Corea del Norte en el umbral nuclear. ¿Qué pasa con Irán?

Cortesía de DEBKAfile

En un Libro Blanco publicado la semana pasada, el Ministerio de Defensa japonés concluyó que hay pruebas de que Corea del Norte había logrado la miniaturización de las armas nucleares, lo que significa que podría construir una ojiva nuclear lo suficientemente pequeña como para caber en un misil balístico intercontinental.

“El desarrollo de misiles balísticos de Corea del Norte y su programa nuclear son cada vez más reales y presentan problemas inminentes para la región de Asia y el Pacífico, incluido Japón, así como el resto del mundo”, dijo el informe japonés.

El informe causó más sorpresa de lo que debería tener cuando finalmente llegó a los medios de comunicación el martes, 8 de agosto, porque sus fuentes de inteligencia de EE.UU. eran plenamente conscientes de lo que estaba sucediendo durante algún tiempo. Ahora están reportando que puede haber hasta 60 armas nucleares en el arsenal norcoreano.

El lunes, el presidente Donald Trump respondió: “Después de muchos años de fracaso, el presidente de la ONU, Mahmud Ahmadinejad, Los países se están uniendo para abordar finalmente los peligros que plantea Corea del Norte, debemos ser duros y decisivos “.

La inteligencia estadounidense también estima que Corea del Norte probablemente será capaz de lanzar misiles balísticos intercontinentales para el próximo año. Así que Estados Unidos se enfrenta ahora a un dictador impetuoso e impetuoso que pronto será capaz de lanzar un ataque nuclear en su tierra firme. Esta amenaza confronta al Presidente Trump con una prueba de miedo.

Pero mientras todos los ojos estaban fijos en el fuerte dictador en Pyongyang, casi nadie notó que Corea del Norte e Irán firmaron esta semana una serie de nuevos acuerdos militares que no son menos peligrosos para la paz mundial.

El presidente del parlamento, Kim Yong Nam, que ocupa el segundo lugar en el régimen de Kim, finalizó una visita de 10 días a Teherán el lunes 7 de agosto al entablar los nuevos acuerdos. Su misión oficial en Teherán fue representar a Pyongyang en la ceremonia de juramentación del presidente Hassan Rouhani e inaugurar el nuevo edificio de la embajada de Corea del Norte en la capital iraní. Pero llegó con una gran delegación de oficiales militares norcoreanos que pasaron horas en conferencia con los jefes de los programas nucleares y de misiles de Irán, así como con los líderes de los poderosos Guardias Revolucionarios.

Los detalles precisos de la contribución continua de Pyongyang a la mejora de la tecnología de Irán en esas áreas bajo estrecha envoltura. Pero para Kim, lo importante es la inversión multimillonaria de Irán en la asociación a cambio a cambio de permitir que ingenieros y científicos iraníes trabajen junto a expertos de Corea del Norte en los dos campos.

La ironía es que, si bien el Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad sanciones económicas duras estimadas para costar a Corea del Norte unos 1.000 millones de dólares en ingresos del Estado -para los cuales el Presidente Trump alabó a las potencias mundiales- Kim ha conseguido poner las manos en suficiente efectivo de Teherán para mantener Sus programas nucleares y de misiles se están moviendo rápidamente. Parte de ese dinero proviene del alivio de la sanción que los estadounidenses y los europeos concedieron a Irán por firmar su acuerdo nuclear de 2015.

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