Pesquisa sobre David Rivera no aclara misterio de $50,000

Cortesía de Scott Hiaasen y Patricia Mazzei – [email protected]

QMP.ORG. Los limites, políticos, en David Rivera desde hace ya muchos años no se definen, se trata de un Congresista delincuente o de un delincuente convertido en Congresista. Íntimamente relacionado con el Congresista Mario Díaz-Balart, su tutor y quien lo introdujo en la política, y estrechamente relacionado, en Tallahassee, y ahora en Washington, con su íntimo amigo, el actual Senador Marcos Rubio, con él cual incluso compartían la misma casa durante los periodos de sesiones de la Legislatura Estatal. Rivera es conocido en Miami entre los círculos políticos, de influencia y poder, y aún lo es, como el canal más adecuado, que sín temer consecuencias, bien engrasado, podía presentar y pasar cualquier Ley que beneficiara a cabilderos o a determinados intereses. Sin embargo a pesar de ello resulta electo una y otra vez por cubanoamericanos de la tercera edad, quienes sin tener en cuenta su formación dentro de una cultura y programación machista y antí homofóbica, anteponen su profundo odio y sed de venganza ante quien los derroto, encarcelo, fusilo y deporto para ser enterrados en suelo extraño y Rivera tiene la habilidad de prometerles no una mejor calidad de vida sino que mantendrá una línea vertical de lucha contra Castro. Con esto es suficiente.

Enterrado en medio de los registros recopilados en la investigación penal recientemente concluida sobre el congresista republicano David Rivera, hay un misterio de $50,000.

¿Por qué una oscura organización republicana paga $25,000 en el 2006 a una empresa desaparecida fundada por la madre de Rivera? ¿Por qué un consultor político con estrechos vínculos con Rivera recibe otros $25,000 en el mismo día? ¿Y de dónde proviene el dinero inicialmente?

Y lo que acentúa aún más el misterio: el Partido Republicano de la Florida, según se reveló, hizo un pago de $50,000 a una organización sin fines de lucro del centro de la Florida —dinero que la organización nunca recibió— el mismo día en que los pagos llegaron a la madre de Rivera y al consultor. ¿Están los pagos conectados?

Estas preguntas están entre otros muchas que quedaron sin respuesta después de una investigación de 18 meses sobre las finanzas de Rivera por parte del Departamento de Policía de la Florida y la Oficina del Fiscal Estatal del Condado de Miami-Dade, una investigación que los fiscales concluyeron el mes pasado sin presentar cargos en contra del legislador de Miami.

Los investigadores sospechaban que Rivera malversó fondos de la campaña y ocultó dinero que recibió mientras trabajaba como consultor para una pista de carreras de perros que buscaba la aprobación de los votantes para las máquinas tragamonedas en Miami-Dade. Rivera, que fue elegido al Congreso en el 2010 después de ocho años en la Cámara de Representantes del estado, ha negado las acusaciones y criticó duramente la investigación, que consideró defectuosa. Sigue siendo investigado por el FBI y el Servicio de Rentas Internas.

En un comunicado dado a conocer durante su campaña, Rivera afirmó que los $50,000 fueron utilizados en un “programa para llegar a los votantes”, coordinado por la sección de la Asamblea Nacional Republicana Hispana en Miami, un poco conocido grupo hispano. Rivera también proporcionó registros de materiales para votantes ausente enviados por correo a nombre de la Asamblea Hispana.

Sin embargo, ni los funcionarios del Partido Republicano ni miembros de la Asamblea Hispana recuerdan esa campaña. La madre de Rivera aseguró a los fiscales en una declaración jurada que su compañía —descrita por los fiscales como “inexistente”— nunca hizo ningún trabajo que ella pudiera recordar.

Préstamos y financiamientos

Como parte de la investigación del estado, agentes del Departamento de Policía de la Florida (FDLE) reunieron los registros bancarios de Rivera y de personas cercanas a él, incluyendo a su madre, de 71 años de edad, Daisy Magarino, y Esther Nuhfer, consultora política y recaudadora de fondos, cuya firma recibió más de $800,000 de las campañas y comités vinculados a Rivera, según los registros.

Los investigadores del FDLE encontraron que las finanzas de Rivera estaban a menudo entrelazadas con las de Magarino, su asociada de negocios —quien es la madrina de Rivera— y sus empresas. Por ejemplo, Rivera organizó una de las compañías de su madre para recibir más de $500,000 de Flagler Dog Track (ahora se llama Magic City Casino). Rivera recibió más tarde $132,000 en préstamos de la compañía de su madre, préstamos que Rivera nunca reveló en los formularios estatales de declaraciones financieras.

Entre las cuentas bancarias examinadas por el FDLE había una de Millennium Marketing Strategies, una empresa fundada por Magarino en el 2000.

El 31 de agosto del 2006, la empresa recibió un cheque de $25,000 de la sección de la Asamblea Republicana Nacional Hispana de la Florida en Miami. Una nota en el cheque decía que era para una “organización popular”.

Millennium fue una empresa que pretendió dedicarse a la comercialización y ha estado inactiva desde el 2001, según muestran los registros estatales. Al ser interrogada por los fiscales en agosto pasado, Magarino reconoció que Millennium Marketing Strategies era “una empresa casi inexistente”, y afirmó que no podía recordar ningún trabajo hecho por la institución.

“Realmente, no despegó”, declaró Magarino a los fiscales.

En su declaración, Rivera indicó que Millenium fue “comprometida” por la Asamblea Hispana para ayudar a dirigir la campaña para llegar a los votantes, que según él incluía gestiones para la inscripción de votantes, propaganda telefónica y activismo en los colegios electorales.

“Estos elementos de activismo se realizan a veces sobre una base horaria o diaria, y exigen la remuneración inmediata de los trabajadores de la campaña”, dijo. Ese trabajo habría sido delegado en un “proveedor de servicios” como Millenium. “Los registros parciales de las facturas del programa sugieren, en su conjunto, un presupuesto que supera los pagos hechos a Communication Solutions y Millennium Marketing”.

Pero Rivera se negó a responder a preguntas acerca de cómo la compañía de su madre fue contratada para el trabajo.

Humberto Amaro, el ex presidente de la sección de la Asamblea Hispana en Miami, afirmó que no recordaba que Millenium hubiera realizado ningún trabajo para la organización. Amplió que no sabía que la Asamblea hubiera tenido alguna vez el dinero suficiente para cubrir el cheque de $25,000.

Amaro, de 75 años, examinó el cheque a petición de The Miami Herald, y dijo que lo firmó. Sin embargo, Amaro subrayó que él no escribió el cheque y que no podía identificar una segunda firma en el cheque.

“Nunca hemos tenido esa clase de dinero”, señaló Tony de la Cruz, ex presidente de la sección de la Asamblea en la Florida, y miembro de la sección de Miami. Dijo que no estaba al tanto de los pagos a la madre de Rivera o a la compañía de Nuhfer.

Amaro, que reconoció que su memoria estaba fallando, calificó a Rivera de “amigo íntimo”, y aseguró que Rivera participaba activamente en la Asamblea. Pero Amaro dijo que no podía explicar la razón del pago a la compañía de la madre de Rivera.

Rivera dio a The Miami Herald copias de formularios de solicitud de boletas para votar en ausencia enviadas por correo a votantes en nombre de la Asamblea Hispana en el 2006. Rivera también dio registros postales, fechados tres semanas antes del pago de $25,000, en que él aparece como la persona de contacto del remitente.

Rivera mencionó a “Millennium Marketing” como una fuente de sus ingresos en formularios de declaración financiera presentados al estado entre el 2002 y el 2004, según muestran los registros. (Magarino y su asociada empresarial, Ileana Medina, fundaron otra empresa llamada Millennium Marketing, Inc., en septiembre del 2006, a solicitud de Rivera como parte del acuerdo con el canódromo, revelan los registros.

El pago de la Asamblea Hispana a Millennium fue uno de sólo tres depósitos en la cuenta de Millennium Marketing Strategies durante un período de siete años, según hallazgos de los investigadores del FDLE. (La desaparecida compañía también recibió $4,550 del Partido Republicano de Miami-Dade en el 2004, y un depósito de $100 en efectivo.) La madre de Rivera retiró posteriormente más de $29,000 de la cuenta, encontró el FDLE.

Magarino no pudo ser contactada para hacer comentarios para este artículo.

Los investigadores y los fiscales no revisaron específicamente los pagos de la Asamblea Hispana como parte de la investigación sobre Rivera. Los fiscales nunca preguntaron a Magarino sobre el dinero de la Asamblea Hispana o cómo se gastó.

En el mismo día del pago a Millenium, la Asamblea también pagó $25,000 a la firma de Nuhfer, Communication Solutions. Los cheques estaban destinados a las gestiones para “salir a votar”, según documentos.

Amaro indicó que no recordaba el pago a Nuhfer, ni recordaba dos cheques anteriores de la Asamblea a la compañía de Nuhfer por $10,000. A Nuhfer no se le preguntó acerca de la Asamblea Hispana en su entrevista con los fiscales, muestran los registros.

Nuhfer no pudo ser contactada para hacer comentarios.

“Polvo del presupuesto”

Los pagos de la Asamblea parecen coincidir con una donación de $50,000, entregada por el Partido Republicano del estado a una organización distinta. Los registros de financiamiento de la campaña no muestran los pagos de los republicanos a la sección de la Asamblea Hispana en Miami.

Sin embargo, el partido sí informó sobre un pago de $50,000 a la Asamblea Republicana Nacional Hispana del Centro de la Florida, ubicada en Winter Springs. El pago se hizo supuestamente el 31 de agosto del 2006, la misma fecha de los pagos de la sección de Miami a la madre de Rivera y a Nuhfer.

Nancy Acevedo, presidenta de la sección de la Asamblea Hispana del Centro de la Florida (llamada ahora Alianza Republicana Hispana del Centro de la Florida), declaró que su organización no ha recibido ni un centavo del Partido Republicano del estado.

“Nunca recibimos ningún dinero de ellos”, subrayó Acevedo. El Partido Republicano “nunca nos apoyó financieramente”.

Debido a que la transacción tuvo lugar hace mucho tiempo, funcionarios del Partido Republicano afirmaron la semana pasada que no podían determinar si los $50,000 fueron a la sección de Miami o a la organización de Winter Springs. El partido sólo pudo encontrar un registro de una transferencia bancaria que no especificaba qué organización recibió el dinero, declaró Kristen McDonald, portavoz del partido.

“Se informó que la transacción cumplía con la ley, basándose en la información proporcionada en ese momento”, señaló McDonald.

El pago a la Asamblea Hispana fue solicitado por Bill Helmich, quien administraba las campañas del partido para la Cámara del estado en aquel momento, explicaron los funcionarios del partido.

Helmich afirmó que no recordaba el pago de $50,000, que él consideró “polvo del presupuesto” en medio de un diluvio de $10 millones en gastos que administró durante un periodo de tres meses previo a las elecciones del otoño del 2006. Amplió que no habló con los representantes estatales sobre cómo gastar el dinero.

Helmich también tiene vínculos con Rivera, según los registros: En el 2008 y el 2009, Helmich trabajó como consultor en las campañas políticas de Rivera, ganando casi $35,000.

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