¿ESTÁ EL WAHABISMO CONTRA EL ISLAM? DE JEAN-MICHEL VERNOCHET

La tesis es simple: el wahabismo, que es el “Islam” oficial de Arabia Saudita y Qatar únicamente, es un contra-Islam. Toma su nombre del predicador Mohammed ben Abdelwahhab (1703-1792), que era un teólogo improvisado y quiso volver a la pureza original del Islam.

Por Robert Provost —— Fuente: Geopolitica.ru

Un libro que consigue un doble objetivo: ser denso y comprensible para el gran público. Jean-Michel VERNOCHET intenta advertir a los europeos, y a los franceses en particular, del peligro de una guerra entre los pueblos de Europa y Oriente Medio, de la que nadie saldrá victorioso. 

La tesis es simple: el wahabismo, que es el “Islam” oficial de Arabia Saudita y Qatar únicamente, es un contra-Islam. Toma su nombre del predicador Mohammed ben Abdelwahhab (1703-1792), que era un teólogo improvisado y quiso volver a la pureza original del Islam. Comprendamos aquí la pureza original tal como la entendió. En 1744, Mohammed ben Abdelwahhab concluyó una alianza militar-religiosa con el jefe tribal Mohammed ben Saud. Esta alianza conducirá, después de dos intentos fallidos en el siglo XIX, a la unificación de los reinos de Hejaz y Nedjd en 1932 dentro del reino de la actual Arabia Saudita. 

El wahabismo es literalista: el Corán y la Sunnah (Tradición) deben interpretarse literalmente. Cualquiera que considere las representaciones o atributos antropomórficos usados ​​para designar o describir a Allah como metáforas es un impío. Se rechaza cualquier rito no previsto en el Corán o la Sunnah. Por tanto, la celebración del nacimiento del Profeta está prohibida (pero no la de Abdelwahhab), al igual que cualquier misticismo. Para colmo del horror, cuando entró en La Meca el 13 de octubre de 1924, Ibn Saud (primer rey de Arabia Saudita) ordenó la destrucción de los elementos decorativos de las mezquitas, las tumbas sagradas y el lugar de nacimiento del Profeta. Por cierto, dicho sea de paso, ¡pudo restaurar el califato abolido por Atatürk el mismo año, lo que fue rechazado en el Congreso Islámico de 1926, por considerar impía esta institución! Finalmente, los wahabíes practican la lapidación cuando no está prescrito en el Corán, pero sí en la Torá. ¡Con el pretexto de volver a la pureza del Islam original, el wahabismo se acerca a las antiguas recetas judías!

El Islam se vacía así de toda espiritualidad para ser nada más que un conjunto de reglas a seguir, lo que asusta a los musulmanes comunes en los países donde el wahabismo está tratando de exportarse, porque de ninguna manera corresponde a la Islam como se practica tradicionalmente. Los wahabíes no se equivocan porque todos los musulmanes que no adoptan su visión del Islam son incrédulos. Asombrosa posición que lleva a considerar como incrédulos a más de mil millones de personas. En resumen, el wahabismo es solo un hiper-juridicismo y una ideología, pero no una religión. Aunque vaciado de toda espiritualidad y reducido a un producto de exportación sin ninguna profundidad, el wahabismo constituyó, y sigue constituyendo, la matriz de los movimientos islamistas y/o terroristas modernos, como los Hermanos Musulmanes (presentes en Egipto, Palestina bajo el nombre de Hamas, y en Turquía con el AKP), el Jamaat-e-Islami paquistaní, Al-Qaeda, los talibanes y, por supuesto, el Estado Islámico.

Todo esto se vuelve aún más aterrador cuando consideramos que el wahabismo tiene dos poderosos aliados: los petrodólares y las potencias “occidentales” lideradas por Estados Unidos. Debe decirse que el puritanismo estadounidense se parece al wahabismo. Primero, el puritanismo tiene una interpretación literalista de la Biblia, que hoy se ha convertido en un hiper-juridicismo generalizado. Entonces, así como el wahabismo es rechazado por los musulmanes que continúan practicando su Islam tradicional, los puritanos, los antepasados ​​espirituales de los Estados Unidos actuales, fueron rechazados por Europa. Además, tanto el puritanismo como el wahabismo profesan el examen libre de los textos y no admiten la autoridad de los eruditos. El puritanismo, en cuanto literalista, vació al cristianismo de su sustancia, a priori no permitía vivir en el mundo como era en ese momento, sin embargo, los colonos en América comerciaron activamente con la metrópoli inglesa. El wahabismo, por ser literalista, no permite a priori vivir en el mundo moderno. Sin embargo, Arabia Saudita y Qatar encajan, como Estados Unidos, muy bien en el mercado general que estos últimos están tratando de imponer al mundo entero, gracias a las cantidades astronómicas de petrodólares que extraen de los recursos naturales presentes bajo sus respectivos suelos. Esto permite a estos dos países comprar lo que quieran (pensamos en las inversiones de Qatar en Francia o el Reino Unido, y en los contratos de armas que los países occidentales celebran con estos mismos países), y financiar la expansión de la ideología wahabí en todo el mundo.

“La expansión del wahabismo, nos muestra Jean-Michel VERNOCHET, es una amenaza, primero para los países musulmanes, pero también para los países occidentales donde viven muchos musulmanes. De hecho, en estos países, los gigantescos recursos financieros de Arabia Saudita y Qatar están trabajando para propagar una ideología mortal entre los jóvenes musulmanes que a veces están desarraigados, son ociosos y sin perspectivas de futuro. Esto solo puede inculcar en estos jóvenes el odio por el país donde viven. De ahí el hecho de que algunos de los jóvenes receptivos a esta propaganda wahabí vayan al Medio Oriente para matar a otros musulmanes (el término “jihad” está siendo usado en exceso por los medios, no lo usamos). Esto da como resultado que los occidentales no musulmanes se enfrenten a los occidentales musulmanes, en particular a los franceses no musulmanes contra los musulmanes franceses. Además, las autoridades públicas occidentales conocen la estrategia de difundir el wahabismo. Es más importante para algunas sociedades occidentales, y las francesas en particular, ganen fortunas contratando con las dos monarquías wahabíes que evitar que el libre mercado y el wahabismo siembren el caos allá donde vayan”… 

En última instancia, el wahabismo solo prospera con la destrucción del Islam tradicional, así como el libre mercado solo prospera con la destrucción de la gente. Todos los pueblos que pretenden vivir libres de todo mercado y wahabismo, vivir de acuerdo con sus respectivas tradiciones y evitar la guerra generalizada, tienen todo que ganar si coordinan sus esfuerzos. 

Nota:

1. Les égarés. Le wahhabisme est-il un contre islam?, Jean-Michel VERNOCHET, éd. Sigest. coll. vie politique, 5e édition, avril 2016, 172 p., 15 €.

Fuente: http://rebellion-sre.fr/egares-wahhabisme-contre-islam-de-jean-michel-ve…

Share this post:

Related Posts