Por Ian Allen – Cortesía de IntelNews.org
Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, uno de los notorio Señores de la Droga capturó la atención de los medios del mundo hace unas semanas, cuando se escapó de una prisión de máxima seguridad en México a través de un túnel secreto. Pero esa ruptura cinematográfica de la prisión puede haber eclipsado la historia de su arresto, lo que, según los últimos informes, puede ser tan interesante como el de su última fuga de la prisión.
Guzmán fue arrestado en una redada antes del amanecer el 22 de febrero de 2014. Fue, según informes, capturado en Mazatlán, una ciudad de vacaciones en el estado de la costa oeste de México de Sinaloa, por un escuadrón de élite de los marines mexicanos.Los infantes de marina, nos dijeron en ese momento, que estaban recibiendo apoyo de inteligencia crucial desde un varias agencias del gobierno de Estados Unidos.O al menos esa es la historia oficial de la detención del capo de la droga.
El 18 de julio, sin embargo, la revista de investigación más importante de México, Proceso, publicó un artículo principal en el que se alega que Guzmán no fue detenido por infantes de marina mexicanos, sino por agentes estadounidenses de la DEA disfrazados de infantes de marina mexicanos.
El artículo fue escrito por J. Jesús Esquivel, un periodista que desde hace mucho tiempo escribe sobre asuntos de inteligencia y seguridad, quien por demás ha escrito dos libros sobre la historia de las operaciones realizadas por la Drug Enforcement Administration (DEA), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y otras ramas de seguridad estadounidense y de las agencias de inteligencia en México.
En su artículo de julio 18, Esquivel dice que dos funcionarios estadounidenses -que no revelaron sus nombre- le dijeron que los infantes de marina mexicanos tenían poco que ver con la captura de Guzmán.El capo de la droga fue localizado por el Servicio de Alguaciles de Estados Unidos y la DEA a través de una red de informantes y dispositivos de rastreo electrónicos.Una vez que ellos supieron de su localización, esta dos agencias, con el apoyo de una tercera agencia estadounidense —que Esquivel no identifica— allanaron la habitación de hotel de Guzmán en Mazatlán, vestidos con uniformes de marinos mexicanos y los vehículos de conducción que posea la insignia Armada de México.
De ser ciertas las alegaciones de la revista noticiosa Proceso ‘s el jueves, cubriendo la historia acerca de la intercepción y captura, no sería la primera vez que los agentes del gobierno estadounidense asumen y posan operaciones antinarcóticos cuando las tropas mexicanas las han llevado a cabo en México.
La práctica ha sido revelado antes, más recientemente por The Wall Street Journal. Pero, si es cierto, las acusaciones de Proceso ‘s parecen indicar un grado sin precedentes de la actividad operativa de la inteligencia de Estados Unidos y sus agencias de seguridad al sur de la frontera.
Además, se alega que las agencias estadounidenses deliberadamente optaron por mantener a sus contrapartes mexicanas en la oscuridad hasta que Guzmán fuera capturado, porque tenían miedo de que el capo de la droga fuera notificado por informantes dentro del gobierno mexicano.Si esta información es exacta, indicaría que la línea que separa a los cárteles mexicanos de la droga de las del gobierno del país sigue siendo notablemente borrosa.