Las tropas que liberaron a Mandela

Cortesía del Libreta de Apuntes de Norberto Fuentes*

El presidente Obama interrumpe la programación de las cadenas nacionales de televisión para anunciar el fallecimiento de quien él llama con toda familiaridad “Madiba”. Por su parte ninguno de los medios parece ruborizarse al insertar en sus secuencias de archivo el abrazo que le propinara Bill Clinton, aunque si tienen la prudencia de eludir el episodio de cuando Mandela se perdió de Sudáfrica para no tener que pasar por el protocolo de saludar a George W. Bush.

El presidente Obama interrumpe la programación de las cadenas nacionales de televisión para anunciar el fallecimiento de quien él llama con toda familiaridad “Madiba”. Por su parte ninguno de los medios parece ruborizarse al insertar en sus secuencias de archivo el abrazo que le propinara Bill Clinton, aunque si tienen la prudencia de eludir el episodio de cuando Mandela se perdió de Sudáfrica para no tener que pasar por el protocolo de saludar a George W. Bush.

Parece un muerto americano. El presidente Obama interrumpe la programación de las cadenas nacionales de televisión para anunciar el fallecimiento de quien él llama con toda familiaridad “Madiba”. Por su parte ninguno de los medios parece ruborizarse al insertar en sus secuencias de archivo el abrazo que le propinara Bill Clinton, aunque si tienen la prudencia de eludir el episodio de cuando Mandela se perdió de Sudáfrica para no tener que pasar por el protocolo de saludar a George W. Bush.

Tiene que ser amargo contemplar como los cubanos eran recibidos como libertadores en cualquiera de los territorios a donde fueron a parar cuando tus fuerzas eran vistas como las de despiadados invasores. Probablemente Cuba aportó a la historia las últimas tropas de liberación de los pueblos. Y, sin ambages, esa se la debemos a Fidel.

Peguen el oído a tierra. Oigan.

Yo me encontraba en prisión cuando por primera vez me enteré de la ayuda masiva que las fuerzas internacionalistas cubanas le estaban dando al pueblo de Angola —en una escala tal que nos era difícil creerlo— cuando los angolanos se vieron atacados en forma combinada por las tropas sudafricanas, el FNLA financiado por la CIA, los mercenarios y las fuerzas de la UNITA y de Zaire en 1975.

—Nelson Mandela

La resolución no reclama sanciones y no plantea ninguna asistencia para Angola. Esto no es por casualidad sino el resultado de nuestros esfuerzos para mantener la resolución dentro de determinados límites.

—Chester Crocker, el secretario de Estado adjunto para África de Estados Unidos al embajador de Sudáfrica en Washington para asegurarle que la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que exigía la retirada del ejército sudafricano de Angola eran un documento sin mayor trascendencia.

Nosotros en África estamos acostumbrados a ser víctimas de otros países que quieren desgajar nuestro territorio o subvertir nuestra soberanía. En la historia de África no existe otro caso de un pueblo que se haya alzado en defensa de uno de nosotros.

—Nelson Mandela

[Las conversaciones han tenido] como telón de fondo la tensión militar creciente por el avance hacia la frontera de Namibia de tropas cubanas fuertemente armadas en el suroeste de Angola. El avance cubano en el suroeste de Angola ha creado una dinámica militar impredecible.

—Cable de Crocker al secretario de Estado George Shultz al terminar la ronda de negociaciones en el Cairo el 26 de junio de 1988.

¡La aplastante derrota del ejército racista en Cuito Cuanavale constituyó una victoria para toda África! ¡Cuito Cuanavale marca un hito en la historia de la lucha por la liberación del África austral! ¡Cuito Cuanavale marca el viraje en la lucha para librar al continente y a nuestro país del azote del apartheid!

—Nelson Mandela

Descubrir lo que piensan los cubanos es una forma de arte. Están preparados tanto para la guerra como para la paz. Hemos sido testigos de un gran refinamiento táctico y de una verdadera creatividad en la mesa de negociaciones. Esto tiene como telón de fondo las fulminaciones [quizá debió decir fulminantes acciones] de Castro y el despliegue sin precedentes de sus soldados en el terreno.

—Crocker al secretario de Estado Shultz el 25 de agosto de 1988.

Nota:

* Norberto Fuentes: La Habana, 1943. Es considerado el cronista de la Revolución Cubana. Es autor de Condenados de Condado, Cazabandido, Hemingway en Cuba, Dulces guerreros cubanos y La autobiografía de Fidel Castro. Desde 1994 vive en Estados Unidos.

Share this post:

Recent Posts