Éste es el verdadero impedimento para que los inversores extranjeros inviertan en generación de energía: ¿quién va a pagar por ello? El gobierno está en quiebra y el consumidor cubano no tiene los ingresos disponibles para pagar el costo real de la electricidad; los inversores sólo invertirían si recibieran una tasa de rendimiento aceptable por su inversión de capital y para cubrir los riesgos políticos. 

Además, hay que encontrar una solución política a la Ley de Libertad y Solidaridad Democrática de Cuba de 1996 (Ley Helms-Burton), que codificó en ley varias sanciones económicas, financieras y comerciales contra empresas estadounidenses y extranjeras que comercian con Cuba.

PREGUNTA 4: ¿Qué papel juega la energía renovable en la combinación energética de Cuba? ¿Existen esfuerzos para ampliar su uso o diversificar las fuentes de energía durante esta crisis? 

JORGE: Si miramos el desglose del objetivo de Cuba para 2030 de una participación del 37 por ciento de energías renovables, lamentablemente es una quimera.  

Solar 2104 megavatios (MW)

Eólica 807 MW

Biomasa 612 MW

Hidroeléctrica 56MW

Total 3579 MW 37%

Combustibles fósiles 6071 MW 63% 

La pregunta es: ¿quién va a pagar por ello? 

En cuanto a los esfuerzos de expansión, la biomasa (cualquier materia orgánica viva o recientemente viva, como la caña de azúcar, utilizada como combustible) está fuera de la ecuación. Por ejemplo, una reciente inversión de 186 millones de dólares en una planta de biomasa de 65 MW en el ingenio azucarero Ciro Redondo no está en funcionamiento. ¿Por qué? ¡No hay caña de azúcar! El proyecto eólico La Herradura 1 ha estado en su etapa de desarrollo durante más de 8 años con el apoyo de financiamiento chino, equipos y tecnologías chinos (GoldWind) y personal de supervisión chino.

PREGUNTA 5: Cuba tiene un historial de dependencia de socios globales para las importaciones de combustible subsidiadas, concretamente de la Unión Soviética y Venezuela. ¿Cómo ha impactado esta dinámica en su situación actual? ¿Existe un futuro en el que Cuba escape de esta dinámica? 

JORGE: Cuba tiene que tener mucho cuidado de no encerrarse en tecnologías ineficientes o sistemas de energía obsoletos de países que ofrecen términos y condiciones de financiamiento preferenciales o comprometen al gobierno a impulsar políticamente relaciones de suministro como con Rusia o Venezuela. 

Hoy, Europa está aprendiendo por las malas lo que le sucede a una economía que depende de los combustibles fósiles suministrados y controlados por una única fuente de importación. Europa está pagando ahora el precio de “poner todos los huevos en la misma canasta” con Rusia.

Cuba también tiene que asegurarse de que las nuevas centrales eléctricas no se conviertan en “tecnologías estancadas”; donde el impacto de la disponibilidad futura de tecnología nueva y más eficiente hace que las centrales eléctricas de combustibles fósiles sean desmanteladas o infrautilizadas. 

Por ejemplo, un camino hacia un sistema energético con emisiones reducidas de carbono que se debate hoy es el uso de hidrógeno como combustible para turbinas de gas. Las turbinas de gas alimentadas con hidrógeno podrían permitir que las centrales eléctricas nuevas y existentes sigan funcionando durante las próximas décadas y, al mismo tiempo, reduzcan sus emisiones de carbono. 

El gas natural licuado (GNL) podría desempeñar un papel importante en la futura combinación energética de Cuba. Cuba necesita descarbonizar su generación de energía eléctrica y al mismo tiempo proporcionar energía confiable y competitiva en costos mediante la inversión en tecnologías que lo hagan posible y al mismo tiempo evitar activos varados a medida que cambian las tecnologías. 

Del Nuevo Informe Estados Unidos-Cuba producido por el Centro para la Democracia en las Américas.

Fuente: progresoweekly.

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