Fallece en Miami Bernardo Benes, banquero y líder cívico que jugó papel clave en diálogo entre Cuba y EEUU

POR SARAH MORENO

Codigoabierto360: Hamakom ienajem etjem betoj sheár avelei Zión virushalayim. “Y rasgó Yaacov sus ropas…y … piedra sobre la sepultura”… Cuando un amigo se va queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo… Así pudiéramos resumir, y sentir, la perdida de nuestro Jaber,  Dr. Bernardo Benes Baikowitz. Imagen Bernardo Benes en la proyección de una película en St. John Vianney Seminary, en enero del 2008.DONNA E. NATALE PLANAS

Su labor como negociador para establecer un acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, el cual condujo al diálogo de 1978 entre los dos países, resultó en la liberación de 3,600 presos políticos por parte del gobierno de la isla.

Este esfuerzo lo convirtió en una figura controversial dentro del exilio miamense, que con frecuencia lo criticó con dureza por haberse reunido con Fidel Castro.

“Bernardo trabajó muy fuerte, pero el exilio no lo entendió. Muchos hablaban mal de él, lo llamaban ‘el Colorado’ pero hizo mucho por el exilio cubano”, dijo su amigo José Carlos Prado, quien recuerda que Benes fue clave para propiciar conversaciones entre los dos países tanto en la administración demócrata de Jimmy Carter como en la republicana de Ronald Reagan.

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“Logró un encuentro muy importante entre Carlos Rafael Rodríguez y el general Alexander M. Haig en México”, precisó Prado sobre una reunión secreta entre el entonces vecipresidente de Cuba y el secretario de Estado norteamericano, en el otoño de 1981.

El cineasta Jorge Ulla recuerda a Benes como un “humanista” que creía en buscar solución a los problemas. Ese espíritu de entendimiento lo llevó a emprender aventuras, como las califica Ulla, que apuntaban alto en cuanto a la resolución de conflictos, desde el diferendo entre Cuba y Estados Unidos hasta la misión que emprendió en una ocasión de lograr un acercamiento entre el gobierno de Israel y el Vaticano.

“Bernardo era puramente democrático. Tenía un alto sentido de la justicia y de la ley y no creía en posiciones totalitarias. No lo hipnotizaba la revolución cubana”, precisó Ulla.

El cineasta comparte a su vez una anécdota que le contaba Benes derivada del encuentro con Castro en 1978.

El banquero llevó a la isla un video para mostrar la prosperidad de los negocios de exiliados en Miami. Entre estas imágenes estaba la de la fábrica de calzado Suave, propiedad de los hermanos Ejozi, la cual producía 15,000 zapatos al día.

“Durante la proyección Castro le preguntó varias veces: ‘¿Bernado, pero la fábrica produce 15,000 zapatos al mes?’. ‘No, produce 15,000 zapatos al día’, le contestaba Bernardo”, contó Ulla.

Castro volvía a la carga y preguntaba medio incrédulo: “¿Pero son 15,000 zapatos a la semana?”, añadió Ulla, indicando que el gobernante cubano no salía de su asombro por el nivel de producción de la fábrica miamense, que de seguro ofrecía un contraste con la ineficiencia de la industria cubana e incluso con la de los aliados de Castro entre los países socialistas de Europa del Este.

“Bernardo contaba la anécdota con un deleite increíble. No se burlaba de Fidel porque el relato, honesto, valía por sí mismo y no había que aderezarlo con adjetivos”, agregó Ulla.

Bernardo Benes, el profesor de Sociología Mauricio Font y Richard Nuccio, ex consejero político de la Casa Blanca, durante un congreso sobre economía cubana en el Hotel Hyatt de Miami, en agosto de 1995. Roberto Koltun el Nuevo Herald

El escritor Carlos Alberto Montaner considera que Benes fue “el benévolo instrumento” para la libertad de los presos políticos.

“A Fidel lo ponía nervioso tantos millares de adversarios en las calles de Cuba y quiso alejarlos del país. En el curso de las conversaciones surgió la idea de un ‘diálogo’ para enterrar la beligerancia de los cubanos opositores”, señaló Montaner.

“En 1978 la Revolución se sentía fuerte e invencible. Benes llevó a Washington el mensaje que le había transmitido La Habana. Por su parte, no hubo ninguna doblez. Quiso servir a los cubanos y a los norteamericanos. Pero Fidel no tenía la menor intención de cambiar su política“, apuntó Montaner, añadiendo que meses más tarde Castro le dijo al historiador venezolano Guillermo Morón que él, Castro, vería el fín de la hegemonía norteamericana y se pasearía triunfalmente por Washington.

“En abril de 1980 el éxodo de Mariel lo hizo entrar en razones”, dijo Montaner.

Benes nació en Matanzas el 27 de diciembre de 1934, de judíos emigrados de Europa (su apellido materno era Baikowitz). Su padre tenía un negocio exitoso en la isla que producía las camisetas Perro, contaron sus amigos.

Benes se graduó de abogacía y contaduría en la Universidad de La Habana y trabajó para un prominente bufete de abogados. También brindó consejería legal pro bono al Patronato de Cuba, la sinagoga del Vedado que reunía la comunidad hebrea en la isla.

Se exilió en Estados Unidos en 1960 y un año después fundó la Congregación Cubano Judía en Miami Beach. En 1975 creó Continental National Bank of Miami, importante banco cubanoamericano.

Del 1965 al 1977 fue vicepresidente de United Way en el condado de Miami-Dade, y en 1977 fundó United Way International.

“Bernardo no tenía problemas económicos, le dedicó su tiempo a la causa de Cuba y a crear puentes entre la iglesia católica y la comunidad judía”, añadió Prado, que en lo personal distingue la fidelidad de Benes como amigo.

“Si uno tenía un problema, él lo hacía suyo”, añadió Prado.

Ulla lo recuerda también como alguien muy sincero, “sin filtros”, un aspecto de su carácter que funcionaba a su favor para “lidiar con tipos que son histriónicos y que se creen más grande que la historia como es el caso de Fidel Castro”.

Bernardo Benes (centro) en la polémica fotografía en la que el empresario José Orlando Padrón (der.) entrega un tabaco a Fidel Castro. Detrás, el sacerdote Guillermo Arias, consejero espiritual de la Unión de Cubanos en el Exilio, durante el diálogo de 1978 en La Habana.

Ese afán de no poner “filtros” de Benes explica la foto en la que aparece el empresario miamense José Orlando Padrón, otro de los exiliados participantes en el diálogo del 1978, entregando uno de los tabacos de su firma a Castro.

“Benes le dijo a Castro: ‘Este tabaco es mejor que cualquier tabaco cubano’, y Padrón se lo ofreció, entonces hicieron la foto”, contó Ulla, explicando que la imagen fue interpretada en Miami como que Padrón y Benes se estaban congraciando con Castro.

El diálogo con La Habana tuvo un costo personal para Benes, quien fue visto como un traidor, y tuvo que abandonar su carrera bancaria y vender su participación en el Continental National Bank of Miami. A la vez representó la libertad y la salida de Cuba de más de 6,000 personas, si se cuentan a los familiares de los presos, lo que significó más oposición al castrismo en Miami, resumió Ulla.

El Nuevo Herald hizo varios intentos de contactar a la familia de Benes, y finalmente su hijo, Joel Benes, dijo “no hay nada que hablar’’ en una breve conversación telefónica.

Los amigos de Benes afirman que el entierro será este martes 15 de enero, pero se celebrará de manera privada.

Siga a Sarah Moreno en Twitter: @SarahMorenoENH.

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