Por Jose R Alfonso*
I
Introducción necesaria
Todo el que haya estudiado y analizado a profundidad la política estadounidense de los últimos tiempos, podrá estar de acuerdo o no con el presente Estimado de Inteligencia Política (EIP)¹ referente al presidente Donald Trump, pero deberá tener en cuenta que el mismo ha sido elaborado partiendo de la premisa de la objetividad sin tomar Partido y así no contaminar la inteligencia (información) aunque como seres racionales, pensantes, el componente subjetivo siempre está presente. Pero antes debemos hacer una necesaria y breve síntesis introductoria para una mayor comprensión del presente EIP.
“Sr. Gorbachov, derribe este muro” (“Mr. Gorbachev, tear down this wall!”), frase que inmortalizó Ronald Wilson Reagan—40. ° presidente de los Estados Unidos desde 1981 a 1989— en su discurso ante la Puerta de Brandemburgo en Berlín 12 de junio de 1987. Años más tarde el 25 de diciembre de 1991 implosionaría la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética (URSS) y con ello desaparecería para los Estados Unidos de Norteamérica (EE. UU.) su enemigo existencial —acompañada paralelamente con la desaparición de la Guerra Fría— y, el mundo se convierte en unipolar bajo el dominio estadounidense. Ello significó el comienzo de un Nuevo Orden Mundial bajo la dirección del presidente Republicano George Herbert Walker Bush —presidente 41.ᵉʳ de los Estados Unidos entre 1989 y 1993— quien lo anuncia ante el Congreso al rendir su Informe sobre el “El Estado De La Nación“, dando lugar a la redirección de los esfuerzos del país hacia una nueva Hoja de Ruta que comienza a partir de los años noventa del pasado Siglo y que recibió por nombre la globalización o mundialización como una estrategia de política exterior a largo plazo. Ésta sería asumida y continuada por su sucesor el presidente Demócrata William Jefferson “Bill” Clinton —42.º presidente de los Estados Unidos de 1993 a 2001. Conclusión: El fin de las pequeñas y medianas factorías y comienzo de la destrucción de la clase media estadounidense.
Posteriormente el Republicano George H Walker Bush, más conocido como George W. Bush o “George Bush” gana la presidencia por decisión de la Corte Suprema de los EE.UU. frente al candidato Demócrata Al Gore, ante alegaciones de fraude en el conteo de boletas electorales en el Condado Miami-Dade —algo no infrecuente— convirtiéndose en el 2001 hasta el 2009 en el presidente 43.ᵉʳ de los Estados Unidos de América, ampliando el marco de la globalización siendo una de las razones por lo que no pudo detener el derrumbe de la economía que se profundizó seis años después de su reelección, en el 2008. Acompañada además de la implosión de la burbuja inmobiliaria la que produjo una severa Crisis de los Créditos Hipotecarios que, comenzando ese mismo año, harían colapsar entre otros a los Bancos de inversión Bear Sterns y Lehman Brother además de las aseguradoras América International Group. Al final de su término había comenzado el rescate financiero, pero la economía seguía deteriorándose.
Política económica mundial bajo la égida de la Globalización que continúa, al llegar a la presidencia el primer afroamericano en la historia de la nación norteamericana, el Demócrata Barak Hussein Obama II — presidente 44.º de los Estados Unidos entre 2009 hasta el 2017— quien lo hace en medio de la Crisis Financiera desatada en el 2008 con el consiguiente despido que alcanza la cifra de setecientos mil (700,000) por mes, por lo que su administración diseña una nueva organización mundial económica paralela a la Globalización a través de su Hoja de Ruta llamada Capitalismo Financiero. Medida económica que provocó que, al abandonar su cargo, los mercados bursátiles rondaran sobre sus máximos históricos y la economía había creado empleos durante más de setenta y cinco (75) meses consecutivos.
¿Por qué señalamos significativamente los PARTIDOS Demócratas y Republicanos pertenecientes a los cuatro diferentes presidentes involucrados en sus diferentes Hojas de Ruta —a partir del periodo 1989 hasta el 2017?
La razón es que entre ambos PARTIDOS no ha existido en lo económico una rivalidad objetiva, sino intereses, pues tanto el uno como el otro están sujetos a los mismos grupos de presión y a los partidarios de las élites de la ideología puritana de los llamados ”Padres Peregrinos” —que en su época se opusieron al presidente Andrew Jackson—y ahora lo hacen contra Donald Trump y no desean que éste deje de ser un continuador de esa doctrina político-económica y aparte a los Estados Unidos de Norteamérica de la Globalización o Mundialización, a pesar de que ésta internacionalmente ha minado el poder de nuestro gobierno nacional geopolíticamente y geoestratégico en favor de un solo competidor: La República Popular de China.
En tanto, en lo domestico como en lo económico, los daños provocados por la Globalización han sido: el desempleo, el cierre de factorías manufactureras; la urbanización hacia las grandes metrópolis; la desmaterialización creciente de la economía; el enriquecimiento global junto con una distribución extraordinariamente desigual de la riqueza y de los ingresos; la desaparición progresiva de la clase media estadounidense; entre otros importantes aspectos.
II
Presidente Donald J Trump.
Ante todo, aclarar que coincido con expertos en politología, neuropolitología y en psicologíapolítica en que Donald Trump, a pesar de tener rasgos de sociópata, psicópata y narcisista, propio de muchos hombres exitosos, públicos y de algunos líderes políticos restrictivos a la democracia, que son extremadamente cuidadoso en su lenguaje corporal y oral —conocedor del peso del lenguaje en política— y, al controlar el poder se apropian de los medios de comunicación masiva haciendo uso de la propaganda más que de la información y argumentación la cual manejan a través del palabras “eufemísticas, talismanicas, mordaces” entre otras, las que por medio de discursos manipuladores y excluyentes, de extremos, en nombre de la patria encontramos al nacionalismo; la xenofobia en diversos sobre todo en los modelos doctrinales: fascista, nacionalsocialista o socialista donde impera la exclusión socio-política-cultural de “conmigo o contra mí”; de ofrecer “el paraíso en la tierra” y, sobre todo, portadores de un punto en común: no aceptar un NO como respuesta; ser siempre los ganadores; no confiar en nadie; destituir o eliminar a los que considere que en su entorno le hacen sombra; ser los primeros en todo; encontrar una justificación aún hacia lo mal hecho; no entregar, delegar o compartir el poder; de yo el único y plenipotenciario por encima de todo; y no importarle que los hechos le condenen si la victoria les permite escribir la historia y de esa forma ser absueltos por ella.
Si bien Donal J. Trump califica para algunos,no todos, de los enunciados arriba mencionados, ha mostrado también un carácter impulsivo lo que provocó acciones que dieron la sensación de ser pura improvisación, de su forma de dictar política ejecutiva a través de Twitter; de que los comentarios que hacía sobre temas internacionales y comerciales a lo largo y ancho del mundo parecían pura improvisación y no responde a lógica o estrategia alguna, la suma de todos ellos no es señal de que es un enajenado mental.
Si algo demostró el presidente Trump es ser todo un experimentado “realty show” en comunicación social y manejo en el uso mediático, reflejado en que fue capaz de atraer a setenta y cuatro punto dos (74,2) millones de norteamericanos que le apoyaron en las urnas y gran parte de ellos son y, continuarán, siendo sus seguidores fundamentalmente los residentes de las periferias en las grandes ciudades y de zonas rurales.
Setenta y cuatro millones (74.2) cifra que en materia de seguridad doméstica (para los Servicios Especiales de contrainteligencia) constituyen un peligro potencial por cuanto el país se encuentra realmente dividido, no entre Republicanos y Demócratas sino entre Trumpistas y Demócratas. Y un ejemplo latente es lo ocurrido en Washington D.C. el pasado seis de enero donde una turba de seguidores del presidente Donald Trump accedieron al Capitolio con una gran facilidad.
III
CONCLUSIONES
Este EIP producido para ustedes, los consumidores de la misma, es una panorámica de que por qué Trump, a pesar de haber sido un presidente disfuncional en diversas tomas de decisiones tanto en lo domestico e internacional, con una falta evidente de estrategia a medio, corto y largo plazo, no trató de ser una continuidad de su predecesor sino un sucesor político, ideológicamente parecido, a Andrew Jackson, presidente conservador de Estados Unidos (1829-1837) quien estableció un gobierno conocido como “democracia jacksoniana” la que se definía como un tipo de democracia que no se debería apegar a ningún partido ya que representaba los intereses del pueblo común en vez de los de un electorado específico, etapa que fuera conocida también como la “Era de Jackson” (una continuación de la del presidente Thomas Jefferson que se destacó por su alta moral).
Observen y valoren el detalle simbólico: al asumir Trump la presidencia ordenó colocar un cuadro del presidente Andrew Jackson en la Oficina Oval.
He ahí los intentos de Donald Trump encaminados a evitar de que los EE.UU. dejaran el Nuevo Orden Mundial , iniciado bajo la presidencia del Republicano de George Herbert Walker Bush el que involucrába a los EE.UU., en cuanta guerra apareciera por el mundo, de sus sentimiento anti Globalistas y Guerra Económica con la República Popular de China, y la retirada de diferentes Tratados Internacionales y la puesta en duda de otros¸ redirigirá los esfuerzos de la Nación hacia la prosperidad interna —”Hagamos América Prospera otra vez” o “América Primero”— y aupara la bandera del nacionalismo estadounidense “America para los americanos” , el supremacista blanco y el rechazo al migrante.
Por qué secuestra prácticamente al Partido Republicano desde el mismo 2016 y lo convirtiera en su Partido, el “Partido de Trump” enfrentándose o sometiendo a los líderes del mismo —bajo la compulsión de contar con millones de seguidores y que su nombre era valedero para que cualquier político republicano resultara ganador en las diferentes contiendas— al extremo de que si hoy Donald Trump decidiera formar un Partido Político para aspirar a la presidencia en el 2024 u otro fin, pondría en una profunda crisis al Partido Republicano, el que sin duda perdería decenas de millones de miembros.
La sentencia anterior está avalada por los sucesos acaecidos durante la certificación del candidato presidencial escogido por el Colegio Electoral ante el Congreso de los Estados Unidos escenificado por las decenas de miles de manifestantes blancos “trumpistas” lo que además indica una profunda grieta en el horizonte político estadounidense que habrá que observar profundamente por los Servicios Especiales de Contrainteligencia ya que el país está realmente divido, sobre todo en los estados que declaran su secesión de los Estados Unidos de América en 1860 como Carolina del Sur, Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana y Texas y si bien la historia no se hereda existen nuevas generaciones que hacen historia por lo que de continuar estas señales “de seguidores trumpistas” como todo indica, bien pueden provocar intentos de secesión del país o de guerra civil dado una parte a la estructura sociopolítica cultural de muchos de sus seguidores blancos.
¿Por qué el presidente Donald Trump apeló al Colegio Electoral como su último recurso?
¿Por qué la Constitución de los EE.UU., escrita por Alexander Hamilton, no se hizo no con el fin de instaurar una democracia sino como un sistema de gobierno similar a la monarquía inglesa?
Porque en ella no se reconoce al Soberano (el pueblo) sino al poder de los Estados que componen la Unión.
Es por ello que el voto popular realmente cuenta poco a la hora de elegir un presidente de la nación pues es el Colegio Electoral, compuesto por los delegados designados por los gobernadores de los Estados los que integran el mismo y escogen al candidato presidencial. Si bien la Constitución no ha sufrido cambios notables, ni exigencias del Soberano para hacerlo es producto de que en él está contemplado “La Carta de Derechos” o “The Bill of Rights” que enumera libertades que no se indican expresamente en el cuerpo principal de la Constitución aprobada el 15 de diciembre de 1791 que benefician fundamentalmente al Soberano.
NOTA
¹El Estimado de Inteligencia Política (EIP) consisten en la interrelación existente entre el productor de inteligencia (el analista) y el consumidor de la misma (el decisor político o el encargado político que la ordena).
El EIP debe ser independiente y objetivo, aunque como seres racionales y pensantes, el componente subjetivo siempre está presente y, sobre todo ligado a todas las operaciones políticas para poder brindar mejores ejes direccionales o guía para el consumidor.
Tampoco el analista debe estar tan involucrado en estas por el componente subjetivo, como para que no se desvíe el juicio, objetividad e integridad del análisis, aunque debe conocer cuáles son los conocimientos relevantes que le interesan al consumidor.
*José R Alfonso, Dr. Ciencias Política y Master en Inteligencia Política Estratégica.. Doctorado en Medicina. Especialista en: Cirugía General Grado I. Master en Contrainteligencia y Experto en Antiterrorismo.
