escrito por Redacción
Al cumplirse este jueves cinco años de que el expresidente estadounidense Donald Trump decidiera revertir el deshielo con Cuba iniciado por su predecesor Barack Obama, la política exterior de ese país hacia la Isla sigue apostando por el cerco económico y el aislamiento a la nación caribeña.
El 16 de junio de 2016, en un discurso en Miami, Trump afirmó que cancelaría «el acuerdo completamente desequilibrado del gobierno anterior con Cuba». Su presentación en esa ciudad de Florida fue la antesala de medidas más férreas, como la suspensión de las remesas en octubre de 2020 y el aumento de las restricciones de viajes para estadounidenses, incluidos los individuales bajo la categoría «persona a persona», permitidos por el gobierno de Obama.
También durante el mandato de Trump, fue retirado gran parte del personal diplomático de la embajada en La Habana bajo la excusa de supuestos ataques sónicos, cuestionados más tarde por estudios científicos. No obstante, ello sirvió como pretexto para congelar los servicios consulares y el programa de reunificación familiar.
De acuerdo con informes del gobierno de Cuba, presentados anualmente ante la Organización de Naciones Unidas y con el respaldo mayoritario de la comunidad internacional, solo entre abril y diciembre de 2020, las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos causaron pérdidas en el orden de los 3 mil 586,9 millones de dólares.
«A este régimen coercitivo se añaden los efectos disuasivos e intimidatorios asociados a la inclusión de Cuba en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo en enero de 2021», señala el documento titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba
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Durante décadas, las sucesivas administraciones estadounidenses han afirmado que su único objetivo es apoyar al pueblo cubano. Sin embargo, el recrudecimiento de las sanciones ha afectado de forma negativa casi todos los rubros de la economía de la Isla, especialmente durante la ola más crítica de la pandemia de Covid-19 que experimentó la Mayor de las Antillas en el verano de 2021.
El retroceso en la normalización de las relaciones entre ambos países durante el trumpismo ha significado un duro golpe para familias que reciben remesas, trabajadores privados del sector del turismo y la gastronomía, además de limitar las posibilidades de desarrollo de los ciudadanos cubanos en escenarios como la salud, la educación, la investigación científica, los intercambios culturales o el acceso a servicios vía Internet.
La Joven Cuba apoya la normalización de las relaciones entre ambos países y condena las sanciones e injerencias de Washington en los problemas internos de la nación. Cuba tiene ante sí retos muy complejos, como construir una economía eficiente que garantice al menos la satisfacción de las necesidades básicas del pueblo; y generar mecanismos democráticos, de participación popular y de respeto a los derechos humanos. Si bien es un camino difícil, transitarlo solo atañe a los cubanos.