Justicia social e inminente transición política en Cuba: un intercambio enriquecedor

…la gente contó por muchos años con una serie de beneficios, entre los cuales los sólidos y eficaces sistemas de Salud, Educación y Seguridad Social fueron pilares. Hubo una época en Cuba en que la consigna: «Nadie quedará desamparado» no era, como hoy, una burla cruel…

escrito por Alina Bárbara López Hernández

Desde hace varios meses sostengo un intercambio bastante frecuente con Hubert Klement, miembro de la agrupación Opción Marxista Internacional. Con su venia decido divulgar esta opinión respecto al más reciente artículo que publiqué en LJC, replicado asimismo por OMI. Creo que sus consideraciones, aun cuando no concuerde por completo con todo el enfoque, pueden ser de mucho interés en las actuales circunstancias que vive Cuba.

***

Hola Alina. Buen día.

Le hago llegar algunos comentarios a propósito de su artículo La justicia social en Cuba: muerte en tres tiemposDe conjunto, como le mencioné ayer, pienso que se trata de un muy buen documento. Serio, fundamentado y bien orientado, para reflejar la cruda y siempre ocultada realidad, de injusticia social que impera en la isla.

Así vea algunos matices y diferencias del enfoque respecto de las causas del proceso que ha llevado a esta situación tan lamentable o del momento de su inicio, el artículo es un muy buen instrumento de denuncia acerca de la crítica y angustiante situación en la vida y trabajo de la mayoría de los trabajadores y la población allá. Los videos son de mucha ayuda en esa denuncia, especialmente el de la compañera Esmeralda Cárdenas.

Si bien el centro de su artículo por la temática central que aborda, correctamente no desarrolla o no se centra en esta ocasión en el aspecto de las libertades y la ausencia de democracia, veo una coincidencia muy importante en su acertada afirmación «que el proceso fue autoritario desde sus inicios»y «que cercenó libertades individuales que conducirían con el tiempo a un Estado todopoderoso». 

Esa ha sido nuestra definición de tiempo atrás sobre el régimen político y del tipo de estado que se inauguró desde el triunfo de la revolución. Esto a consecuencia de que si bien no fue protagonizada sí fue liderada, según nuestra definición, por un «partido ejército guerrillero». Organización que trasladó la imprescindible disciplina militar necesaria en la guerra, en disciplina política. Primero sobre las opiniones políticas y decisiones de los combatientes pero que luego trasladó al conjunto de la sociedad, empezando por amordazar las organizaciones de base de los trabajadores, los campesinos y la población.

Justicia social

Y luego cuando señala un hecho muy importante:

…la gente contó por muchos años con una serie de beneficios, entre los cuales los sólidos y eficaces sistemas de Salud, Educación y Seguridad Social fueron pilares. Hubo una época en Cuba en que la consigna: «Nadie quedará desamparado» no era, como hoy, una burla cruel…

Y lo que acertadamente luego señala:

…lo que permite explicar el mantenimiento de altas cotas de consenso frente a evidentes errores de política económica y sosociales,,,,cial, y a prácticamente ninguna libertad política.

Ud. reseña una situación análoga a lo sucedido en la URSS, China y Europa del Este, aunque por más tiempo: mientras hubo «prosperidad» o crecimiento económico de la economía mundial, con el «boom» de posguerra (ciclo que se expresó también en la economía de esos países), hubo, como dice, «altas cotas de consenso»y las masas soportaron la represión, la ausencia de democracia y libertades, etc. No había libertades, pero se vivía más o menos holgadamente. Aunque no había democracia política, había «democracia de los nervios y los músculos»según nuestra definición.

En esos estados eso se modificó negativamente, primero lentamente a partir de finales de los años 60s, pero luego, a finales de los 80s, estalló como «paquetazos» contra la población que condujo a la indignación y furia de grandes sectores de los trabajadores y la población, en lucha contra los gobiernos y las calamidades y miseria que les significaba lo que ellos conocían como «socialismo» o «comunismo». Crisis que fue hábilmente aprovechada por el imperialismo y ciertos sectores de la casta gobernante para conducir esa indignación y movilización contra el «comunismo», hacia las «bondades de la democracia occidental», es decir burguesa, con sus derechos y libertades formales, es decir no reales sino aparentes.

La «democracia de los nervios y los músculos»llegó a su fin. Y los imperialistas (junto a los Gorbachov, Yeltsin y sus símiles burócratas de China y el Este), ofrecieron algo menos costoso: democracia política, formal. ¿A cambio de qué? A cambio de restaurar “el mercado”, es decir el capitalismo. Pero no un capitalismo de los pequeños empresarios y comerciantes o de las cooperativas (emprendedores, según el leguaje de hoy), sino bajo el dominio de las grandes trasnacionales, es decir del capital financiero internacional. Al respecto existe bastante documentación que, si lo considera y requiere, le puedo adjuntar más adelante.  

Algo similar, aunque a otra escala, es lo que desde ese momento vienen padeciendo allá y que salió a flote, más allá de sus limitaciones o defectos, en el 11J.

Y esa realidad de crisis, como Ud. lo señala, sin los subsidios de la URSS o los acuerdos con Chávez y su petróleo a U$140 el barril, que le permitió recabar apoyos, ya no está. Chávez al tratarse de solo un gobierno nacionalista pero que no llegó a tocar las bases del capitalismo venezolano fue efímero. Y hace años terminó. Todas esas maniobras económicas acordadas entre los gobiernos, tuvieron patas cortas.

Justicia social
Los fallecidos Hugo Chávez y Fidel Castro. (Foto: Presidencia de Venezuela)

Por eso y desde hace años la casta gobernante, como Ud. sabe y señala, se encuentra desarrollando a fondo un profundo proceso de restauración capitalista de la mano de capitales europeos (españoles, italianos, canadienses, brasileros, hasta yanquis, etc.) y todo bajo el manejo y control de las fuerzas armadas.

Todo al servicio de conducir el maltrecho barco de la economía hacia el imperio de las leyes del mercado y criterios capitalistas, buscando eso sí no perder el control político y restaurando criterios «democráticos» sólo formales, criterios burgueses y pequeño burgueses. Criterios de buen recibo y aceptación entre capas acomodadas de la población, la casta gobernante, nuevos empresarios y burócratas devenidos en empresarios.  

Mientras ese proceso avanza se notan los estragos que causa. Tanto a degradación, miseria y niveles insoportables de desigualdad social que su artículo retrata de excelente manera, es la consecuencia de ese desastre económico y social causado por la gestión burocrática tanto de los planes económicos y políticos, así como de la política exterior, que «desde sus inicios» ha afectado a la Revolución. Y su correlato: la represión política con saña a los opositores políticos, mientras se extiende la mano a las trasnacionales capitalistas del turismo mundial.

Durante los primeros años de «prosperidad» la justificación de la existencia del criminal bloqueo yanqui, sirvió como excusa para todo. Hoy se muestra inútil para explicar cabalmente el desastre económico y social, así como para contener la inconformidad y acusar a todos los opositores por igual, como agentes de la contrarrevolución imperialista o de los gusanos de Miami.  

Un aspecto importante es acerca de las posibles salidas a esta situación. Algo que, por la complejidad del problema y ante todo por nuestro desconocimiento de lo específico de la realidad allá, sería muy atrevido desarrollar de nuestra parte en solitario y desde la distancia. Se podrían elaborar hipótesis que sin duda requieren de un diálogo más detenido y profundo, así como un mejor acercamiento a la realidad. Algo que sólo Ud. y tal vez los compañeros de la LJC podrían aportarnos y que estamos dispuestos a escuchar y dialogar.

Me despido por ahora con un abrazo y saludo fraternal, extensivo a los amigos de la LJC.

Hubert K. por OMI

****

AUTORA

Alina B. López Hernández es Profesora y Tutora de Antropología Sociocultural y una excelente Científica Social y Política (socióloga y politóloga) de la Universidad de Matanzas. Miembro Académico Nacional Correspondiente de la Academia de Historia de Cuba. Además de Analista Sociopolítico laureada de La Joven Cuba. Para contactar al autor: [email protected]. Para contactar con la autora: [email protected]

Share this post:

Related Posts